REPERTORIO AMERICANO 371 que le que piensa quería qe te ra un poeta que ha comenzado a enve viazgo espiritual al que ni siquiera falta Siete años, como siete centinelas, jecer De México al Plata y a Buenos el toquecillo romántico de la oposición miraban el camino Aires. Ha colaborado muchos años en por parte de la familia. Pero dos claros por donde al fin llogaste.
los diarios y en las revistas. Aqui lo ojos de mujer no se engañan aquel hom Ya ni la soledad le duele, porque sus conoce todo el mundo. Hasta ha mante bre llegó hasta ella, de tan lejos, muy rigueras imaginaciones saben poblarla: nido sas del Plata, ejerciendo muchas veces penetrado ya de silencio. Sus miradas comenzaban a tener destellos más que Quien no ama, no comprendo aquella función de confesor laico o de humanos. Ya el ángel de la muerte lo toda la inmensa dicha de estar solo consejero espiritual que correspondía tan seguía como su sombra. Èl se creyó re Y, de repente, esta nota típicamente bien a su nobleza ingenua. Las cartas juvenecido, y hasta se entregó a ejerci portena, ouyo sentido entenderán cuantos hayan residido en Buenos Aires por torias vagas o precisas, han quedado tas de vidrio que la enfermedad y los lo menos un mes: El teléfono, que yo euidadosamente selladas, guardadas por anos le habían metido por los muscu reputaba la más odiosa invención de los indice alfabético. Hasta sé de una niña los, ejercicios que a veces sólo servian hombres, hoy es para mí una música.
porteña a quién, desde España. Amado para empeorarlo. Al fin se olvidó de la El 11 de mayo de 1919 embarcó paNervo ayudó, por carta, a bien morir. muerte iteniéndola tan cerca! Pero dos ra Montevideo, donde presentó credenYa él no creia pertenecerse, y tenía claros ojos de mujer ven mucho en lo ciales y, muy vencido ya por el mal.
razón: ya empezaba a ser de todos sólo invisible: ella comprendió le corres todavía tuvo fuerzas para resistir no só le faltaba la muerte para volcarlo en pondia ser piadosa, y no hizo más cuantos actos públicos, y hasta fué palos demás por completo. Pero. quién aceptar su santo destino de enfermera. drino de un matrimonio. Todos los dias ahora en la muerte, entre los miDe tiempo en tiempo, el parece darse escribia una, dos y hasta tres cartas.
mos de una hospitalidad cálida, frater cuenta, y reclama. Luego, se conforma Prometia siempre estar de regreso para nal, realmente insuperada? Después del con inspirar piedad. Por momentos sien el dia 21; exactamente el dia que musilencio, del olvido casi completo en que te que ha entrado en un blando sueño, rio. No quería morir, mientras no estudiscurria ya su vida madrileña, Buenos y acepta que lo lleven insensiblemente, vo seguro de la muerte, porque ahora lo recibió como un hogar en fies sin sobresaltos ni asperezas, hasta la úl lo retenia un dulce afán. Pero cuando ta. En tres meses iqué rastro largo. Qué tima posada.
oyó el aviso inapelable, comprendió la recuerdo cierto, y qué corte, en torno. El testimonio de esta adoración de inmensa piedad de su destino y crisde falsos o o supuestos recuerdos! Los que Amado Nervo no es ya un testimonio tianamente resignado, supo agradecer no lo conocieron, ahora, cuando lo evo literario: ha quedado en la intimidad, y en nombre ya de su alma eterna, la úlcan, se convencen de que lo conocieron apenas, como para adornarlo un poco tima visita de su enfermera.
