REPERTORIO AMERICANO 77 evida que piernas entre los un sol tibio y patea suave cora que em drada dejó gentio on ya saltaron o de Campeche: toiley Toro de once oidores y municipes les mandaron buepara honrar bien la fiesta del glorioso nas galas en dinero, y bandas bordadas.
señor San Hipólito, en cuyo día ganaron México, Julio 20. los frailes juaninos.
la ciudad de México los españoles, se Mi querido Garcia Monge: mañana y tarde se corrian toros corrieran siete toros y que de estos siete Ud. sabe, naturalmente, quien es don Artemio y ansiosa, apresurada, salía la gente de toros se mataran tres que se habían de del Valle Arizpe nuestro gran colonialista, que escribe cada dia cosas mas finas, mas donarla plaza para ir a otras fiestas. En una dar por amor de Dios a los monasterios rosas y más deleitantes. pedido que me le corio, que, como permita enviarle para el de las corridas de la mañana, en el aley hospitales. Quedó también instituida todos los escritores de América, el tiene en gre toro de once, una res hostigada, como fiesta de la ciudad el dia de San grande devoción; y ahi var, con ésta, esas cuartillas suyas, que estoy seguro habrán de agracorneó a un lidiador negro y lo dejó en tiago Apóstol, ordenándose que en esa nario decer los que leen con amor su eminente sema el sitio con todos los intestinos temblofecha se lidiaran doce reses bravas. Qué Hasta muy pronto. Le abraza, rosos, derramados por encima de la roja regocijo y qué alborozo en esas fiestas!
ancha herida le abrió el cornuMediz Bolio peta que siguió revolviendo con hundidas en el tranquilo sosiego de los tencia la cara entre el higado y las caserones. salían haciendo ruido, irradiando luz de felicidad. Todos miraban bofes. Hubo vejiga en la mayor parte de las casas; prietos la ciudad como nueva, con una gracia cohetes voladores. que va vaban la noche emoción y palidez en todo el público.
largos, gritos y desmayos de damas, de recién paternal. Las campanas de y girándulas: escaramuzas, mascaradas duj adas dujo la roja destripada del negro toreacian su regocijo con voz más fina, el a lo faceto y ridiculo.
alegrias de jue dor,. se suprimió el toro de once, lo aire era más transparente, el aliento gos de cañas y toros. No se oia por las no fue muy del agrado de la mayoría de las rosas era una muy calles más que el suave roce halagador de la setla; sólo se olian fragancias delica Ilangueros de las gentes, ni menos aún de los budelicadeza que le complacia al ros estudiantes. La plaza se hazón. Las casas tenían como una fisodas emauaban de todos los trajes. llaba henchida. pletórica, hervia de grinomia benévola y clara que acogía, pareRisas y cantares cruzaban por el aire. tos. No soltaban al toro. pero tampoco ciendo que iban a referir el encanto Se alzó la plaza de toros donde el secreto de sus intimidades. El agua murnadio se movía de su asiento. Todos siniestro quemadero de la Inquisición, moraba en las fuentes su límpido mofrente a a San Diego. La plaza era cuaprotestaban con furia, se desgargantalan a voces. Las bocas no estaba llenas nólogo con sutil efusión. En las hablas y se una ancha aceatronadores.
que volvió compungidas el dolor o la quia para las regatas que hubo con el toro no saldría porque estaba supritristeza, numerosos remeros vestidos todos ellos mido. se volvió a repetir, y que ya era de.
desesperanza se tenía con un deli con verdes lampazos de la China. Tenia cado matiz de optimiem el diez andanadas de tablas, inútil esperar, pero mas subió la espanella se agitaba la oleo y dentro de andanadas de tablas, insuficientes para contener el como un breve tosa grita y algazara; se rompía el aire enorme cascabel de oro. Se dejaba el picote, el con altísimas aclamaciones, se escupian maba desde temprano por asistir injurias y amenazas. Nadie se iba de paño de raja, el buriel, el terciopelo rizo, a las corridas. Los palcos se forraron la plaza. Pero de pronto, todos a una de los insignifilistadas. ya de ruán de cofre, la frisa, las angari polas. estamenas.
