REPERTORIO AMERICANO 339 hombre hablamos visto sólo una vez en Roma, de la cual era ferviente admirador y que haría en Milán una temporada de diex funciones Llegué a la estación veinte miutos antes de la partida del tren subi al vagón, deje en un asiento mi maleta y mi corra de viaje y baje con el ánimo ile comprar algunas revistas Las compré, y cuando regresaba u instalarme vi que en in ventanilla que correspondin al asiento que habia elegido, se encontrabasso monda una muchacha rubia conversando con clos jóvenes parados en el suden. Sabi ul co che llegué a minsiento y diciendo en italiano: Con permiso.
Me sentė Dirigióme la muchacho una mira da, y yo se la correspondi con otra. miraulas acompañadas de una sonrisa de amistosa cortenia, como corresponde a dos personns bien educadas, que sin conocerse tienen que viajar juntas. El coche estaba lleno de pasajeros.
Empecé whojen mis revistas, indiferente a la viva conversación que sostenian a mi lado las tres personas indicadus.
Llego la hora de In partida. Pite el tren y se despidieron los que chorlabon.
Addio. Addio!
Retirose la muchacha de la ventanilla y me otrose Digame, señor, ceste asiento del frente está Que yo sepa, no, señorita. Muchas gracias.
Se sento. Yo le sido siempre, no sólo con las mujeres, sino que con todo el mundo atento y cortes. Le dije, levantándome. Si la señorita quisiera ocnpar mi asiento. no tendria inconveniente un cedérselo.
Sonrió agradecida Muchas gracins, señor; no se moleste Es que hay algunas personns insisti. especialmente las señoras, a quienes marea el viajar asi, nuirando en sentido contrario in marcha del tren. como a mi me es indifeTento. No, gracias a mi también me es indiferente.
interrogo ocupado rando encontrar en la expresión de su rostro LIBRERIA ESPAÑOLA el motivo de su proceder. De pronto me di cuenta seguramente pensaba ella que una mn10 Rue Gay Lussac, Paris jer que admite un regalo está obligada a aly Mayor Madrid, Espain mitir después una galanteria o un sedio de Envia libros españoles, franceses, etc cilido. no pensaba mal la muchachn. Pero a todos los países en las mejores contigo no hubin temor, pues yo estaba muy condiciones lejos de tener esos propósitos. Me molestó que Pidase información de novedades.
sin conocerme juzgarn de ese modo un acto tan simple y sin tan intención posterior como Depositario del Repertorio Americano al mios pero me tranquilce pensando que ha brin procedido lo mismo con cualquier otro distray endome en mirar la campina italiana Decidi romper aquel silencio y muella actique pasaba ante la ventanilla. Després, por tud embarazos de ambos. y volvi a hablarle.
un motivo o por otro, entable conversación conversando sobre cosas diferentes que no te con mi ocasional compañero de viaje. Estab nian nada que ver con las dos liras y la caja elln an poco disgustuda y stada y al principio contesde bizcochos de Novnen. Viendo que ya no esta tome con un tono secde indiferente. Pero dusba enfado sonrió y al poco rato hablamos pues In charm In fue tomnndo tranquilamente. Me tije u poco más en ella sobre infinidad de untos, contandolo yo il Era casi boniti mny blancs, rubin, con anos unos viajes que había hecho por Americky ojos azniles my hermosos y una boca grande Europa y comentando luego asuntos generales, y roj. El cuerpo lleuito, muy ceñido en un sin llegar a tentar el tema que tantos hombres traje azul de sedla. Al hablar licin ciertos de prefieren para lablar con una mujer el amor. tos muy graciosos con la boca, estirando los Era bastante colta, muy liberal en sus ideas, rosados labios y plegándolos suavemente des justa en ciertas observaciones pués, con un aire de monclicia y picardin ino.
