REPERTORIO AMERICANO 237 griego diremos a Vascencelos que, Puede un pensamiento no tener mi desánimo. Nunca las agujas del agua dejados de lado los elementos for gran alcance como tal y poseer nos tejieron el hongo el hielo en las arterias.
mules que no son esencialmente en cambio en alta medida el toque No es cansancio. Es desprecio.
poéticos. el pensador se distin mediannimico del poeta. Un pengue del poeta en que el pensador sador puede debe. descubrirnos El sueño, en son de inviernd, con su aferido dedo cuando no está a la vez, como un nuevo aspecto de las realida cosquillea los párpados que se cierran sumisos.
en Nietzsche y en Marm, poseido des circundantes. Sólo el poetaNuestra alma es la piragua de don lirico sabe lo que dice y la frase es de Marti puede anunnavegando en um charco de lluvia dulce: Rizos el poeta dice cosas divinas sin ciar y prometer la venisera rea para barbas de gnomos la nieve en los vestidos.
saber que las dice lidad divina.
Las doce, hora de hechizos recoge a los minutos que estan desprevenidos.
Juan Marinello (Sequind o la entre prima) En la aldea de casas con techo enrojecido la nieve ha decorado sus cristales minúsculos.
Fraternalmente Tendidos en la alfonbra de este kiosko perdido nos llenamos de hojas y nos duelen los músculos!
Juan Rafael Padilla, mi muy querido hermano, Sólo el recuerdo, como una chimenea te acuerdas? Cuántas veces, Juan Rafael Rubi, nos pudo calentar. Ha llovido a torrentes.
venia con nosotros. Cogidos de la mano, Pero, sabrosa plática en el recinto humea ibamos silenciosos, comprendiéndonos, y.
y no castañetean nuestros dientes.
La vida es una cosa que bien vale la pena Es el menor reproches de vivirla, viviendo, como hermanos, así: Ella fugó para romper la vasta catarata.
no como la madrastra, la vibora, la hiena, Pensándonos vománticos y amigos de la luna el lobo de leyendas rojas y el jabali nos trajo a caminar por la via de la noche, alter ego de Calles, de filosos colmillos nos prendió con la risa dardeante de la lluvia hechos para morder y morder y morder: y se marchó en el carro de la bruma nosotros, franciscanos humildes y sencillos oseura y elara, ambigua: éramos verdaderos amigos, sin saber, como el trigal morena, como la espiga, rubia, que la vida es horrible, tan horrible, que ahora, Quito Entor Augusto Arias estoy muy envidioso de estos dos hermanitos.
bareos de velas blancas y adelantada prora.
Si la muerte, ciclón de empujes infinitos, LA EDAD DE ORO viniera a suspenderme, no tendría cuidado Lecturas complementarias Bien conozco las Islas Dichosas y los puertos para muchachos abrigo permanente. Jesús, al otro lado, bendice con sus Manos los ojos de los muertos.
Ha salido ya el cuaderno No. Con aquellas sus Manos maestras alegria, Por el Indice se verá cuán interesante es: que nunca, nunca, nunca te podrás alegrar ANONIMO: Historia de un gallo y de una gallina que marcharon a Roma sin tocarlas! Sus Manos más alegres que el dia; ANONIMO: El boyero y la hilandera.
más alegres que el cielo. mis alegres que el mar. ARRIETA, RAFAEL ALBERTO: Tres canciones infantiles.
AZORIN: Las plantas Ni sigas comparando. Quizás la reticencia Juan el de Juan Pedro y un collar tembloroso de puntos suspensivos BRENES Mesen, ROLERTO: El viento podrán. sin decir nada, decir la equivalencia CARDUCCI: El buey.
de estas Manos, en donde, libremente cautivos, CASTRO, ROSALIA DE: Las campanas Darlo, Runes: La resurrección de la rosa mis amigos y yo, veníamos los tres.
Diaz MIRÓN, SALVADOR: El fantasma Ibamos como niños llevados de la mano.
Dunte URRUTIA, DIEGO: En el fondo del lago.
Ley alegria, para vivos y muertos, es: Tienen las Capuchinas.
DUSANY, LORD: Dias de ocio en el país del Yam Que vengas como un niño llevado de su Mano.
ECKERMANN: Historias de pájaros Loud Nicaragua H. Pallais, Pbro. EGUREN, José Marche funebre de una marionette.
FERNANDEZ DE OVIEDO, De la cabuya y del benequen Fing, Julio: El entremés del figonero que quiso cobrarse el humo Fantasia de la lluvia GARCIA MONGE, La mata de los cincos.
Esfuerzos malogrados Hera Pallarek olubide GRANDMONTAGNE, FHANCISCO: Apologia de los gorriones.
No es el menor reproche.
GIBRAN, KAR: Ejemplos: To has fugado como esas luces repentinas GUZMÁN CRUCHAGA, Juan: El agua dice.
LABOULAYE: Menique, que hace el lápiz de la estrella en la pizarra de la noche LANZA, SILVERIO: Astronomia legal y de ti, como de esas gotas cristalinas Lopez Ruino, Jose: Una carta del lobo de Caperucita.
en que espeja el rocio a la prófuga bruma MARTÍNEZ ESTRADA, EEL: El carpintero.
se han bañado nuestros ojos que advertían Médiz Bouio, ANTONIO: El girasol.
Danza de la buena lluvia.
en el trigal caido la espiga de tu sueño.
MONTANO, JUAN: Elogio del agua. Ors, EUGENIO: El pastor singular Contémplanos ancianos. Ha pasado la espuma PILIPPE, CHARLES LOUIS: El pequeño Augusto de la escarcha, nevando los oscuros cabellos.
Mi madre.
La ceniza nocturna ha manchado el empeño.
Puok, Jose: Esto ocurrió antaño, y parece de hoy Nuestros pasos de sombra que a una luz perseguian Caciques, reyezuelos y faraones.
en un circulo muerto, desandando, se han vuelto PRUDHOMME, Un sueño.
QuoGA, Horacio: La jornada del Marañón.
y el licor de aire rudo, como en húmedo vaso Tomás de Quincey.
se ha colado en el pecho, y nos canta en revuelto Los cartagineses de Eldorado monoritmo de agua, el romance del sapo.
Laplace y Biot.
ROSENBERG, ARTURO: La ley frumentaria de Cayo Graco.
Catapulta de trueno que ha dañado a la estrella TAGORE, RAHINDRANATHE: Una vez hubo Rey.
Sobre el zig zag del rayo puede andar Capricornio.
TOLSTOI: Cuentos breves URASUNO, MICHEL De: Esa casuca de la naricit.
Ya perdimos la huella por son cuatro como el griego viajero de verso y unicornio.
VEGA, DANIEL DE LA: Las palabras.
Viguez, Plo: Trazos. Volvernos? Hay un ciprés aqui. Su verde techo recio WORRINGER, GUILLERMO: El caso máximo de oasis.
burla un tanto a la ducha de los cielos. No es miedo 50 sjemplar a vendula Libreria Alsina