238 REPERTORIO AMERICANO 002 dido más do la pequeña.
No, signore quedo gada, quise volver a comprar la jaca; pero.
seguirle hasta el otro extremo de la plaza, se había evaporado. Entonces alguien me ofre. LIBRERIA ESPAÑOL junto al ció su yegua y su tartana. Otro que se había pajar de los músicos.
quedado tan mondo como yo y quería imitar10 Rue Gay Lussac, Paris V, Asqueada y escrupulosa, la gente de la plame para ver si se le pegaba mi fortuna. Una y Mayor Madrid, España za fué dejando un espacio vacio en torno a las dos hermanas, sin que éstas parecieran darganga, Ramis; ya la verás; total, trescientos Envia libros españoles, franceses, etc. se cuenta ni salieran de su indiferencia displicincuenta duros, y todavía me quedan cuatroa todos los países en las mejores cente: la pequena, echada en el suelo, envolcientos en este infierno dijo poniéndose la macondiciones.
no sobre el corazón. Ah! Si me hubiese viéndose bien en el varonil chaquetón y tempo Pidase información de novedades. blando visiblemente, como presa de un ataque quedar otra noche, en un año no tendria de fiebre; la mayor, sola, en pie, en medio del la mujer motivo para quejarse de mis cuentas. Depositario del Repertorio Americano.
espaciu vacio.
pero no podia ser. Mañana bautizamos a mi pequeño y y vendrá a casa toda la parentela, bajo esas guedejas. Mira, mira como se rasca El pubill, desde el otro lado de la plaza, oudo verla mejor que de cerca y la halló más ¿comprendes?
la otra.
bonita todavia. La cobla tocaba mientras ella Todo el mundo sabia que el pubill Bigorra Entonces el pubill vió una segunda chiquilla parecia profundamente abstraida, escuchando tenía miedo a su mujer que a la justicia, más pequeña, sentada en el suelo y arrimada la música o estudiando el paso de los sarday aunque solia hacerle de enero a diciembre a la pared de la capilla. Llevaba la cabeza mil barrabasadas, procuraba que ella no se vendada con un trozo de trapo que había sido nistas; medio apoyada en el enorme pandero, inmóvil como una estatuilla de bronce y aureoenterase, como ahora lo declaraba sin eufemis blanco, y en el cuerpo una chaqueta de hom lada toda por el sol poniente, mostraba una acmos a su amigo.
bre a modo de abrigo y se refregaba la espal titud, una expresión extrañamente melancólica.
En esto se había ido colocando delante algu da contra la arista viva de la esquina, mien. No digas; parece enteramente un cuadrona gente que les impedia ver la plaza; y como tras entornaba con delicia los ojos.
dijo sin poder reprimir su entusiasmo el pubill.
retrocedieran, el pubill tropezó con alguien que También el pubill sintió un estremecimiento. Un cuadro. de porqueria dijo el otro con estaba detrás mismito de él, casi incrustado a serpentearle por la columna vertebral abajo, desprecio. Te la regalo si la quieres.
su espalda. Era una gitana, una bohemia jo como si de repente hubieran empezado a pa. yo la he visto alguna otra vez; pero no ven, cubierta de harados, con un pandero más searse bandadas de hormigas por todo el cuer sé dónde.
grande que ella bajo el brazo izquierdo y un po. No obstante, quiso entablar conversación Te lo parecerá, porque como todas son mico sentado sobre su hombro derecho hacien con la muchacha.
iguales.
muecas grotescas y pelando cacahuetes con Es tu tu hermana? le preguntó señalando a El pubill no tenia ganas de discusión; pero singular destreza.
miró a su amigo con lástima, como si estuviera Perdona muchacha. Te he hecho daño? Lentamente, como si antes de contestar tuchiflado. Cómo podia decir que todas las gita respondió ella con vocecilla dul viera que pensarlo la gitana dijo que si con nas eran iguales. Vaya una salida!
ce como nota de cornamusa. Pero el pubill við la cabeza caballero en su hombro, el simio, Se acabó la sardana, y la jovencita, que no cómo se refregaba vivamente un pie descalzocon lanzando con gran agitación una cáscara de se habia movido un instante, dijo con voz dula la otra pierna, mientra elimico parpadeaba cacahuete, rompió en gritos estridentes y se cisima a su hermana: como un condenado. De fijo le había pisado al abalanzó hacia adelante, como si fuera a tirar. Andiamo, piccina?
volverse. Al girar sobre sus talones por com se sobre el hombre. Non voglio. Ho freddo. y se apretó más pleto para disculparse mejor, el pubill El pubill, no muy tranquilo ante aquellas ma contra la pared.
maravillado Aquella chiquilla niobras, retrocedió instintivamente.
