141 REPERTORIO AMERICANO pear en la la cintura.
intura. No voy hinchadas ¿qué se habían hecho el cajón de la PALABRAS RECONFORTANTES DEL ILUSTRE sal, el tarro de in harina, y los EX PRESIDENTE DE COLOMBIA, DR. RESTREPO jamones que debian estar colgando de las vigas? Aquí no veia vigas, Medellin, Enero 21 de 1929.
sino un techo em papelado. Muchas Sr. don veces habín oído hablar de catres de hierro, pero como era que se JOAQUIN GARCIA MONGE hallaba acostada en uno de ellos?
Para penetrar estos misterios traSan José, Costarrica. taba de levantarse, y se sorprendin del esfuerzo que le costaba Muy distinguido amigo: cual si hubiera cnido enferma la De todo corazón le deseo un año muy noche anterior.
venturoso y lleno de triunfos para su Al oirla moverse yo solia gol admirable REPERTORIO AMERICANO.
pared, pues habíamos convenido Lo he seguido recibiendo con toda punnido que esto quería decir que yo estaba cerca y, por lo tantualidad, y a la vez que le reitero mi to, no había novedad; pero a veces agradecimiento por el obsequio, le reestos golpes parecían pertenecer nuevo mis más entusiastas felicitaciones al pasado, y la hacian decir: por esa publicación. Ella es eminente Ese es mi padre que llama a a la puerta; debo levantarme a mente patriotica, con la circunstancia abrirle.
de que su inteligente propaganda no se Le parecia verle, y era uno limita a una sola patria sino a todas mucho más joven que ella a quien las de Centro y Suramérica.
veia cabierto de nieve, sacudien Su periódico alta tribuna de digni dola de sus botas, con las manos dad, de soberanía y de independencia pay agrietadas por la arcilla y el rocio. Luego oiara todas estas repúblicas latinas, y sus esto era cosa que ocurria frecuenideales habrán de imponerse si es que temente en la alta noche a mi hemos de vivir en paz y en justicia.
hermana que la tranquilizaba con Me repito de Ud. affmo. y amigo, tiernas palabras, y enc luz para mostrarle dónde haC. Restrepo laba, la acompañaba hasta la ventana para que viera que no dedicarle una semana entera al des. discutia cual debía dejarse y cuál era noche de nevada, y hasta lleván. Con un poco de menos minucio no. Ah, qué hermoso sueño! Cada gaba a acompañarla y bajar a In sidad, pero siempre con mucho de mañana me abrazaba a él, y ni puerta de calle gritando. Hay su antiguo orgullo en su casa, queria darme por entendido cuando alguien ahí fuera. si esto no mi hermana mencaba la cabeza al ella lo hizo por la ultima vez y.
bastaba, arrebozando a mi madre luego se puso a sacar su ropa y mencionarlo, pero antes que transhasta los ojos, In llevaba a uno y a extenderla sobre la cama para carriera el día yo tenia también otro cuarto, señalándole los objetos darse el gusto de soareiarla con que convencerme de que no era familiares, a modo de jalones que los dedos al mismo tiempo que se posible. Se había realizado muchas le servian para guiarla con pausa través de los sesenta o más años que ella habia saltado tan bruscamente. tal vez el término El traje hace al caballero de esa excursión eru junto a mi y lo caracteriza cama, donde llegaba mi madre a decirme con expresión ansiosa. Es verdad que estoy vieja?
La Sastrería Pero con la del din hasta la última semana que la vi.
ya estaba en pie y en actividad, pues aunque se hallaba muy débil no sufria ahora ningún achaque. Parecin relativamente De Francisco Gómez tan bien, que yo mismo todavin convaleciente, habin convenido en le hace el vestido ir a Suiza por unos dias de descanso, para luego volver a preen pagos semanales, mensuales parar con mi madre el o al contado casa de su hermano favorito en la parte del oeste de Escocin. TeHay un inmenso surtido de nia ella. pues, muchos preparaticasimires ingleses. Operavos que hacer, y sólo en la marios competentes para la ñana se sentía con fuerzas para confección de trajes.
realizarlos. Un mes por lo menos lo tomaba para dejar su casa en orden, pues debia quedar en perHaga una visita y se convencerá fecto estado; inspeccionar cada rincón, dar vueltas ao a cada baúlhasCalle del Tranvía ta el fondo, ordenar la ropa blanca 50 varas al Este del Cometa frente a Luis Vannl y ponerla otra vez con amoroso cuidado como para que reposarayu San José. Teléfono 3283 más cómodamente en su ausencia habia que recorrer las alacenas, otras veces, pero VI volveris nunca. Ambos lo sabiamos, pero cuando mi madre, de acuerdo con su costumbre de prepararse con mucha anticipación para sus visjes, nos pidió su baúl y sus se lo llevamos en silencio y nos quedamos all alli de pie mientras ella ordenaba sus prendas.
Llegó el dia en que yo debía partir. Cien veces había ocurrido antes, cuando era un niño, cuando era un estudiante, cuando fui un hombre, cuando ella me parecia alta y fuerte; luego cuando estaba tan encogidita que era yo el que la sostenia con mi brazo al rededor de a escribir de esto, de la partida, de las dos porsonas que trataban de sonreir y de cuando me volvi de la escalera al sentir un llanto No diré más de la callada figura de segundo plano, siempre en segundo término, siempre junto mi madre. Lo último que vi de ellas fué al cerrar la verja tras de mi. Estaban ambas en Us von tana que ya no se borra de mis ojos. No podía ver la cara de mi querida hermana porque la tenia inclinada hacia mi madre, mientras me señalaba con el dedo, y le indicaba que era el momento de sonreir y enviarme su despedida con la mano, tal como a mi me gustaba. Esta acción fue el epitome de toda la vida de mi hermano Hacia una semana que estaba ausente cuando se me entregó un telegrama. Unas horas antes bubin recibido una carta de mi hermana en que me decía que todos estban bien en casa. El telegram decia en cinco palabras que ella habin muerto repentinamente la noche anterior. No habin ninguna referencia a mi madre, y yo me hallaba a tres días del pueblo.
La noticia que halle al llegar Londres fue ésta: mi madre no senta de que mi herma muerta y se me esperaba mi para que se lo dijera.
No debi haber sido tan cobarde Asi fué como ambas murieron.
porque después de todo, apenas doce horas alcancé a ver viva a sa daba venida se na estaba La Colombiana mi madre viaje a Su última noche juntas habin sido cast festiva. En el buen tiempo pasado, esa hora en que el gas en la habitación de mi madre se ponia a media lux había sido con tanta frecuencin la más feliz de todas, que mi pluma se vuelve hacia allá una y otra vez mientras escribo. Era el momento en que mi madre estaba sonriente en su cama y nosotros nos agrupáhamos a su derredor como niños en sus juegos, echando a un Indo ya nuestra frialdad y reserva, al extremo de que el autor debía ser contenido a viva fuerza en los momentos de tregun. Más bien tristes que alegres habían sido