REEZRTORIO AMERICANO 175 monio osado animales?
do. Cuando no se la tiene, hay que contenerse y en un rincón a ocultas, cumplir su vil deseo. Date por advertido, y no maldigas aquí, pues donde hay nobles señores, de amontonados doblones. suena a insulto la maldición del pobre, y más fácil es entonces excitar el desprecio y el repudio que la piedad benévola. No lastimes los odos aturdidos del alegre chocar de los jarros, con tus voces iracundas. Podrias, con tu aire sombrio y tu traza desgarrada, dar que temer a mis respetables parroquianos; deberia yo expulsarte como a un perro sarnoso, cuando no lo hicieran ellos con sanuda furia, estorbados en su yantar jocundo. no sabes que hasta las bestias más mansas se vuelven feroces si cuando están comiendo las molestan? Por un hueso pelado dos domésticos perros se muerden con fiereza. No vengas a estorbar el festin de las fieras. Tu eres entre los hombres cual un perro, y aquellos mis generosos señores son como leones los reyes entre los hombres ¿Serías a interrumpirlos en su devorar?
FAQUÍN. Señor figonero, si yo soy perro, si ellos son leones, vos entonces. qué sois entre nosotros?
FIGONERO. Ni perro ni león, insolente faquin ¡Ni perro ni león! Yo soy figonero y a mucha honra.
Faguin. Queréis decirme, señor figonero, en que lugar cabe vuestra jerarquía entre la división de los FIGONERO. No cabe en lugar alguno, insolente faquin Perros y leones hay entre los hombres como entre las bestias. Pero figoneros ni perros ni leones sólo se encuentran entre los hombres.
FAQUIN. Desdichados los hombres. Felices los perros y leones que no conocen a los figoneros!
FIGONERO. Tu ingratitud me irrita, mas tu ignorancia me apiada. Donde comen los leones no comen los perros. entre los hombres, gracias a mi, tú tienes buen fuego, no obstante ser perro.
FAQUÍN. Vuestras palabras encienden mi sangre harto más que el fuego que acabáis de brindarme.
Ficotro. Sabe que es la profesión de figonero una profesión honorable: es oficio que sólo entre los humanos existe: por eso es digno de especial respeto. Figoneros no los hay entre las bestias. no te desdenes tú de los figoneros que con frecuencia por su larga merced te calientas en invierno.
FAQUIN. Repito que vuestras palabras queman más que el fuego. no tener yo mi mujer enferma, que me hacen falta para ella estas dos piezas de plata, ya os enseñaria yo, aunque soy perro, como las gasto igual que los nobles señores que reputáis por leones. Leones seran, si pero la parte del leon vos solo embolsais, señor figonero! Ergo concluyo percibís lo que no os corresponde FIGONERO. Calle esa boca atrevida. Dos piezas de plata tiene! Dos piezas de plata y dice que es un pobre!
Dos piezas de plata y llora por fuego! Avariento, quejumbroso y farsante! mi ha de engañarme. a fuego de balde se calienta. ese trozo de pan que a mi no me ha comprado, ese pan que acaba de sacar de ese saco, en el cual quién sabe cuantas otras viandas trae, acaso con intento de cocerlas a mi fuego, ese pan que ahora ahuma con el humo oloroso de mis gordos lechones y que moja en la grasa que mis pollos chorrean, quitando así a mi fuego su liquido alimento, ese pan se lo come, y me mira insolente, y se burla de mi esperando largarse después de haber afrentado mi digna profesión, después de haber osado insultar a mi parroquia, después de maldecir, de blasfemar y de mentir contra todo mandamiento. Ea, tunante, sal de junto al fuego. Ea, bribón, que me has irritado, que me has ofendido y me has engañado. Pagame el calor que de mi fuego has tomado, págame el humo en que tu pan has ahumado!
FAQUIN. Figonero, figonero, os habéis vuelto loco!
FIGONERO. Palideces, tunante. Te pones tan blanco. Querias engañarme. ver si me pagas!
Faquín. Qué es lo que he de pagaros, si nada os he gastado?