La otra no insistió. Unos rapaces tiraban más de diez y seis años era una verdadera La gente que los rodeaba, reia, reia.
cacahuetes al mico, que los cogia y desgranapreciosidad de mujer como ninguna había visto La muchacha pasó su mano negra por el ba con su acostumbrado parpadeo estrambótiel pubill, y eso que su memoria podía ofrecer cuello del simio, hasta que fué calmándolo poco со, cuando Pod una larga lista Su tez era de un moreno transalguno de los chicos se acercaba poco, mientras se acentuaba su vivo parpa demasiado, recurría la mueca burlona para parente, de ámbar tostado; tenía la cara un deo fruncia la boca en forma de o, haciendo asustar al grupo y mantenerlo a raya.
poco corta, la frente estrecha, deprimidas las al pubill una cómica mueca. Acto seguido, vol Unas cuantas mujeres que habían observado sienes, la nariz recta, los ojos inmensos y los viéndose de espaldas, como si no quisiera ni comineras la actitud del pubill, hacian sus colabios como una brasa viva. Cuando sonreia, verlo, empezó guitarrearse el vientre con mentarios no lejos de las hermanas: los dientes y el blanco de los ojos le relucian gran sana. Con toda seguridad, el pubill no le. Mirad aquel mozo grenudo cómo se la coigual que porcelana. Las greñas, de un casta había resultado simpático.
me con los ojos. seria capaz de llevársela ño claro desteñido, se le comian media cara, Ramis empezó a abrirse paso entre la gente.
si pudiera! Si los hombres de ahora son unos y toda su persona exhalaba cierto tufillo re. Vamos, vamos, tú, que de aqui no podemos puercos. Todo les viene bien. Qué asco!
pulsivo.
sacar nada bueno. Calla, que puede oírte.
El pubill dijo a su amigo, no tan bajo que Espérate, hombre. No nos entiende. No has visto que hablaella no pudiese escucharlo. Vamos! Bien estoy como estoy. No quiero ba en otra lengua. Caramba, noy. qué buen bocado.
que me toque esta loteria.
Cuando los músicos volvieron a templar sus bien acompañado contestó Ramis no sin echó a andar evitando el contacto de la instrumentos, la hermana mayor se acercó a la alarma. Sabe Dios los habitantes que llevará bohemia, y el pubiil no tuvo más remedio que pequena e, inclinándose, le dijo algo al oido.
La niña, sin moverse, tendió la mano y tomó la cadena del mico. La mayor, entonces, filtránQUIEN HABLA DE LA dose entre los mirones que la rodeaban, desapareció y cuando el pubill quiso recordar, la grácil figura se había desvanecido.
se refiere a una empresa en su género, singular en Costa Rica. Su larga experiencia la coloca al nivel de las fábricas análogas más adelantadas del mundo.
Permaneció Bigorra en la plaza hasta que Posee una planta completa: más de cuatro manzanas ocupa, terminaron las sardanas, y después se decidió en las que caben todas sus dependencias: a marchar, enseñando de paso su amigo la CERVECERÍA, REFRESQUERÍA, OFICINAS, PLANTA ELÉCTRICA, TALLER MECÁNICO, ESTABLO adquisición hecha en Figueras. Quieres venir hasta la carretera?
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CERVEZAS REFRESCOS SIROPES Entonces, adiós, Ramis; y no te canses mucho.
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DURAZNO, MENTA, PILSENER SENCILLA.
RANJADA, GINGER ALE, CREMA, FRAMBUESA, ETC. el pubill azuzó a la yegua. Otra vez, salGRANADINA, KOLA, CHAY, FRESA, DURAZNO PERA.
to aqui, brinco allá, salieron a buen paso al camino real. Contando con volver a casa en Prepara también agua gaseosa de superiores condiciones digestivas pleno dia, el pubill no habia cuidado de arreTiene como especialidad para fiestas sociales la Kola DOBLE EFERVESCENTE y como reconstituyente, la MALTA glar los faroles.
SAN JOSÉ COSTA RICA Con tal de que no me salga al paso la pareja nueva que hace el recorrido de Sirvent.
seis chiquilla que no tendría a Cervecería TRAUBE