Bourgeoisie

206 REPERTORIO AMERICANO intermedia locamente sin dem por queda a su vez: contorno tenuamente regocijado porque no dispo manes eran medidos, el gemido de la les acechaba desde el frente, medio esnia sino del último almud de trigo. Aquel victima oscilaba en la nota menor y el condido tras los ilamos. Su escopeta se trazaba el programa de comer solo ritmo do nuestros corazones se norma tronaba hasta el crepúsculo. Era el fanuna vez al dia. los menos originales lizaba. Pero, si la mano se estiraba con tasma de los conejos confiaban en la bondad segura de Dios vehemencia hasta el fondo del cajón, Solia esparcir trozos le espejos junto En ese año se llenaron muchas veces gemido dilataba el pecho del colegial a la zurza para que los conejos presenlas alcancias de In iglesia. Gracias a tal y ganaba espacio sin respeto a ninguna tasen blanco tijo. Pero estos demostraban munificencia, en el siguiente, las torres nota y nosotros dejábamos escasa curiosidad porque iban y venian estuvieron un metro mis cerca del cielo de respirar.
sin dejar de de zigzaguear.
Para el bizco era motivo de bochorno. an pronto como la oscuridad deshaTan El preceptor bizco después del precipitado adelantamiento cín la calle, desaparecian los raros tran de sus dedos, no dar con el instrumento, seuntes. hacian bien. esa hora las paEn la escuela fué donde conoci por Es cierto que terminada por imponerses rejas, que no querían llegar al matrimonio primera vez, el aspecto brutal de la vida. pero el titubeo le contrariaba.
en estado de perfecta inocencia, buscaban La escuela parroquial, en donde fui No sé si distracción o espíritu de el amparo del matriculado, funcionaba en un, leisima farsa exclamaba en voz alta: alli, comenzaba la zona del cemeny vieja casa compuesta de grandes salas Eu fin. El guante ha desaparecido. terio. La calle haciase de yertas.
pronto ancheΕΙ patio, aunque era extenso, por rosa, como si los que pensativo.
por ahí transitaban, estar encerrado EI entre altos muros, era Señor. Perdóneme. Le juro que más frío y extraño que las salas. Adlenecesitasen de mayor espacio.
Sin embargo, aparte del asno que poseía más, estaba como aplastado por la somRegresaba el bizcode sa abstracción dán el municipio, todos preferían irse por otro bra la iglesia contigua. La fisonomia dose con la punta de los dedos en la frente: camino, porque un cementerio, aunque no de ese patio estar siempre fija en mi Ah. pero si ayer lo guarde en el tenga en su frontispicio coplas de Manrimemoria.
otro cajón!
que, entenebrece todas las almas.
De entonces sólo conserva recuerdos Mientras iba por el guante, el discípulo ΕΙ asno era el único paseante venturoso.
de imágenes. Talvez nos enseñaban alguchillaba cerraba los ojos, se retorcia. Daba La proximidad de los sepuleros ponin enna cosa. Era el profesor un sujeto rubio, gritos inverosimiles Ocultaba sus manos tre el y sus enemigos, uma muralla de paz.
bizco, de pequena estatura, gélido com en la espalda, se hincaba, pedia perdón, se Además, en el sobraba la yerba.
pletamente. Pisaba con la punta de sus entregaba a a todas las manifestaciones de Frente al cementerio tenía su casa el pies y gritaba sin cesar. sonrcia ni la impotencia. Por desgracia, inutilmente viejo Aliste, sepulturero perpetuo de Allue por broma. Qué excelente carcelero hu El bizco, inmutable y frío, le ordenaba pre ante quien maciau y morían las contas.
biera sido!
sentar la mano abierta.
después de haber acabado sus vidas sin Apenas la campana sonaba el torto el gnante se alzaba y golpeab. asunto rador aparecia en el patio frotándose las Los gritos vibraban en los vidrios, re Desde ahi seguia la calle sin ninguna manos. Nos formábamos apresuradamente percutian en los muros del patio y se iban compania. Y, aburrida de su propia soley nos ilamos la sala temblando por muriendo por las calles desiertas.
dad, se empinabu un tanto y saltaba al rio.
lo que podia suceder, Este se la llevaba consigo eternamente.
