200 REPERTORIO AMERICANO was A impresión del hombre moderno ante las proezas actuales Un milagro de nuestro tiempo lampagueante zigzag de Alemania de la aviación no ha de ser distina Nueva York. Qué le habria De Caras y Caretas. Buenos Aires ocurrido al manifestar su pensata de la que experimentaba en los años remotos en que se inmiento en la época en que los alquimistas buscaban, en los litentaron las primeras elevaciones bros de la ciencia enigmática, en globo. Esa conquista técnica el secreto de la piedra filosofal, se ha incorporado, sin duda, a nues.
tras y el diablo espiaba en la soletras nociones familiares de la dad a las almas inquietas? No realidad Consideramos al al aerose habrían reido del conde de o al dirigible como un elemento integrante de nuestras Zeppelin como se reían de sus planes los profesores de la sabicostumbres, de nuestra vida comun duria oficial y los técnicos con de relación. Lo vemos en latever la ve decorados del ministerio de Guecindad de las nubes sin detener rra. El magno inventor hubiera el paso en la calle y seguimos conocido la hoguera de las excasi con indiferencia sus evolu.
piaciones. En sus dias, en camClones serenas o sus movimientos bio, castigaba únicamente su terotundos. sin embargo, cada vez meridad de poeta, de imaginero, que tropezamos con su de mago, la burla sesuda de sus en el periódico o su imagen se camaradas. Una noche, en la tertulia nos aparece en el escaparate de Sunderkledenal del cuartel, siendo ya un envejeuna jugueteria y pensamos realcido y glorioso veterano, expuso mente en lo que significa sepaconcepción ante compañeros rarse por un instante de la tierra que le oían con el espumoso chop y remontarse sobre accidentado ivel de la arrimado a los labios, según una la ciudad, nos sobrecoge una emoción como si asistiéramos anécdota que refería Alberto Baal deslumbramiento de un milagro.
llin, el genial forjador de la grandeza económica de Alemania.
Es el milagro de nuestro tiempo; es, como tantas veces se ha dicho. De manera. le preguntó un la sorprendente realización del coronel, después de saborear con mito icárico: el individuo contemparsimonia un largo trago. que usted.
poráneo, el brujo de hoy, ha londe, se propone inventar grado dar consistencia a las alas una nave que vuele, que transporte mercaderias y viajeros?
de cera, sin temer, al cernirse en lo alto, la llama del sol. AsociaZeppelin, con la obstinación mos a este hecho ya vulgar del ingenua de los descubridores, de los que hunden los ojos en lo inhombre tendido vuelo, ideas de Echener visible, explicó minuciosamente, sublevación satánica contra el desardientemente, su doctrina de la tino que lo sujeta monótona fatalidad del suelo. El aviador se ha convernavegación aérea, su visión quitido así en el héroe de la fantasia popular.
Alda las mujeres que se aglomeran en los mérica. El coronel, por respuesta suficiente, le aeródromos. Es algo más que esd; es el ad dijo: Nadie domina, como la persona que maneja la mirable continuador del viejo conde de Zeppe ¿Quién diria general, que usted fué el ágil y débil navecilla aérea, la atención de la lin, sabio, tenaz, paciente, frio, que sustituye el primer oficial alemán que entrs, a la cabe gente; nadie llega a remover, con la obra de heroísmo histérico con precisión de las má za de un regimiento, en el territorio francés?
su espiritu, con la fuerza de su palabra terri quinas y las informaciones de los meteoróloble o su palabra ingeniosa, la conciencia de la Zeppelin se conformó con contestarle: gos, y que en su puente de mando, mientras. Coronel, usted no hubiera descubierto la multitud, como ese conductor suspendido allá lady Grace Drumond Hay conversa negligen América.
arriba, donde nuestros ojos le siguen como a temente con un pasajero, medita sobre detalles volvió a su asiento para sumergirse en su un menudo pájaro. El que trabaja en el ta del funcionamiento del motor y calcula modi ensonación de visionario. Aceptaba las ironías ller o el que se debate en las oscuras tareas ficaciones sutiles para burlar la sinuosa ley de la oficialidad con la misma resignación con de la inteligencia quisiera parecersele, ejercer del viento o para sorprender los contratiem que más tarde tuvo que soportar el desden de su fascinación, alcanzar de este modo rutipos siniestros de la tempestad. Cuando deslante esa cosa fugaz y alucinadora que es la los ingenieros, la incredulidad burlona de los ciende más allá del mar, lejos de las regiones especialistas. Vagaba desesperadamente por gloria. El pueblo, que percibe a los protagove a un personaje las oficinas, conseguia hablar de cuando sentido legendario y hondamente estético, le pesado, de ademanes lentos, de mirada perdida, cuando con los funcionarios de los institutos ha forjado una efigie convencional de talla gigantesca de y que se aparta, como una militares, que lo esquivaban con despectiva vigor juvenil y de belleza robusta: el aviador, el caricatura, del y cautivante héroe piedad, hasta que un dia el ministerio de Guepiloto del dirigible nunca será en su deforma que rra declaró, en un documento solemne que de juventud dioción poética el hombre normal, confundible nisiaca. Os acordáis de la figura opaca del evoca el dictamen de los sabios de Salamanca con el desgastado transeúnte, sino una especie conde de Zeppelin, el anciano de Friedrichsha sobre el proyecto de Colón, que los oficiales de galán de perfil recio y sobrio, de estrucfen, maestro del presente capitán de las avendel ejército no deben ocuparse de las ideas tura elástica, de actitudes que se definen en turas maravillosas? Su vida fué silenciosamente fantásticas del conde de Zeppelin. era bella. Descendiente de una una geometria elegante. Los varones le envifisico con cátedra en una antigua lógico. Era acaso un familia dian; las muchachas sueñan con su aproxima de guerreros y de cazadores de Wurtemberg. la universidad, con antecedentes capaces de ción inesperada. Como el principe de los re: fue a su vez guerrero y cazador. Peleó en la garantizar seriamente la probabilidad práctica latos inverosimiles, es temerario, generoso, guerra de secesión de Estados Unidos, peleó de sus descabelladas paradojas? El sentido ubicuo e irresistible.
contra Prusia la guerra con Austria, peleó común, más ceñido a la verosimilitud ordinaen las filas prusianas contra Francia, en 1870.
ria que el buen sentido de Sancho, que se deEl doctor Hugo Eckener, comandante del Pero cuando los soldados del vivac, en Améjaba sugestionar por las razones magnificavasto zepelin que se lanza al paradójico viaje rica y en Europa, reposaban de las fatigas mente absurdas de don Quijote, el sentido de alrededor del mundo, sonreira posiblemente heroicas trozando con gruesas manos el cosla verdad a ras de la acera, rechazó su adial reflexionar en el contraste que ofrece su tillar de jabali o entonaban canciones domésvinación misteriosa de lo factible, que está en corpulencia formidable con esa silueta románticas, el conde Adolfo Augusto Enrique Zepel genio como la luz de los astros en la ostica del dominador del aire. No; no es el mu pelin pensaba en el prodigio, en el inmenso curidad de los pozos profundos. Sufrió, perchacho de esbeltez idealizada que se apresuran prodigio de levantarse en el espacio abierto, sistió, við con tranquila confianza la acumulaa descubrir en un Lindbergh o en Ruiz de de alzarse bajo las estrellas, de ir en un re(Pasa a la página 203)
blog natales, el el gentio bajar diestro y electriza en un vertigo