Liberalism

REPERTORIO AMERICANO 121 creyó yo llegado el ca ignid, asqueado en cuestión miliares, leal con los amigos, innovadoras, asi en historia desinteresado en materia como en literatura. Su noreconómica, de una bondad ma de tolerancia le dejaba característica y proverbial; tranquila la conciencia cuancuando do le decían las cosas bien, so, y llegó en sazón, abansin que el sentido moral quedonó la política, dase nublado en lo más de sus indignidades, y se nimo. pues Rodó poseyo retiró a su hogar, rodeado siempre un alto decoro que del respeto unánime de sus desarmaba todos los riesgos propios adversarios, algunos estéticos, por ligeros de rode ellos sus amigos de la vispaje que se le presentasen.
pera, pero que él no dudó Para Rodó, el decir las coen abandonar para sostener, sas bien no implicaba el haprecisamente, principios socerlas mal. Con esto he diciales básicos y la libertad cho todo en este punto política de su país, así como Zorrilla de San Martin, la cordura en el es otra cosa. Le llevaba a que, por aquellos días infausRodó de ideas, tos, había desaparecido de las altas esferas dirigentes.
un esquema de ideas fundamentales que el ilustre autor Un gesto de altivez y noble de Ariel estaba lejos de podecoro circundó su personaseer. Zorrilla tiene más forlidad, que ha permanecido mación intelectual que Rodo: en este punto indemne a Rodó tenia más ilustración toda acusación malévola o literaria que Zorrilla. Con reticente. Pero en el orden doctrinaZorrilla sabe siempre adónde había sido un optiva su pensamiento. Rodó, con mista, un idealista. Ha dicho, con razón, Gustavo Gallinal.
su intensa preparación de lecturas literarias, ignora, a a quien debemos un magisciencia cierta. el camino que tral estudio sobre la obra de Rodó, que después de Ariel, de proseguir los discípulos el salmo entusiasta de la fe preguntaba don Juan Valera americana, vino la obra de a Rodo.
la realidad a retocar ese bre Ariel.
optimismo democrático, y eran los maestros que el entonces surgieron las páginas doloridas de Liberalismo ria BARREIRO, de Montevideo.
escritor uruguayo recomendaba Améy jacobinismo en que el ie rica como guías, cuando Guchoque de las generosas as idealidades juveni ral conservadora. Tenia ideas netamente yau y Renán no conducen a ninguna les con las realidades groseras del ambien conservadoras en materia histórica, por parte, como no sea a todo lo contrario, al te parece contraer las alas trasparentes de ejemplo, tocadas, en ciertos puntos, de un idealismo positivista inconsistente, o a un Ariel y alzar el vuelo para que el barro no partidismo doméstico adquirido en la breescepticismo de salón.
las salpique y entorpezca. Rodó man ve actuación política, y también en la túvose fiel a su nobilisimo programa ilustración es que Rodó, que buscó en sus priadquirida. Estas ideas lista, pero tuvo contratiempos en cuanto él meros tiempos, la verdad por el camino convicciones abrazadas con sencilla al cumplimiento de sus normas desinte firmeza, que no impedían el enriqueci dad en donde la buscaba. La halló, sí, de la estética, nunca pudo hallar la verresadas. Prosiguió, con todo, predicando miento de otros conceptos, pues no era su evangelio huma de belleza y se hombre de taparse los oídos para ningún en su sentido moral altamente depurado: renidad, aunque mezelándose más en las actividades sociales y literarias de su rumor de doctrinas o interpretaciones la halló en la historia, que le enseñó la grandeza de las ideas maternas de la tiempo. Su orientación, definiéndola en el Mario Falcao Espalter civilización en lo que tiene de conservocabulario europeo siglo xix, fué libevadora de las virtudes de la estirpe.
rio, Rodo)
il en su Zorrilla de San Martin impresión so maestan y Guyau En la tertulia de la Librela juventud eran en Sevilla, 1929.
También se relaciona con la moral Cuida de no cesarizarte desvanecer esa creencia vulgar de que de los funcionarios, y debe ser igualel hombre que revoca o modifica sus De la preciosa obra Moral para mente objeto de esta atención moral intelectuales. Montevideo, 1920 propios actos pierde algo de su grandeza extremada, la psicologia especial del mano de su autoridad. Justamente, existe do, de la autoridad.
Uno de los más grandes entre los payor consideración por los que nos las sobre esto uno de los más grandes padirigen, teniendo en cuenta que les asiste ralogismos de la moral administrativa.
Marco Aurelio: uno de los más una probabilidad mucho mayor de ser sa entre los Hay muchísimos funcionarios árbilos hombres, pues alcanzó sinceros que aquellos que en todo están tros de destinos o intereses, dispondrían tan alta moral en el ejercicio del poder de acuerdo con nosotros, puesto que, si tal vez de la suficiente moralidad y alabsoluto, escribía para sí mismo este dos no son geométricamente tura de sentimiento para reconocer los consejo. Cuida de no cesarizarte. Cesarizarse era adquirir esa psicologia oripropios errores: pero entonces surgell manera que paralogismo en cuestión: tienen miedo ginada por el inteligencias lo fue milagroso el el mando sin trabas y que en el caso en que todas las opiniones de «debilitar el principio de autoridad. hasta a los mejores envenena: no es nede un hombre coincidan absolutamente Recuerdo un caso era con motivo de cesario que yo la describa. El remedio con las de otro hombre más poderoso, una pena impuesta a un estudiante, pecontra ella sólo se obtiene merced a es hay las mayores probabilidades de que na que yo consideraba injusta. en que fuerzos inmensos: oir todas las opiniones se trate de un bajo adulador y no no de me tocó discutir en general esa cuestión (aún las que parezcan más contrarias a un hombre sincero. La mayor facilidad y algunos de mis contradictores manilas propias) y las objeciones de todo gé para revocar los actos equivocados, y pa festaron que mi argumentación los había nero; no sólo atender, sino tener la ma ra recibir la convicción de que lo son; convencido más o menos en cuanto al cerebros de mel que dos