REPERTORIO AMERICANO 339 del monarca Llama sátrapa a dice en tono en tono de queda.
estar empleado, falta, y teniénjusticia al rey del fallido, y encuentra en la sala a muchas jo el hombre afligido. Mi patria, respondió el genio, dista damas, todas como peonzas al revés, con elegantes tontillos quinientos millones de leguas del sol, y es aquella estrellita de veinte pies de circunferencia y batas de treinta de cola. junta a Sirio que estás viendo desde aquí. Lindo país! dijo Una que le conocía algo, dijo mirándole al soslayo: Jesús, Memnón. Con que no tenéis bribonas que engañan a los qué horror! otra que le conocía más: Buenas tardes, señor hombres de bien, ni amigos íntimos que les estafan su dineMemnón; de veras, señor Memnón, que me alegro mucho de ro y les sacan un ojo, ni deudores que quiebren, ni sátrapas veros. Cómo es que estáis tuerto, señor Memnón? dicho que se rían de vosotros cuando os niegan justicia? No, le ésto, se fué sin aguardar respuesta. Agazapóse Memnón en el morador de la estrella, nada de eso; no nos engañan las un rincón, esperando a poderse echar a los pies mujeres, porque no las hay; no hacemos excesos de glotoneLlegó Su Majestad, besó Memnón tres veces el suelo y le ría, porque no comemos; no nos pueden sacar los ojos, pordió su memorial, que tomó el soberano con mucha afabilidad, que no se parece nuestro cuerpo al vuestro; ni los sátrapas y se le alargó a uno de sus sát sátrapas, para que le diera cuenta cometen injusticias, porque todos son iguales.
el Memnón aparte, y Dijo entonces Memnón: Señor ilustrísimo, sin mozas y mofa y ademán de insulto: Donoso tuerto soy, pues os atre sin comer, en qué pasáis el tiempo? En cuidar, dijo el gevéis a dar al rey un memorial que no ha pasado por mi nio, de los demás globos que están a nuestro cargo, y yo he mano, y cometeis con eso el atentado de pedir justicia de un venido a consolarte. Ay! replicó Memnón. por qué no hafallido muy honrado, que está bajo mi amparo y es sobrino habéis venido la noche anterior y hubierais estorbado hade una doncella de servicio de mi querida. No déis más pa cer tanto disparate? Porque estaba con Asán, tu hermano so en el asunto, si no queréis perder el ojo sano que os mayor, le dijo el morador de los cielos, el cual es más desventurado que tú, habiendo Su Majestad el clemente rey de De esta suerte, habiendo Memnón renunciado por la ma las Indias, en cuyo palacio tiene la honra de estar ñana de mozas, de comilonas, de juego, de contiendas, y so mandándole sacar ambos ojos por una leve falta.
bre todo de palacio, antes de anochecer había sido engañado dolo en un calabozo amarrado de pies y manos. Pardiez, exy estafado por una hermosa dama, se había emborrachado, clamó Memnón, que estamos medrados con tener un genio había jugado. le habían sacado un ojo, y había ido a pala bueno en nuestra familia, si de dos hermanos uno está ciego cio, donde se habían reido de él.
y uno tuerto, uno acostado sobre paja y otro en una cárcel.
Confuso, absorto y rendido al peso de su sentimiento Tu suerte se mudará, replicó el animal de la estrella: verdad se volvía medio muerto a su casa, y, al ir a entrar, la en es que toda la vida serás tuerto; pero, como no sea eso, vicontró llena de alguaciles y escribanos, que cargaban con los virás bastante feliz, con tal de que hagas el desati esatimuebles a nombre de sus acreedores. Paróse casi sin sentido nado propósito de ser completamente cuerdo. Con debajo de un de un plátano y se encuentra con la linda dama de aquella es cosa que no es posible conseguir? replicó Memnón mañana que se anda paseando con su su amado tio, y cando un sollozo. Como no es posible, respondió el otro, ser que no se pudo tener de risa al ver a Memnón con su parche. Cerró la noche y se acostó Memnón sobre un montón completa oso o completamente feliz. Nosotros inteligente, completamente fuerte, completamismos es paja, cerca de las paredes de su su casa; entróle calentura, tamos muy distantes de serlo: un glabo hay, a la verdad, se aletargó con la fuerza de ella y se le apareció en sueños donde todo eso se encuentra; pero todo va por grados en los un espíritu celestial, el cual era resplandeciente como el sol, cien mil millones de mundos sembrados en el espacio. En el tenia seis hermosas alas, pero sin pies ni cabeza, ni cola, y segundo hay menos placer y menos sabiduría prino se parecia a cosa a cosa ninguna. Quién eres? le dijo Memnón. mero; en el el tercero menos que en en el segundo, y Tu genio bueno, le respondió. Pues vuélveme, repuso Mem hasta el postrero donde todo el mundo es enteramente loco.
non, mi ojo, mi salud, mi caudal, mi cordura; y de seguida Mucho me temo, dijo Memnón, que nuestro globo sea justale conto de qué modo todo lo había perdido aquel día. Aven mente esa casa de orates del universo que vos decís. No tanturas son esas, replicó el espíritu, que nunca suceden en el to como eso, dijo el espíritu, pero le anda cerca, y es precimundo donde nosotros vivimos. En qué mundo vivis? le dicada cosa ocupe su sitio señalado. En tal caso, dijo Memnón, muy descaminados van ciertos poetas y ciertos filósofos que dicen que todo está bien. Razón llevan, dijo el filósofo del otro mundo, si contemplan la colocación del uniEl traje hace al caballero verso entero. Ah! replicó el pobre Mennon, eso no lo creeré y lo caracteriza mientras fuere tuerto. La Sastreria Historia de un buen brahama munca eso arran mente de que en el y así se sigue so que La Colombiana de Francisco Gómez le hace el vestido en pagos semanales, mensuales o al contado.
Hay un inmenso surtido de casimires ingleses. Operarios competentes para la confección de trajes.
En mis viajes encontré un brahama anciano, sujeto muy cuerdo, instruído y discreto, y con esto rico, cosa que le hataba engañar a nadie. Gobernaban su familia tres mujeres. muy hermosas, cuyo esposo era; y cuando no se recreaba con sus mujeres, se ocupaba en filosofar. Vivía junto a su casa, que era hermosa, bien alhajada y con amenos jardines, una india vieja, tonta muy pobre.
Dijome un día el brahama: quisiera no haber nacido.
Preguntéle por qué, y me respondió: Cuarenta años ha que estoy estudiando, y todos cuarenta los he perdido; enseño a los demás y lo ignoro todo. Este estado me tiene tan aburrido y tan descontento, que no puedo aguantar la vida; he en el tiempo, y no sé qué cosa es el tiempo; me hallo en un punto entre dos eternidades: consto de materia, pienso, y nunca he podido averiguar la la causa eficiente del pensamiento: ignoro si es mi entendimiento una mera facultad, como la de andar y digerir, y si pienso con mi cabeza lo mismo que palpo con mis manos. No solamente ignoro el principio de mis pensamientos, mas también se me esconde igualmente el de mis movimientos; no sé por qué existo, y no obstante todos los días me hacen preguntas sobre todos estos puntos; y como tengo que responder por precisión y no sé qué decir, hablo mucho y después de haber hablado me quedo avergonzado y confuso de mi propio.
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