REPERTORIO AMERICANO 313 en el bosque de la realidad a próximo libro Javier de Viana, fo, algo así dientes de amargura; a novelista de talento el sol al desasobre mi Teresa de la Parra, la CABO de cerrar por su última Un nuevo libro de Teresa de la Parra del brazo, seguido de Violeta arropágina un libro dulce, suave, De Social. La Habana.
gante y agresiva y de Blanca Niefuertemente conmovedor: me refiero a estas ves soñadora y candida. yo te comprendo, Memorias de Mamá Blanca que la joven noBlanca Nieves, porque yo soñé mucho, de niña, velista venezolana Teresa de la Parra acaba como tú, y creí en los cuentos, y me perdi de dar a la publicidad y de cuyos capítulos con la Caperucita, y sufri las iniciales ya tenía conocimientos por haber esangustias de la Bella Durmiente, y lloré en cuchado hace poco más de un año la lectura silencio el abandono de Genoveva de de Brabante)
que de los mismos hizo su autora en el Salón Vicente Cochocho pasa, digo por el camino de Actos de la Academia de Ciencias. Entonhiperbóreo que conduce de la ficción a la reaces, lo confieso, no supe qué admirar más: si lidad, de a la gloria. Todo lo que las deliciosas escenas que aquellos capitulos supervive en el recuerdo emocionado de los nos relataban, o el melodioso timbre de voz, hombres está tocado por las Gracias Tomortalleno musicalidades inauditas, con que Te.
les. Tus Tus personajes, Teresa de la Parra, están resa de la Parra hacia llegar hasta nosotros tocados por la Gracia Inmortal de tu espiritu.
el relato lleno de saudade No morirán jamás.
Primera observación: Teresa de la Parra es Las Memorias de Mama Blanca despiertan, una excelente narradora de cuentos. Si su con suavidad de beso maternal, ese niño dorperteneciese al género en que Horacio mido que todos llevamos en lo más claro de Quiroga, Valentin Garcia Saiz y Carlos Montenegro son maesnuestro corazón. Ifigenia tiene, por el contrario un fuerte delicioso tros, no me produciría la menor sorpresa. Se soplo de angustia pre nupcial; es un libro amoroso, rian unos cuentos musicales, medularmente apasionado. Mamá Blanca es el alma diáfana impregnados de la musicalidad del alma de su que puede decirnos estas conmovedoras palaautora. El alma de Teresa de la Parra. como bras. El tiempo, al besarme los cabellos, me la maravillosa de Berta Singer man, es emicoronó tiernamente con mi propio nombre, sin nentemente musical. Teresa. por qué no?
llagar nunca a clavarme en el espiritu sus pudiera darnos la sorpresa de llevar a la práca los setenticinco años tica la idea de Mamá Blanca: Si yo fuera aún siento latir mi corazón ante la perspectiva (dos Shumildes suposiciones)
excursión campestre en automóvil bajo impondría la siguiente innovación en la novela: entre montañas, y manos tiemblan antes de comenzar un Ontárialogo cualquiera ten de emoción y de impaciencia al todavia de dería siempre un pentagrama e mi página. izquierda como de costumbre: clave, tono y tar los lazos que anudan con gracia exquisita medida; luego los compases con notas y accila sorpresa de un regalo. Los relatos que nos hace de la vida en la dentes, y abajo el texto: lo mismo que para el en la hacienda Piedra Azul, desatan ante nuestros ojos maravillados canto. Con un poco de solfeo que supiera el rones, tal cual si fueran las notas de un can lector no tendria sino que tomar el libro en la cinta arcoirisada del recuerdo. mí, a mi tar de cuna, seguiamos marcando a su compás me es absolutamente familiar el panorama.
