REPERTORIO AMERICANO 53 son no son Puerto Cabello y de San Carlos! Cuando católico, suplica la presencia de los sa nuestro delito, cuál el enorme crimen mañana la horrible verdad luzca desnu cerdotes presos para que lo ayudasen a para semejante castigo.
da en la integridad del documento y de bien morir. el alcaide le responde: la prueba, vuestra historia de horrores y En la cárcel la gente se muere sola. Se me conduce a una celda y se me de crimenes ha de parecer leyenda. Algunos pasaron, como el Capitán Pe ponen grillos. Yo no los conocía: Guillotinar, ahorcar, fusilar: hay algo dro Hernández, de una paliza del ca monstruosos. Dos argollas, una barra, de piadoso en esas formas violentas de bo. a mejor vida. esta vez si que una cuña. Trato de explicar su mecanisla ejecución. El sufrimiento cesa con la tiene un gran valor de realidad la fra mo y no puedo. Ambas piernas quedan muerte, y la muerte viene rápida, ins se hecha! Repito que estas formas vio sujetas. Se camina levantando un poco la tantánea, a poner fin a la angustiosa ex lentas del asesinato, si bastante numero. barra con una cuerda o con las manos.
pectativa. Gómez no guillotina, ni fusi sas.
las acostumbradas po: Fesan mucho. Aquéllos, 75 libras.
la, ni ahorca. El odia espectáculos y rui Gómez y su cohorte de verdugos. Ellos Hace frio y pido una manta. Se me dos y gusta, para deshacerse de enemi prefieren otras: el hambre, la sed, la niega. Protesto, y el carcelero me define gos, de lentitudes refinadas, de sombra, ausencia de sol, las pequeñas torturas mi situación presente y futura con palade silencio. Alguna vez se vale del ve fisicas y morales, cuyo conjunto da lu bras que no olvidaré jamás: neno, que es también silencioso; otras, gar a una nueva enfermedad, todavia no Calle la boca. Preso es preso.
cas más, asesina poco a poco, de ham clasificada en los libros de medicina, y Me echo como puedo en un rincón.
bre, de sed, de grillos, de aislamiento, que bien pudiera llamarse la enferme El preso político es un perro. Pasan los de torturas pequeñas De eso han dad del preso político venezolano. dias. El rancho es malo: un potecito de muerto en Venezuela millares de infeligranos, sin más condimentos que la sal, ces. El día de la resurrección, ellos serán Cuatro años de cárcel por la mañana; por la tarde, un poco los que más tarden en despertar, tal cande harina de maíz con agua. eso, tan tidad de muerte y de disgregación tienen Cuatro años de carcel! No son mu pobre, tan miserable, no se nos da sino encima.
chos en mi país. Fernando Márquez pa que se nos tira. No: no somos perros.
Ningún goce, ni aun el más elemental, só dieciocho en Puerto Cabello, y Ro. los perros se les trata mejor. El perro para el que está preso como enemigo del mán Delgado Chalbaud catorce en la de mi casa come en una escudilla de marégimen: nada de libros ni de papeles: Rotunda de Caracas. El primero dejó dera. Yo, en un recipiente de lata, de incomunicación absoluta con el mundo una hija en el vientre de su madre a! esos de leche condensada, sucio, y lo que exterior; alimento malo y escaso. Ape ser encarcelado. Cuando salió, esa hija es peor, demasiado pequeño. Cuando nas se le deja el derecho de una vida ya le había dado un nieto. Manuel An uno acaba de comer, rebusca en el fonestupidizante, inútil, vegetativa, dentro drade Mora fué hecho preso a los quince do, con la ansiedad de que aquello se de una celda cerrada, tan cerrada y es años. Al venir la libertad tenía veinti haya acabado tan pronto. El hambre trecha que ya sugiere el ataúd.
seis. Cito casos aislados. Son miles. En tiene cara de hereje, dicen. Los herejes sabedlo, para ese hombre no hubo un momento dado, las ergastulas de la deben de tener la cara muy fea.
