REPERTORIO AMERICANO 325 cual tempemuy ras y a to el sancio corporal interrumpiera por un instante sus graciosos Billy. Tuve que confesarmelo a mí mismo, poco cuidadoso juegos. Era de ver cómo encogia su cuerpo en los saltos de la importancia que podia tener dicha confesión. La conarriesgados y en el aire lo distendía como un arco flexible. templaba mientras bailaba con su nuevo compañero y seguia Al lanzar la flecha de sus brazos hacia el agua conmovida con entusiasmo sus movientos ágiles, complicados en la técde antemano, ésta la recibía presurosa en su seno con su nica del charleston. Mentiría si no dijera que buscaba de vez cortejo de risas yedia es pacariciaban después las ondas y el en cuando sus miradas, que ya principiaban a causarme cierto desasosiego, y que tarde mucho en darme cuenta de que cuerpo se deslizaba apacible, movido por un mecanismo oculto, Mrs. Florence me preguntaba por segunda vez si tendriamos buen tiempo durante el resto de la travesía. No recuerdo taba en el borde y pataleando repentinamente en el agua, claramente fue mi Parlatanoche, después de la comida, bailamos en el baile, de la aglomeraciopo de blende da estrechez de la sala de de mi deber, terminando por pedirle permiso victrola ortofónica, último modelo, y un extenso repertorio para separarme de ella y salir a la cubierta unos instantes.
de discos, los más famosos en los Estados Unidos desde La verdad es que estaba ahogado por alta tom Nueva York hasta Los Angeles.
ΕΙ mar, que no estaba ratura del salón e inquieto por el giro habían tomado mis penque tranquilo, empujaba a las parejas unas contra otras samientos respecto a la pequeñinorence era la de encontrardas a la vez sobre babor y estribor, siguiendo siempre el balanceo del buque. El espectáculo, nada novedoso para nosme un rato a solas con el airecillo amistoso del mar y orotros los marinos, divertia locamente a los pasajeros y, denar un poco mis ideas. Así lo hice, en efecto. Pero de especial, a las muchachas. La risa de ellas, alegre, continua, aquel paseo sobre cubierta, hecho con lentitud, saboreando parecia un raro comentario de la música y un acorde extra a pequeños sorbos el delgado licor de una brisa insuficiente, vagante a los repetidos tumbos de las olas. Parecían jugar resultó la más extravagante de las aventuras. Llamare la con el sonido y con el movimiento y excitábanse por grados atención sobre el hecho de que todos los acontecimientos en aquel juego sucesivo.
que se van a seguir sucedieron sin interrupción, y sin que Llega un instante en que la realidad no es suficiente mi voluntad desviara, en ningún sentido, su curso. Yo no para los impulsos del corazón. Con ansia deseamos y exal buscaba la ella venia a a mí, me envolvia en sus tamos la verdad hasta confundirla con la simulación y la redes, e imposibilitado para oponerme a sus despóticos de mentira. Los golpes de mar no eran ya tan frecuentes y. signios, me abandonaba con voluptuosidad a la suerte que balanceo de la nave se debilitaba por momentos, con dulzura. nosotros, quizás inconscientemente, seguiamos perVarias veces había recorrido el barco sin encontrar a diendo el equilibrio, resbalando sobre las alfombras, estrechan ninguna persona en mi camino. En aquella soledad impredo mutuamente nuestros cuerpos y riéndonos a carcajadassionante calculé que seria ya más de media noche. Las lude las graciosas caidas de los menos firmes o de los más ces del salón de baile se fueron extinguiendo una por una.
audaces.
Hacía tiempo que la música reposaba en su caja de madera.
Entre todos los que bailabamos, yo era de los más timidos. Pero Billy, cuya travesura es verdaderamente inso til más alto persignaba con orgullo las estrellas. Reclinado portable, me echó la zancadilla en el momento menos oporsobre la borda, dejaba vagar tuno, y allá fuimos los dos contra la respetable Mrs. Florence, paisaje de los astros. Todos mis ojos en el ancho y simple sobre cuyas faldas cayó, retorciéndose de risa, la endiablada parecian fundirse en una sola vislumbre plateada que des los minúsculos puntos luminosos muchacha. Yo me levante azorado, intentando dar mis excu cendia lentamente hacia nosotros. el mar, con impaciencia, sas; pero la buena señora no quiso oirlas e hizo sentarme a subia sus aguas para tocar la luz.
su lado unos minutos, mientras Billy, arrebatada por otro de Un shsst. autoritario y misterioso me distrajo de mi los oficiales, continuaba su danza vertiginosa.
serena contemplación. mi lado una breve figura femenina. Es un diablillo. Nunca se está quieta. oi que co en la que reconoci pronto a Miss Billy, se tenia erguida, con mentaba Mrs. Florence.
un dedo en los labios y una chispa burlona en la mirada. yo, que todavía no salia de mi asombro, asenti con Aunque el asombro no me hubiera vuelto mudo, su impela cabeza.
rioso gesto me habría impedido pronunciar una palabra. Ella me Recuerdo que fue en ese momento cuando comencé a ordenaba callar y seguirla con todo género de precauciones para sentir un interés especial por la pequeña Billy. No sé cómo hacer el menor ruido posible. Qué tenia yo que hacer, sino me vino la idea, mientras la miraba bailar, de que sus nari obedecerla?
citas cortas agraciaban decididamente su rostro. De una manera insensible la comparé con sus amigas y, sobre todo, Miss Mabel era más bonita que Billy, no me cabia la menor JOHN KEITH Co. Inc.
duda. Nadie en el mundo podia poseer unos ojos tan azules, SAN JOSÉ, COSTA RICA tan grandes y tiernos, de tan profunda expresión. Los de la Agentes y Representantes de Casas de primer orden pequeña Billy me parecían hermosos solamente por su vivacidad, su inquietud, su constante moverse de un lado para Cajas Registradoras National The National Cash Register Co.
También Miss Mary le lleva ventaja con su esplendorosa cabellera. Cuando antes la comparé con el oro, ha sido Máquinas de Contabilidad Burroughs solamente para usar de una figura retórica que nada dice y Burroughs Adding Machine Co.
dice mucho. Cuando se la mira se comprende que sus cabellos valen más, mil veces más. Con ser tan preciosos a la Máquinas de Escribir Royal vista, creo que lo son más aún al tacto y sospecho que una Royal Typewriter Co. Inc.
de las mayores delicias seria hundir las manos en ellos, hasta dejarlas enamoradas de su tersura. Los de Billy, en cambio, Muebles de Acero y Equipo para Oficinas ni siquiera son negros. Tienen ese color impreciso que llaGlobe Wernicke Co.
man castaño oscuro. Lacios a la vista y al tacto, caen con cierta gracia sobre las en forma de espolones de Implementos de Goma simétricas sobre las mejillas. Confieso su vulgaridad; pero no United States Rubber Co.
navío. De esta manera modifican su rostro con dos manchas dejo de enaltecer su gracia picaresca.
Maquinaria en General En cuanto al carácter alegre de Billy, no debe prefeJames Motley, New York la seriedad de Miss Constance y al sentimentalismo RAMÓN RAMÍREZ de Miss Nelly? Como producto de estas observaciones, llegué a la conclusión de que mucho me gustaba la pequeña otro.
Sienes, rirse JOHN KEITH Socio Gerente Socio Gerente