la mano izquierda, llevar el compás con nuestro vaivén. Sin ñoñerias, sin ridiculeces, El racimo de derecha canturreando y listo! El personaje hermanos, el rio, los árboles, el sin sensiblerias baratas, este libro está impreg columpio, habria hablado de el trapiche, los regaños menos menado de esa cierta fragancia, de esa recóndita Tu personaje, Teresa de la Parra, tu Mama ulces que los de Carmen Maria, armonia tan caras al espiritu, tan sedantes es cierto. los cuentos, Evelyn, Primo JuanBlanca llena de gracia y de sabiduria, no ha para las angustias del vivir cotidiano. Teresa cho, Vicente Cochocho, Nube de Agua y Nube supone una tontada. No de la Parra reafirma, con sus Memorias de de Agüita, Maria Moñitos. qué bien os reYo he sentido la tentación de leer en alta Mamá Blanca, mi juicio acerca de cuerdo. qué bien. voz. remendando el armonioso canturreo de e impecabilidad de su estilo, exteriorizado en Aparecen, de vez en vez, en las Memorias la tuya. los reproches de Carmen Maria a la crítica que hice de Ifigenia desde estas de Mamá Blanca, atisbos revolucionarios. Con las niñitas y las palabras de ese humanisimo mismas páginas de Social. Este libro, meduVicente Cochocho que deviene, por razón de la suprema elegancia que le es caracteristica, larmente disimil de aquel emocionario, por la Teresa nos mostrará inéditas aristas de su esla maestria con que nos lo presentas, en per calidad de su contenido anecdótico, fraterna piritu rebelde. Yo no sabia aún que, a la insonaje central de tu novela. He sentido la tenliza con Ifigenia, sin embargo, en la maratación y he caido, de cierto modo, en ella. Al versa de los ricos y los poderosos de este villosa fluidez palabras y en los senci mundo, la leerle Memorias de Mamá Blauca a es espléndida no por lo que a mi herllos. no por sencillos menos interesantes. dá, sino por lo que promete. Nos demosmana que convalescia. jesta agradable alardes de psicologia que estas encierran. Tede leer a un alma delicada un libro delicado!
trará, displicentemente, que no está de acuerresa de posee el instinto de la do con la politiqueria de su pais, ni más ni ponia en el medio tono de mi voz un poco de tación; así la vemos penetrar, confiada y aquella música menos vulgar que la la de cualquier pais de con nos regalaste los oidos: sonriente, por el complicado laberinto de las América. Nos hará, con irónica, la cri«Blanca Nieves, la tercera de las niñitas. almas humanas más diversas, segura de que tica dagaz del del dadaismo del «cubismo No, Teresa. Tu Mamá Blanca la puerta de salida se le ofrecerá sin el más y de ninguna tontería. Al Si, señor con que Vicente todo cuanto de tonto y vacuo encierre la paligero titubeo. Vicente Cochocho. te remito, labra modernismo. Todo sin Cochocho responde invariablemente, a la lla lector, al saboreo del sin alardes intelecdel libro mada de los señores de Piedra Azul, correstualistas, sin pedanterias académicas. Alguna ponde, tú lo has dicho muy bien. una nota negra lleva este nombre, especialmente en sus diez vez, como de pasada, surgirá el comentario últimas páginas, del 191 al 201. consagra las ligada a a una corchea con puntillo y un golpe político. Es sabidisimo que en todos los estupendas de maraca, en el Si, y en el Señor una semi.
ultades psico analíticas de la nogresos y Asambleas diplomáticas, desde los velista venezolana. Venezolana? No. Ameritiempos de corchea, una negra y repiqueteo de tres goly Babilonia, hasta nuestros cana de la América nuestra, que aún cree en dias en la Sociedad de las Naciones, los De pes. qué corresponde, a ver, al regaño Jesucristo y arrollo de Carmen Maria. Hasta aún reza en español. El talento legados no han tenido nunca más misión efecno tiene patria, perdonadme, venezolanos; pero, tiva que la de ocultar al público, con habilidad molestas, Blanca Nieves?
Nieves. Hasta cuando me con ser tan grandes, las fronteras de vuestra desesperas. a las lamentaciones. Niñiy con admirable Venezuela bolivariana resultan ya marco esdmirable espiritu de asociación, la inutilidad absoluta de sus reuniones, dándose cada tas, por amor de Dios: no sean tan desobe trecho para el prestigio que en la república uno al propio tiempo la mayor importancia dientes. Bájense dos o tres por lo menos de universal de las letras se ha ganado Teresa posible. Definitivo. Teresa de la Parra, con ese trapecio. Miren que no puede con tantas de la Parra. el talento y el corazón que tiene, no podrá y que se van a caer las más chiquitas! Bá Vicente Cochocho. cochocho, piojo sucio, nunca sustraerse a la emoción revolucionaria jense, por Dios; háganme el favor! Bájense ya! para quien su propio apellido. Aguilar, re. que circula por las entrañas de la época. No me molesten más! No me mortifiquen. sulta un insulto porque nadie lo pronuncia Yo prefiría, claro, que la inquieta escritora Mamá Blanca asegura. Nosotras, arrulladas jamás sino en la exacerbación del sarcasmo; se preocupara un poco más por la cuestión sopor tan suaves cadencias y prolongados calde Vicente Cochocho pasa, con Primo Juanchocial. Le sobra delicadeza de espíritu para de veras.
lodiosos y ideado, como como ella misma sencillez de vida e tarea alon de la Parra de la orien del capítulo Asiria cuando me