Soviet

REPERTORIO AMERICANO 29 concepto de Lloyd George) ding, ya con el nombre de conducta adoptada por voso producción. La sintaxis y la las relaciones con Rusia. Sir Henry, se olvida de sus tros es contraria a los inte lógica de estas expansiones De lo cual se han aprove atrevimientos verbales de 1915 reses superiores de la huma innocuas no logran oscurecer chado rápidamente los petro y asumiendo el tono de la nidad, a la honradez comercial el concepto del insigne mo leros de New York para hacer grande oratoria civilizante, y tendiente a reemplazar el ralista: Sir Henry Deterding compras a bajo precio y en vana y exhausta, se dirige a petróleo norteamericano, del ha llegado al periodo vocifegrande escala al gobierno la Vacuum y a la Standard que hay ahora exceso de rante, de los soviets que, según Oil, según telegrama reciente parece, guarda considerables de la United Press, con estas Sann Cano reservas de petróleo. En esta palabras atronadoras e inEl Tiempo. Bogota conyuntura el señor Deter competentes: La linea de Yo creo e capincho bre?
por demás.
El marido de la maestra Lo invitamos a bajar?
Del tomo Luz malu. Ediciones de NUESTRA AMERICA, Buenos Aires. 1997. Por qué no se apea, señor comisario?
Es nuestras extensas campañas des: su madre, pues dado que eran mujeres solas sus visitas podian aparecer intereEl sonrió, indeciso sibles distancias por una casa situada La señora insistió.
sadas y dar lugar a equivocos. Hay un sol que asa. Bajese, desde lejos en lejos, era habitual el dar El segundo apenas saludaba y pasaba posada.
de largo.
cansa un poco. como siempre es bueno estar bien Pero ahora, con la cuestión de la jira Respondió como por fórmula: con la policia, los representantes de la del Ministro de Instrucción Pública quien. En fin, por no despreciar.
autoridad hallaban, por donde fuesen, Descabalgo, tiró las tiendas al milice en vez de llegar al colegio, de acuerdo abiertas de par en par y acogedoras las y siguió a las señoras.
con su promesa, se detuvo en la Comipuertas de boliches y estancias.
saria a comer un asado con cuero y a De tal costumbre, Juan Talero, como echar un discursito a cuenta de las lo deben hacer muchos otros comisarios, elecciones futuras, no tenía nada de Fue una de correr a lavar el mate se aprovechaba.
extraño que él, al saludar, sofrenase su El era el segundo de la sección y caballo.
dulce para prepararle un amargo.
recorria, sólo seguido de su asistente, Buen día, señorita. sabe que no Le tomaron el rebenque de mango un negro petizo, nato como refalada viene el hombre.
de plata y el sombrero un tanto grasoy, cosa rara en milico, tra Buen dia, señor comisario. qué homso y con un olor fuerte de bestia silvesbajador liberal, tre; le ofrecieron un sillón del cual el Aparte de sus méritos de conserva El menistro, pues.
hombre se fué posesionando con discredor del orden, el segundo era una exce Ah!
tas precauciones hasta que, instalado lente persona. Se le podia criticar su Como les habia prometido. Yo hamacarse rítmico mientras charlaba.
con seguridad y a gusto, comenzó a verse farfantón y barullento cuando haquise trairles la noticia.
Detuvo el vaivén para liar un cigabía ingerido algunas copitas, pero hasta todo preparado Gracias. Qué lástima! Teníamos rrillo en esas oportunidades se conservaba Fumó, expandiendo humo abundante Talero habia cruzado la pierna sobre güenazo hasta por boca y nariz mientras conversaba, el recado buscando una posición comoda; Asi es que no era mal recibido ni hasta el punto que el bigotazo, hasta pesado con su acompañante quien, quisu caballo pesado, medio sillón, grande tada su casaquilla, ya andaba en la lidia como para sostener la enorme figura que iba a comenzar a arder.
las cejas, daban idea de una maraña de su dueño, movia la cabeza haciendo de la cocina, pisando una mazamorra, o Continuó hablando.
sonar la coscoja de plata.
en el galpón, dando una manito en lo Que diablos, tanto tiempo e pasar El negro asistente se había apeado acá y alla. siempre decía: un que se presentase.
como a arreglar la cincha de su pingo dia i a pegar una sentada pa echar un Fuera de algún cristiano excesivamen y puesto de bruces contra el cuello de párrafo con la maistra e Montevideo.
te avaro, el comerciante o el hacendado tiene que hallar grata la visita que masu cabalgadura, inclinaba el casco kaki y la mamá. y la hermanita. Lo que tiza su soledad, la distrae con una prosa sobre los ojos intentando un sueñito.
son las cosa. Tanto val cantaro al ΕΙ comenzó a hablar del entretenida o las interminables incidenministro cias de un truco, alterando la monotonia de sus vidas. Mozo lindo, muchachón tuavia; farris monologado, se desgranase sin pausas no se crea que su rosario, semiNo sé si comprendiendo eso, Juan ta como el solo. Comió y chupó a lo y silencios.
Talero se dejaba estar sus dilatados criollo, a lo que te criaste. Ya ve, es No. El, de acuerdo con su idiosincradias en lo de don Tarcisio Cardozo, Com ustede, el también es de sia, no se apuraba ni para eso.
Montevideo. en La Azotea, y había de ser recordaa uno le parece que veces miraba para afuera, entrecedo de rrando los ojos heridos por la resolana.
sus deberes por algún subordi porque allá son todos nado traia órdenes del Primero. sé qué. Pero yo digo siempre y di ahi?
les, y está el Gobierno. le parece no El asistente, curvo sobre el pescuezo Lo único que no estaba muy bien era de su flete, dormitaba junto al alambralo del funcionario haciendo estaciones no son como todo lo jotro? Gente güe. do.
en lo de Susana Amarillo, quien tenia na. sin gueltas. Al fin y al cabo orientale. Todos semo orientales.
El tordillo mosqueaba, se chicoteaba una justa fama de mujer de la vida Es verdad, señor comisario.
los flancos con la cola, movía la cosse ignoraba por qué diablos habia venicoja luna de argento relumbroso que, do a sentar sus reales en el cuando la conversación decaía, alargaba En verdad, el trataba de disimularse hasta sus oidos su tableteo caracteristico.
en sus visitas a la paica, pero esa mal Habia venido la madre de la maestra, dita costumbre de hacerlo todo con calma la hermanita, a quien el aire del campo y con cómodo alargaba con exceso sus robusteciera y hermoseara.
La señora hubo de secretearse de estadas.
Contestaban con monosílabos, un poco nuevo con la hija.
cortadas. Señor comisario. por qué no hace Quizá por aquella mala fama que entrar a la sombra al soldado con los Donde no había llegado nunca era a gozaba el mujeriego.
caballos?
la escuela Ah, si. güena idea, aprobó el.
De ello se felicitaban la maestra y La señora se secreto con la hija: Alzó la voz superior agua.
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