juez ni sentencia ni el derecho primor dictadura legaron a contener más de Por la noche, los gritos de los tortudial de defenderse. Se le arrojó en una cinco mil detenidos políticos. no fue rados llegan a mi largos, penetrantes, celda sin decirle por qué, y luego, al ron más porque en el exterior, asilados, infantiles a veces, como de animal hericabo de años o de lustros, si es que an existían al rededor de cuatrocientos mil do o de muchacho enfermo, tey no lo llevaron a enterrar, se le dió venezolanos. Esa es la mejor defensa No grite tanto y diga lo que sepa.
la libertad, sin tampoco decirle por qué que puedo hacer yo aqui de la dignidad No sé nada. No sé nada. No sé naLa libertad sorprende como la prisión.
nacional.
da La muerte no: a la muerte se le aguarda Cuatro años de cárcel! Cada día que La voz se va debilitando poco a poco todos los días.
pasa nos arranca un año de vida. Dicen en esos no sé nada. hasta concluir en Algunos, como Sotero Mojica, la vie que los recuerdos dejan una huella ma un trémolo doliente Ton venir, junto con el tortol que le terial en el cerebro: esa huella debe ser Un dia, se abre la puerta de mi celda desgarraba las carnes: otros, como Pe roja en el mío. Tenía yo cuatro lustros, y, conducidos por el carcelero, Megan a dro Manuel Ruiz, ciudadano eminente, estaba al borde de concluir mi curso de ella dos hombres. Dos muertos. Porque en una agonia de intestinos destrozados, derecho y lo esperaba todo de la vida aquellos hombres están muertos. La livimerced a un poco de vidrio molido que Mi padre gozaba de una excelente po dez de los rostros, el perfil aguzado, las se le mezclara al alimento.
sición económica y de un vasto nombre ojeras profundas son de muerto. caAranguren, muchacho de diez y siete literario en el país. Los años pasarán minan. Están muertos y caminan.
años, pide una medicina para el dolor con dulzura por la existencia de mi maAmbos traen las manos tumefactas.
de cabeza que lo trae medio loco: y el dre, ya para ese entonces bellamente moradas, insensibles, inútiles. Los sus alcalde le envía generosamente un reme prestigiada de otoño. Mi hermanita me pendieron por ellas de dos cuerdas y así dio definitivo: arsépico. Murió pocas nor apuntaba los quince. Cuatro años de los han dejado varios minutos. Varios sihoras después.
cárcel. Mi padre muerto. Uno de mis glos. Son los ejecutores necesarios de la De arsénico murió también, como po. hermanos, destrozado física y mora men muerte del hermano de Gómez. La voz drás comprobarse algn día en los huesos te por las torturas. Yo enfermo con pública señala a uno de los hijos del tidel cadáver, un sacerdote, modelo de unos ojos nuevos, amargos, agresivos pa rano, vicepresidente de la república y virtudes ciudadanas y cristianas: el pa ra mirar la vida, y viejo ya a los 25 añox. único interesado en el crimen. las audre Frankis, por el delito de habérsele Mi madre, arrugados el rostro y el es toridades de Caracas necesitan forjar encontrado una carta en la cual deman píritu, y la cabeza de algodón. La her unos asesinos para acallar esos rumores.
daba a Su Santidad Benedicto XV las manita menor, triste y doliente ante su Aquellos hombres no pueden comer, razones que le habían asistido para otor juventud que se frustraba. la ruina: inservibles como tienen las manos; les garle a Juan Vicente Gómez la orden la ruina total, absoluta, sin rescate posi llevo a la boca el alimento y me miran piana.
ble en mucho tiempo. Cuatro años de con húmedos ojos agradecidos. En Pablo Giusseppi Monagas, fervoroso cárcell Todavía me pregunto cuál fuera tiempo figuraron en la guardia de Miraun