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REPERTORIO AMERICANO 232 las ha llevado a esta imperio confió la con la Al regresar de serva su liberconserva Lºs miembros de esa asamblea La dramática asamblea de La Haya recoge se prepara a asistir a un de a palidecido de horror al oir a Mr.
El hombre que turbó la fiesta trofe cósmica. esto acontece, Snowden. Acaso habría podido deinvariablemente, cuando se cree cir lo mismo sin estremecer a su haber llegado a un avenimiento, a auditorio. Para eso hubiera necesitado la finura eso que en politica se llama una coincidencia escurridiza de Briand, el arte oratorio de Herriot y es habitualmente una dilatación de lo imposo la habilidad y la distinción de su viejo rival tergable. Mr. Snowden se yergue entonces en Mr. Churchill, Mr. Snowdeni tiene demasiada su magrura conmovedora y deshace el arreglo, confianza en su talento y talento y sobre todo, demasiada siembra la tempestad con el viento de sus núla meros, ofendiendo sin sin querer ofender, hiriendo Por cila en calificar con violencia las eso no vacilo en sin querer herir, genial y bondadoso, según declaraciones del delegado francés, ese sobrio la definición de sus conciudadanos. Jamás se versado Cheron, que entiende de cifras, de a cabo dijo en una sesión de abril cálculos, de la misteriosa matemática de la de 1929 una transacción tan escandalosa, por deuda alemana e e interaliada, que va siendo ya ningún ministro, como la que se hizo en el arreel privilegio de unas cuantas personas, como glo de la deuda con Francia. No habra conla ciencia de los ritos, de los sacrificios y de tribuido, con su valor de vocablos gruesos, esa los fenómenos estelares constituia en la antiafirmación, a la victoria laborista, que lo ha güedad el privilegio del sacerdocio. Lo cierto conducido al ministerio del Tesoro? Los perióes que Mr. Snowden es en este ramo complejo un dicos franceses lo consideran más por socialista individuo repleto de terribles conocimientos. que por inglés, sistemáticamente hostil a su ventaja de técnico, agrega el prestigio causa. ello proviene, probablemente, de su asustador de una franqueza incompatible con actitud durante la guerra. Cuando estalló la la cortesia excesiva de los políticos. Dice lo que conflagración, Snowden se hallab se hallaba en Australia, quiere decir y acostumbra a decirlo con una y allá condenó la guerra «como una calamidad agria jactancia de domador de fieras. Quién Mr. Phillip Snowden fatalmente originada por la anarquia económica, es este estupendo personaje a quien el vasto e hizo, desembozadamente, propaganda pacifista, Libro de Oraciones; publicistas que pueden a los burde espantar la vehemencia, escribir en el Times sin torturar su concienla intemperancia, la intengueses de Europa? Ha declarado a los colegas sidad biliosa que forma el fondo de su carácter.
en La Haya que es la peor cia. El socialismo inglés está hecho de retazos, a Londres, no oculto lo que hizo lengua quienes aterra pero el mejor corazón. de agrupaciones inconexas, de entidades humaen Australia, lo cual le trajo la derrota en las Las dos cualidades no son fatalmente antagonitaristas o de esclarecimiento cultural, como elecciones. Se multiplicó con más fuerza en los sociedad Fabiana. Coinciden en algunos pronicas. Lo evidente es es que Mr. Snowden no lo mitines, en los periódicos, en los folletos, hasta ignora y se complace en trasmitir a la historia, pósitos esenciales, de indole positiva, y fuera que volvió, en 1922, al escaño parlamentario y en una ocasión histórica, ese juicio, que es de los cuales, cada afiliado reanudó sus ataques, sus críticas, sus trementad para filosofar, para ser deista o teósofo, también el que profesan a su respecto sus prodas controversias. Conservadores y liberales pios compatriotas. Lo consideran «genial y bon para atacar a Darwin, como Bernard Shaw, o saben que ese viejecillo claudicante, debilucho, dadoso. Se ha revelado la vida pública en para defenderlo como en el caso de Wells. Es a veces apoyado en etas, de ojos febriles, condiciones que no carecen de relieve dramáun socialismo sin exigencias y sin compromisos de gritos convulsivos, de locuacidad veloz, destico los veintidos años nació en 1864 se excesivos, desdogmatizado y libre.
falleciente y Snowden se acerca más dinámico, representa un poder, 110 incorporó a una oficina del estado, y nadie al revolucionario ya el poder que le confiere la ultiva la «ferocidad en el discurso.