a la arena con enorme guacantes veludillos, las iluminandolos hachas de cera de Castillo zanga, numerosos estudiantes de la Uniel vellori, las tiesas bófetas, los anascotes. todas las corridas asis versidad. Los padres de la Merced, que negro tafetán, los espesos fustanes tió el Arzobispo virrey, y los graves se hallaban en la plaza, fueron a sosegarse trocaban por los tisues, por los espo señores inquisidores, los de la Audiencia, a ponerlos en paz. Los estudiantes el Cabildo Eclesiástico y el de Ciudad.
lines, por los damascos, por los brocaabrieron el toril, y saltó bufando al dos, por los áureos jametes, por las cataEn los palcos inmediatos al del Arzoruedo el toro más boyante y con más brio lufas.
por los rasos, por los chamelotes bispo virrey, don Fray Payo Enriquez que se había visto, era cardeno de colores, por los terciopelos, por los fán de Rivera. muy llenos de colgaduras y de adornos, se colocaron todos y como de seis yerbas, sus cuernos eran gorgoranes, por las frescas zarazas, por tan largos como palos de navio y y con los religioses de San Juan de Dios, que los pequines recamados. De las muñecas más punta que las más sutiles agujas.
se desenredaban los rosarios de calam tomaron a su cargo el abundante obsequio de los dulces y refrescos de cosLos estudiantes no se buco o de dieces de amatista o de coral, se arredraron. Con tumbre, todos insignes como salidos de sus capas le empezaron a sacar arriesentre engarces afiligranados de oro, o manos doctas de monjas, y que ellos gadas vueltas entre los atronadores aplaude huesecillos de olivas del Monte Olisos del gentío. El toro despernancó a vete, con medallas llenas de indulgen mismos sirvieron al Virrey, a los inqui uno, hirió a otro, a muchos los lanzó a cias y en su lugar iban las áureas masidores, a la Audiencia, al Ayuntamiento los aires, sacándolos casi de la zona millas, los brazaletes con perlas y y al goloso Cabildo Eclesiastico. Su Ilustrisima don Fray Payo Enriquez Afán mantes jaquelados: los dedos se llenaban atmosférica, a los más les dió revolco nes tremebundos, pero los intrépidos con los relumbres de las sortijas, de los de Rivera obsequió a los toreros con estudiantes, no se retiraban de la lidia cintillos, de las gruesas tumbagas; en cuatro fuentes de dulces cubiertos. Los y seguían dándole al los pechos fulgian las pedrerias de los notable de lances. Los padres de la Merbroches de los pinjantes, de los brincos, ced abandonaron rosarios y chancletas de los herretes de los CONTEMPORANEOS en el ruedo con las carreras desaforadas de oro; se abandonaban los Revista Mexicana de Cultura que emprendieron para ponerse a EDITORES: libros de horas para tomar, con encanto las novenas, los devocionarios y y el aire lo dejaron estremecido de ayes Bernardo Gastélum, Jaime Torres Bodet, consternados. de válgames, de feliz, los abanicos y los guantes de olor. Ortiz de Montellano, Enrique González Rojo y de un largo juy, uy, uy! pero no toSi estos festejos llenaban de alegria las dos los Aparece mensualmente gentes, más se alborozaron con los los padres huyeron, no, sino sólo los los reverendos, los un número que se hicieron con motivo de los unciosos, pero Dils. 50 nización de San Juan de Dios. Ojos fal Suscripción a Nos.
los otros, ocho, diez, unicamente para 50 taban a la admiración para aplaudir los cumplir, claro está que únicamente para Apartado Postal 1811.
cumplir con el evangélico deber de calespectáculos que inflamaron de alegria MEXICO, DF a la ciudad. La procesión por la Alaa los estudiantes, no sólo se daron en la arena impavidos, meda, los carros triunfales engrandelos sino que ciendo escenas de la vida del Santos hasta trababan breves y sutiles discuRevista Chilena certámenes poéticos en la Universidad siones teológicas con ergos, negos. disDiplomacia, Politica, Historia, Artes, Letras tingos. para disputarse el privilegio de y en el Colegio Mayor de Todos los Director: Felix NIETO DEL Rio plantársele delante al toro y el que triunSantos y en el de San Pedro y San Suscripción anual para el Ext. 40 faba en la discusión ayudado de algún Pablo; luminarias y veneros de ocote y Dirección y Administración: Correo, empellón eficaz, recordaba alegre sus muchos fuegos de lebrillos y faroles de Santiago. Chile. años de mocedad y le daba a la res el los.
y diatoro de las piochas.
pinos los eucoa salvo de quejidos gordos, canomar se que