Figonero. Con mi fuego te has calentado, con mi humo tu pan has ahumado: con mi fuego que harto me cuesta, con mi humo que es de mis pollos y lechones que caro he pagado. ver si me pagas!
FAQUÍN. Figonero, figonero, no estáis en vuestro juicio. Mirad que los parroquianos atienden. Mirad que todos acuden. Dejãos de gritar! Creerán, por ventura, que os quiero robar. Ay de mi, todos vienen. Estoy perdido! Cuando un figonero clama, todos creen que le matan, porque siempre los figoneros merecen que los maten FIGONERO. Ladrón, asesino. No ois, nobles señores, lo que está diciendo. Que merezco morir. Ha querido asesinarme!
FaQuis. Figonero. Señores mios. Yo no he dicho nada de eso!
FIGONERO. No le habéis oido? Ha querido robarme.
FAQUÍN. Qué os he querido robar, figonero del deFIGONERO. Figonero del demonio. Del demonio ha dicho. No habeis oido? Este misero faquin a todos ha ofendido. Mis generosos señores. cómo habia yo de merecer serviros si fuera un figonero del demonio? No lo consentiriais. Os ha ofendido por ende, este faquin. Del demonio ha dicho! Señor corisejero, os ha ofendido muy particularmente. Cómo estariais vos en la casa de este humilde criado de vuestra señoria, si fuera éste el infernal figón de un figonero del demonio? Decidme, señor consejero, beberiais por ventura aqui como bebéis el católico vino borgoñón, comeriais aquí cual coméis los cristianos trozos del gordo lechon? Vuestro respeto señor consejero, no puede consentir que así se ofenda a vuestro criado: que en mi se ofende a todo el estado de la sociedad, señor consejero. En vuestro criado, senores, a todos vosotros por junto se injuria. Porque siempre en los criados se pretende señalar la vileza de los amos. Yo soy vuestro criado me achaca vileza este misero faquín. Yo dependo de vosotros, yo soy vuestro reflejo, luzco con vuestra calidad como luce la luna con la luz prestada del sol. Si me achacan infamia mi que soy el reflejo, es en verdad vosotros los que sobre mi irradiais como un foco de luz irradia sobre un oscuro punto iluminándolo, es a vuestra nobleza a quien por consecuencia se endereza el insulto. Castigad al malandrin. Obligadle a que me pague!
Faquín. Pero que os he gastado, mi buen figonero!
FIGONERO. Mi buen figonero. Ois lo que ha dicho. Mi buen figonero! Así quiere engañarme. És claro como la luz celeste. Ha tomado calor de mi fuego: calor para su ropa andrajosa, calor para su piel negruzca, calor para sus huesos viles. Con el humo oloroso de mis comestibles su pan ha ahumado. tiene dos piezas de plata. Por Dios, que me pague!
SEÑOR Juan. Tate, tate, el chillón figonero. Contesta a lo que voy a preguntarte. no haber ahumado su pan el faquin, den qué hubieras empleado el humo de tu figon?
FIGONERO. En nada lo hubiera empleado!
SEÑOR JUAN. No se hubiera perdido en el aire?
FIGONERO. En el aire se hubiera perdido.
Señor Juan. No te hubiera eso costado lo mismo que te ha costado que el faquin ahume su pan escaso?
FIGONERO. Es cierto, pero el humo es mío y no del faquin. Mi egregio señor, yo tengo unas calzas de preciosa estofa, que hace veinte años guarda en el cofre mi digna mujer, y no uso esas calzas, ni pienso usarlas, porque no corresponde ello mi baja condición; las dejó un caballero, que tenía varias iguales, en pago de una noche de alojamiento, habiendo perdido al juego todo el dinero que consigo traia. Queréis que esas calzas, porque yo no las uso ni las usare, las ofrezca al faquin? mejor queréis que el faquin las coja y se las ponga, alegando la razón de que yo nada pierdo si nunca las uso?
SEÑOR JUAN Tales calzas no son para el faquin.
FIGONERO. Es que mi humo no es para faquines Selon Jun. Peregrina razón es la que aduces.
FIGONERO. Es peregrina razón. Pero vale la vuestra, mi egregio señor. Las calzas no uso ni el humo aproqueréis, mi a