que lo clásico hubiese advertido ese pacienzudo oficinista, desperezarse de su enfermedad, quedó para votó, que lo aclama, sino el poder de la enteAI al contemplarlo en su tarea de roer expedienreza moral, el hábito de sinceridad sin vestisiempre con la salud debilitada. Necesita de duras agradables. No es de esas personas que tes y y memoriales, al futuro propagandista de los en las ciudades fabriles y al censor una prodigiosa fortaleza guardan secretos, que respetan la confidencia ponerse su sufrimiento continuo, a sus dolode ministerios en la Cámara de los Comunes.
res incesantes. vence ese martirio con la armurada en el circulillo intimo, mientras se Sin embargo, el destino le reservaba un papel toma el café y se fuma blandamente un cigarro.
de conductor de muchedumbres.
anza de sus nervios, con la presión de su voluntad de hierro. Debil, tambaleante, flaco, Mr. Snowden cuenta todo, se vale de todo, lo invalido para el trabajo. Deshecho el cuerpo, utiliza los argumentos menos previsibles. con tuvo que padecer, en una dolorosa convalecencon una sonrisa amarga en los labios, corre de ese temperamento incontenible, con esa modacia de años y años, la mortificación de la inmolugar en lugar para refutar una exposición sobre lidad de espantachicos, se apareció en la solemvilidad. Para distraerse, se consagro la lec presupuesto, para dar cuenta a sus electores ne y tiesa asamblea de La Haya, en un ambiente de un proyecto terrible, perora en la cámara, fué elaborándose su inteligencia, de saloncitos de divanes de reps, propicios al tura, y cobrando tensión y fiereza su espíritu curtido por y todavia encuentra tiempo para escribir un entendimiento confidencial, y revolvió la atmóslibro tan bueno como El impuesto a la vida fisico. Leia; leia a Marx, a la compostura diplomática, embis.
para disertar en una sala sobre el feminismo, Tompson, a Buckle, a Lassalle, a los contradictotió al plan elaborado trabajosamente por el en una reunión presidida por su mujer. Al anunde sus maestros, a los filósofos del nuevo res de congreso de economistas de Paris. Significa advenimiento. Sin duda Snowden es el más ciar su participación en un debate de la Cámara, esa brusquedad, esa acometida, que aplaudió ortodoxo del socialismo inglés, en cuyas filas la gente de las galerias como la del recinto se unánimemente el pueblo británico, una definitiva caben mentalidades tan opuestas como la de Alberto Gerchunoff ruptura de la centente cordial» y el síntoma de internacionales, precisamente en Bernard Shaw y Wells, Bertrand Russell y Keir Hardie, la hora en que se esbozan fórmulas líricas de Chesterton o el más riguroso aristócrata. En Cote una venidera y próxima federación de los Estados Unidos de Europa? No hay que creerlo. El DR. HERDO CIA los demás paises desde Alemania hasta la Argentina. el socialismo supone no mundo ha aprendido mucho, y el mundo avaloraprofunda coherencia de principios, de dogma Enfermedades de los ojos, rá a su vez la trascendencia de un hombre como Snowden, que es capaz, tenga o no tenga razón, casi confesional, sino algo más difícil oídos, nariz y garganta de no esconder su verdad, lo que considera más excluyente, que es una coherencia psicouna verdad, y que lleva en si el provecho social lógica. No se concibe en Berlin, en París, en Horas de oficina: de una remezón, fecunda con frecuencia como Buenos Aires, entre socialistas unidos en la la fuerte lluvia y con frecuencia inquietante como comunidad de acción, disparidades de criterio 10 a 12 de la mañana un huracán. Mas la verdad, que es la única sobre problemas morales. En Inglaterra no ocusuperstición respetable, nunca es inútil, aun al rre eso. En el núcleo laborista del parlamento, y de a de la tarde revestirse con el aspecto riscoso de la elocuencia se sientan ancianos coroneles que han hecho de Mr. Snowden. Mr. Snowden, el hombre que el servicio imperial en la India, que cuentan Contiguo al Teatro Variedades turbó la fiesta de La Haya, como el espectro en los pasillos cuentos heroicos; pastores que de la miseria que turbó el festin simbólico en opinan misticamente sobre la modificación del la pequeña tragicomedia de Jules Marsoleau.
espiritual para sobremur accidente el asi el encadenamiento fera, sacudió la perturbaciones internasigan (Caras y Caretas. Buenos Aires)
podria caber sin esfuerzo el catolico tismo