De vez en cuando hacia ciertos gestos de centes. Yo la mirada, la miruba nada más sin enfado y contrariedad, sin duda recordando sentir nada, ningún desco, mingin atractivos el contlicto en que se encontraria al llegar por mirar nada más asi como miraba de vex ilán pero enseguida le interesaba de nuevo en cuando la campina y el claro ctelo del la conversación y parecin olvidarse de ello. Pinmonte.
Vinjamos asi como dos horas, hinsta que lleDe pronto pregunto: EL kamos a una ciudad llamada Novara ente Qué va usted a hacer Mitan? Negopuebla venden nas cajitas de bizcochos que los?
tienen en toda Italin fama de exquisitos y Se va asted reir de mi. Vay Milan sabrosos. Me levante diciendo que iba a com solamente por vor trabajar a la Duse.
prar una caja y ella me pidió que comprar. Ah! pues vale la pennun viaje por una para ella, motivo, La Duse!
Baje, compre dos cajas me entreuve pa Le gastar isted in Duse?
seando un rato por el anden y subi después Oh, me entusiasma.
entreglindole selle la cuja de bochos podi Ami simption compañera de viaje tam an. La recibid, dejóla sobre el asiento, ubió bien le gustaba la Duse. Eleonora, como ella su cartera y sacando dos liras me dijo: decin: la labia visto trabajar meluas veces.
Tome usted Esta admiración muta por la gran atra. Qué es esto?
animo nuestra charla y pareció iniciar nues Las dos lirns de la caja de birochos amistad. Reimos y hablamos entusiastamente Oh, no vale la pena. Yo la be obseudomo ya sólo de Eleonora Dase, sino también usted esu enja de bizcochos, de otus grandes figuras de la escena italiaDiscutimos un rato, hasta por fin the. Zacconi. Mimi Aguglia, Novelli, Grasso, toda um galeria de fuertes cabezas de trage Es que si no me recibe usted las dos li dia desde el intérprete de Shakespeare sa ran, le devolveré la caja.
los actores dialectales de Nápoles o de Sicilia Ne sorprendió la fruse y el tono con que Sin embargo, en medio de la charlas fue dicha, porque en ese momento no com do yo gozaba de ella la satisfacción de prendi el por que de la insistencia de ella un tener una compañera vinje tan agradable, pagarme en su rostro ciertos gestos raros, Bueno repuse, si usted lo toma de este algo como un movimiento de desconfianza o modo, se los recibiré.
He defensit. Eso me enfriaba un poco y me Estuvimos un momento callados, molestos wetenia: pero después ese expresión desaparepor el incidente, mirando ella insistentemente cin de su cara y lucharia se reanudubu alepor la ventanilla, como si el paisaje le inte cremente. Por lo demás, yo comprendia que resara mucho, y yo mirandola a ella, procu eso era muy natural. Ella no me conocia y. Bene dijo: con Abri de nuevo mi revista y me entreuse leyendo y mirando las informaciones grations.
Viajamos nsi durante una media hora. Llegó el tren a una estación y se detuvo. Botonces la muchacha, extruiada, pregunta. Cómo! Para aqui el tren? No es éste.
entonces, el ripido de Paris. No, señorita contesté. El rápido de Preris partió de Turin media hora antes que este tron iy, madonna mia! Qué contratiempo. Qué le pasa. Pero si yo debin haber tomado el rapido de Paris. No me parece tan grande la contrariedad Este tren también va u Milio.
Si, ya lo sé, pero es que a mi me esperan en Milan a la llegada del rápido. Mi hermano telegratió a una familia amiga que tenemos alli, diciendo que llegaría en ese tren y que esperaran.
Pues llega usted a Milan, toma un coche y se va a la casa de su familia il ero es que yo no sé la dirección!
caramba! Eso ya es más serio. este tren llega a las siete de la noche.
1Qué broma. Qué voy a hacer ahora?
Como no se me ocurriera en ese momento ningún medio que solucionar el asunto, me calle y volví a hojcar mi revista. Pero tam bién las revistas cansan. y Ins dején un lado, me LA SASTRERIA AMERICANA PIEDRA Hno.
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