Civil WarJosé Carlos Mariátegui

318 REPERTORIO AMERICANO de casa; todo, absolutamente todo, tenia los preparativos de su ejecución. En la que ser sacrificado a la revolucionaria. tensión de esta lucha, librada mientras Es absurdo, es infantil, que se quiera su Glieb combate lejos, Dacha está fueuna heroina como Dacha, humana, muy ra de todo código de moral sexual: no humana: pero antes de hacerle justicia es sino una militante y sólo debe rescomo revolucionaria, se le exija un cer ponder de sus actos de tal. Su amor extificado de fidelidad conyugal. Dacha, traconyugal carece de voluptuosidad pebajo el rigor de la guerra civil, conoce cadora. Dacha ama fugazmente al soldado todas las latitudes del peligro, todos los de su causa que parte a la batalla, que grados de la angustia. Ve flagelados, quizá no regresará más. que necesite torturados, fusilados, a sus camaradas viático de alegría y placer en su desieresta caricia la compañera como un ella misma no escapa a la muerte sino por azar; en dos oportunidades asiste a José Carlos Mariategui ta y gélida jornada. Badyn, a quien todas se rinden, que la desea como a ninguna, le resiste siempre. cuando se le entrega, después de una jornada en que los dos han estado a punto de perecer en manos de los cosacos, cumpliendo una riesgosa comisión. y Dacha ha tenido al cuello la cuerda asesina, pendiente ya de un árbol del camino y ha sentido casi el espasmo del estrangulamiento. es porque la vida y la muerte los ha unido por un instante, más fuerte que ellos mismos.
Lima 1920.
La política y los hombres de negocios De El Espectador. Bogotá Vease la entrega anterior.
la tes, con grave desequilibrio de la especie humana, Emprenden también actividades políticas grande multitud de vanidosos que por conocimientos fáciles de mera información creen trivial la tarea de conducir pueblos y de asumir la actitud heroica de escultores de razas y arquitectos de nacionalidades. Perezosos mentales son éstos, nada más, que se acogen al amparo de una función pública en que su mediocridad que de prueba de fracasos inmediatos mediante el ejercicio de aquellas facultades inferiores de imanestar de las las sociedades, en en una incomprensión, la (Viene de la página 305)
ciencia en espiri Lo que ha visto la lente de Warner Agüero. Una mirada zahori que adentrándose en quien la ejercita, investiga al par los más reconditos y complicados laberintos intelectuales. Una mirada juvenil, brillante, que parece conocerlo y adivinarlo todo. Una mirada curiosa e inquieta. Una frente inmensa en que parece que cupiera toda la sabiduria experimental. Una frente no señalada por las arrugas banales de las vidas mediocres y malas, sino surcada certeramente por las huellas de todas las reflexiones y las deducciones posibles. Una naris fina, movible, uvida de hombre super civilizado, capaz de percibir todos los perfumes de la Arabia, pero también de reconocer en cualquier mano fendida, el olor acre de la sangre. Una boca fina, cerrada, que se adivina cerrada de proposito, para no gritar inutilmente todo el horror del espectaculo social que como su dueño sabe y definió Hobbes. Homo homini lupus. el traje que compite en blancura con el fino bigote y el cabello, sólo puede compararse en pureza al sentimiento que Shakespeare designara en su paradójico lenguaje vanguardista. The mill: of human hindness y que la acción del filósofo ha distribuido inagotablemente en el transcurso de su larga y fecunda carrera. Fernández de Castro La Habana, Septiembre 1929. Social. La Habana. y Lespecie politica comprende cuatro variedades: el estadista conductor de pueblos, guia, consejero y padre de la patria, que se da a estas actividades por vocación, como quien se hace militar o se mete monje. Desinteresado del goce personal. apostólico, mártir casi siempre, asume el ejercicio politica por el placer aplicar sus capacidades superiores al biecomo extensión y sublimación del sentimiento de la paternidad. La la suspicacia y la perfidia amargan la vida de estos hombres, su descuido de los menesteres naturales de la vida los condena a la escasez de peculio personal y aun a privaciones de conforte y de sustento que, haciéndolos sufrir, es verdad, los aproxima, sin embargo, a los héroes y filósofos, cuya santidad se duce y enamora el alma femenina de las multitudes Riqueza tual de pueblos y naciones, son estos seres privilegiados meta norma de las recónditas aspiraciones de una raza o o comunidad, paradigma de elevación moral, refugio de altos ideales a la vez que reducto inexpugnable de los derechos y virtudes de la sociedad que representan. Satisfechos con el ejercicio noble de sus facultades, entienden la felicidad como una grandeza del Sonucca del espiritu y hayan la compensación de sus sacrificios en el hien bien común que determinan fomentan.
Otra variedad del hombre politico la constituyen los que se dan a estas actividades en busca de una base más amplia de sustentación para la especulación pecuniaria y el lucro personal. Hombres de envidiable audacia y, no pocas veces, de de facultades intelectuales eminentes, tienen en su favor el feliz éxito de sus empresas y la seducción circeana que el placer de los sentidos ejercen en las sociedades modernas. Acaparada la inteligencia por la industria, que puede ofrecerle mejor remuneración, e inclinada la humanidad del dia de a gozar intensamente de la vida como de un bien fugaz que nunca se repite, esta variedad del hombre politico está desalojando a la anterior en todas parS hoy ginación, astucia y mimetismo espiritual. Muchos de ellos tienen a veces un algo de elocuencia y de audacia para cegar el criterio de las masas y presentarse a ellas como gestores de alta misión social.
En la cuarta variedad estamos el resto de la ciudadanía que, como miembros de una república, somos irrevocablemente seres politicos.
La primera variedad del hombre politico que contemplamos es la especie generatriz de los apóstoles, de la cual no hay para que decir que debe estar a la cabeza de las naciones. De la la segunda variedad no podemos prescindir en la gestión de los intereses nacionales por ser hábil en la técnica, rica en recursos mentales para resolver los problemas de arte y en que se han especializado. Su eficacia debe ser ser generorenerosamente remunerada, y no hay que condenarlos al silencio aunque estén ligados a empresas extranjeras, porque el oro es más que nunca, corredizo e infiltrante, burlador hábil de barreras y muros de contención, goza de universalidad en el comercio en los apetitos que incita y satisface, y porque es más barata y fácil de seducir la mediocridad.
Cumple a los pueblos el darse por conductores espirituales y gerentes de sus destinos a hombres que desprecian la concupiscencia del oro, para que, desde su alta cima de virtudes morales, clirijan y refrenen las virtudes intelectueles de la segunda variedad del hombre político en beneficio de la rey engrandecimiento de la comunidad.
La tarea implacable de eliminación debe realizarse con los vanidosos que quisieran improvisar en su desmedrado entendimiento una genialidad de que los privó, inmisericorde u olvidadiza, su naturaleza; y eliminar, un poco también, en nosotros, los de la cuarta variedad, el prurito de maldecir tan frecuentemente de nuestra raza, nacionalidad y espiritu, ya que nada sobre la tierra hace más pequeños y y cobardes a los hombres, que el propio menosprecio pues en pública y JOHN KEITH Co. Inc.
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