y lo trataron asiduamente. El poeta ni quiso darle un leve sabor de versos, en caragüense Salomón de la Selva En carta del 17 de mayo, escribes Mi un cuadernillo privado que aún no es médico, hombre sencillo y afectuoso, viescribir una sátira sobre los que Rubén de pastas negras, de unos ocho por cin lisis que hizo hacer, y me dijo preten tiempo de publicar es den haber ayudado con dinero a un cuadernillo no ayer un poco alarmado por un anáDario. Otra, pero mucho más piados, co centímetros, que, a lo largo de trein nin mucha albúmina, y me ordenó que podria escribirse sobre los que acompa ta y siete hojas, alterna los rasgos de no tomase más que leche y fruta. Me fiaron Amado Nervo, en el Parque aquella caligrafía de monje copista con predico sobre lo que aun podia yo haHotel de Montevideo, el día de su muer una serie de páginas en blanco cada cer en el mundo, etc. Yo premeti y to. Tal es el espejismo de aquella me vez más frecuentes: pausa. jadeo cada cumplire el régimen, porque quiero moria avasalladora. El hombre, más gran vez mayor de aquella respiración ya fa nir Ysabe por qué quiero vivir. que sus versos, habita hoy, como la tigada, o quién sabe si diálogo entre el unos renglones más abajo que sorpequeña efigie de plata de los latinos, amante y la muerte, en que culla vo presa: Nervo, el poeta mistico, el poeta entre los lares de aquellos a quienes acaso ces el amante, para que la muerte va que había dicho a Kempis: no trato vida ya estampando la impresa inefable de In muchos años que busco el yermo, ÉL tenía que defenderse: tournee di sus dedos.
plomática, visitas, banquetes, conferen El proceso de este amor es sencillo: ha muchos años que vivo triste ha muchos años que estoy enfermo cias, y, para colmo juna cancillería tre empieza con pidante de máquinas de escribir! Con is es por el libro que tú escribistel, cierta amistad amorosa esa travesura que sólo conocen los muy se asusta de sus propias creaci es, y justos, se escondía y se escabullia, popara mi desconocida, teme que la Imitación de Cristo le arreniendo unos la excusa del compromi y acaba con el inevitable dilema: bate su amor: No lea tanto a Kempis: so con los otros. Hasta para quedarse habla de un desasirse total de todas las solo en casa entre los amigos o amigas juntos han de ir nuestros destinos cosas era un monje No se me aleje de su predilección (y cuánto le gustapor el sendero del amor. jo nada!
por él. El dia 20, 20. ya casi no puede ba encerrarse a charlar así, los dias de En vano hemos buscado alli la sostener la pluma, pero todavia escribe: lluvia. tenia que contar a sus subordipecha de la muerte: ni siquiera viene. Ya pronto estaremos juntos. Hasta luenados que estaba ausente. cuando lo dejaban en libertad para cala palabra cuando el consonante del vergo quién le escribe? una muIlejear un par de horas! Todo le diverso parecía anunciarla o requerirla. Lopera. una mujer aquella de quien jero a la inmensa sombra que lo estia; pero, sobre todo lo que no miraban creeróis, amigos. Amado Nervo estaba con razón decia en sus versos intimos: los demás. Si queria ofrecer un presente, bia olvidado hasta el pensamiento de la ostu vex tan enamorado. que se le haErts mujer nada más, se lo ocurria comprar una piedra pre muerte! Si habla de y de hoy er siempre serás ciosa, sino que recogia del suelo una pietoda luz y poesin.
drecita de color, y corria todo Buenos tres letras que caso un din Aires hasta no dar con un bolso diminume atreva yo a pronunciar 20s acordáis de Poor Gynt, en to, adecuado al tamaño de la piedrecita muerte de su madre? Entrando en las Así, me figuro, comenzó a remansar bien podéis figuraros que se trata de alucinaciones de la agonizante, se fin se su alma, al paso que la enfermedad las tres fatidicas letras: pero ge cochero, monta en una silla, arrea el se enseñoreaba cada vez más del cuer el se refiere a las tres letras de la pa caballo imaginario, y no para hasta que po. No sé on qué momento sobrevino Inbra Mia.
la moribunda cree haber llegado al cielo.
el milagro. Los documentos que hemos Hacía siete años que esperaba este amor: Atravesado ya por la espada, el Poeencontrado son de abril del año diez y ahora podia comprender que la historia de ta se iba arrastrando hacia la promesa neve, un mes antes de su fallecimiento. la niña reacia había sido una equivocación de la vida. Un ángel lo paso a loy brade la espera, una pesadilla de la tardanzas xos de otro ángel. Su sed de amor no tiene fin. Esta vez seri un amor candoroso, agradeAlfonso Reyes cido, timido y tierno: un verdadero no de que alivio la Ils. Aine mayo, IR