Le odiábamos con entusiasmo y ejerUna calle citábamos nuestros espiritus en desearle Las calles del pueblo eran numerosas Aliste el sepulturero Ins más abominables desgracias pero el y anchas en demasia para el tránsito El vicjo Aliste tenia la derecha de barbaro estaba siempre en pic, Honrosa cotidiano.
su casa, un pedazo de naturaleza casi clo, elástico, con una salud desafiante. la hora del tren se abrían todas virgen y un poco mis alla, la canción Reinaba en la sala silencio lúgubre, las puertas y mas cuantas personas salían permanente del río. Buena compensNos con mirada piadosa y con rumbo a la estación. Encontraban ción al fin y al cabo.
después, estáticos y con el corazón con só que placer mirar, a través de No sembrabo, no posebano hacia ousas, vulso, esperábamos el temido minuto las ventanillas, las cabezas desgreñadas Ni siquiera tenia hijos. Su oficio era entoEl bizco se alisaba su cabellera roja de los viajeros. Para el pueblo, los hom Trar a los que voluntaria o inadvertida y miraba con detenimiento bres del tren formaban la humanidad mente morian. En poco querido, porque Luego comenzaba tomar la lección desconocida, pero latente.
su presencin evocabut recuerdos tristes y con la cabeza inclinada sobre su Antes y después eran inutiles las calles sugeria certidumbres atroces. Pero los derno de not notas.
Solin toser algos pero porque nadie las frecuentaba. Permanecian hombres, que no habian echado raiz en munca tanto como para que se le com mudns, desiertas, escondidas. Eran puro la vida, tomaban con el una copia prometienen los pulmones.
paisaje. salir al balcón resultaba ocioso.
Desventurado era el chiquillo que no Su estatura era regular. Era mais viejo La muestra era uma calle de gran alma. que muchos. Tenia enmarcado el rostro habin resuelto su tarea. El bizco sin En toda su extensión no no habia más de vein entre su cabeller y su barba frondosa poner mala cara, pero sin oir tampoco te casas: pero los cercos coronados de hojas Si truia auditorio, hablaba con ardor.
ninguna disculpa, le ordenaba colocarse llegaban hasta donde alcanzan las mira Detrás de llengua dormian setenta frente al pizarrón.
das y sin superaban esa distancia. anos do paisajes ruidos, leyendas y meLa victima, desde ese instante, empe Por el hecho de nacer en en la calle princi ditaciones. despertahan cuando vein zaba a modular todos los tonos del so pal conservaba en su primera cuadra cier en torno suyo un circulo de orejas pulloze. nosotros nos sentiamos embar to alinen miento burgués tenia acorns gados por la más intolerable de las ripindas y arboles anémicos, empolvados, Cuando alguien se ponia a dormir sin angustias.
sin primavera ni pájaros.
término, los dedos golpeaban la puerta Nuestro torturador abrin su escrito Después seguia una jornada de mura de Aliste. Cubriase entonces con su derio y busenba. Revolvia los papeles con llones clericales y de repente la atra lantal de amplísima cartera, lacin entrar el abandono del que se encuentra solo vesaban los brazos de acero de la via en ella la punta de su barba el sepero cuando hallaba el guante, en tu férrea.
rrucho grunin durante una tarde. Después rostro se proyectaba a sombra de Ibi bajando luego con movimientos sonaba el martillo. Mis tarde la brochu ondulantes, hasta el cementerio. Se alu manchaba de oscuro el ataud. Adiós.
El penitente, mientras duraba la bús ba u su derecha un bosque de ilumos queda, gemia con cierto método. Cuando transparentes que favorecía con susomNotici Qubbarla más notable tiene usted!
ol tono decrecín y parecía extinguirse bra a los innumerables ociosos de Albue. Si. Asi es. respondia Si Dios le era seguro que en su alma crecía la Una muralla de zarzamora alzabase en da a uno pelos, no es seguramente para esperanza de salvarse el flanco izquierdo. Los conejos que ahiraparselos.
Desde nuestros bancos podiamos se tenian st yacija. salían al camino y Este dialogo, igual siempre, venint reguir con precision absolnta los movi corrían por entre la yerba y al primer pitiéndose desile la guerra con Peru mientos del profesor. Nuestra unidad ruido se ocultaban.
La noche le encontraba en la cantina sicológica era maravillos. Si sus ade Tristán, mientras el sol permanecia, de don Nazario. Discurria allt sobre las 110 CDcientes agrado