186 REPERTORIO AMERICANO Poemas chinos Versiones de Guillermo Valencia De la obra Catay. Poemas Orientales. Bogotá.
yo no debo amarte, de la nieve. Me iré luego a embarcar en el rio turbio de Yu Keú en que las aguas se dividen en un punte, llevan hacia el Oeste Este contrario rumbo.
Decidme. por qué lloráis, noviecitas de ojos púdicos?
Acaso deis con un hombre de corazón fiel y puro, que sinceramente os diga. Envejeceremos juntos.
al querer de padres, la falta que me depases, Catay Paseando (Chang. Wu Kien)
1879 En negras filas cruzan los ánades salvajes.
Nidos amarillentos lloran sobre los árboles, y las montañas sordas parece que oprimieran con su mudez la tarde.
Hoy encontré tu flauta de jade que perdiste en el pasado estio. La mnad La inadurez pujante de la hierba cubriola, mas ha muerto la hierba y tu flauta de jade como una ascua fulgia ante mi fuente, a la luz fugitiva de la tarde. en nuestro amor pensé, que vive consumido de unos necios escrúpulos bajo el falaz ropaje.
Mi amiga De Li Chi Kin)
XIII al VII aC En la Puerta Occidental de Pekin hay puberes bayaderas, ondulantes y ligeras como nubes de fulgor primaveral.
Mas desdeño sus quimeras porque ell su túnica blanca, como de luz pudorosa, y bajo su fino velo, mi amiguita es más graciosa.
Junto la Puerta Oriental de Pekin, suenan niñas deslumbrantes raras en sus primores. se parecen a las flores de los tibores fragantes. Mas desdeño yo su aroma, porque en su túnica blanca y bajo su fino velo, huele mejor mi paloma.
Mensaje (Li Tai Po Amigo, yo te ruego no vengas a buscarme.
Tengo junto a mi choza plantados unos sauces y si los pisas, mueren, y pues soy muy obediente mis y el dia que les dije me haces, el ansia que me inspiras, oi duras verdades.
Ainigo, te prevengo que del portal no pues del menudo sándalo que riego por las tardes, pueden tus pies incautos quebrar las ramas frágiles.
Mi corazón ya nunca será posible darte, porque un hermano tengo de rigido carácter, que con cenudo rostro me ha prohibido amarte.
Amigo, yo te ruego que el barandal no arrases en que nos recostamos a hablar la última tarde, pues arrancar podrias el rosal que tú sabes, cuyo perfume aspiro cuando la noche cae.
Desde que se fué Este librito no marca una reacción en mi.
Ni es un programa. Preferiria se le tildase de ingenuo.
Tampoco es original, porque como el traductor payanés ignora apaciblemente la lengua china, se ha resignado a ofrecer una versión sencilla de otra que, en noble prosa francesa de edición lujosísima, hiciera Franz Toussaint para aficionados curiosos. Se trata, pues, de una traducción de segundo grado, en la que el texto francés suministró las lineas que intenté relar con los colores de mi paleta castellana.
Inútil sugerir que este trabajillo no va destinado a cubistas, ultraistas, dadaistas ni futuristas, como que los mais antiguos autores de estos versos vivieron entre los siglos viu XIII antes de nuestra Era, época en que, segun oigo afirmar, no hubo asomos de tan complicadas escuelas: caso singularmente admirable si se considera que hacia furor entonces la escritura de los cien mil caracteres.
Este libro seria más bien, el libro preferista por esccelencia China, pueblo de tan rancias tradiciones, de tan intenso largo ejercicio mental, redujo sinembargo a formulas de ingenuidad pueril la poesia que descubriendo en las efimeras vida.
Como los grandes maestros de la estatuaria griega, que solamente crearon unos pocos tipos de bellesa, reproducidos después por discipulos sucesores, los poetas chinos, por su parte, han venido explotando, desde la más remota erlad, wnos mismos temas, valiéndose de corto wimero de selectos simbolos, accesibles a todos.
Su flora poética no va más allá de una docena de plantas: entre ellas el duraxnero, el bambi, el sauce el nenúfar. Por exquisito eufemismo, casi nunca mencionan las adormideras, esas galas sobrevivientes de su Eden perdido Una decena de animales, compañeros del are Fong huang, que envejece en par bajo el silen cio de los grandes árboles, completa la fauna de la poesia china. otros trintos seres visibles acuden continuamente a su memoria, al tomar el pincel de escritores. Alfabeto figurado de que se sirven para cantar el amor, la fidelidad, el coraje, el tedio, la destrucción y la be(Tu Fu 715 774 formas de la vida Flores ya no! Al ciprés id y traedme ramas.
Hoy cuando el sol se pierda detrás de las montañas, vistiendo mi azul túnica la de ligeras mangasme iré de unos bambúes bajo las plumas lánguidas y dormire a su sombra: ilo que ella tanto amaba!
La rosa roja Tai Po)
Está el guerrero ausente.
Su amante compañera. el corazón henchido de languida tristezaborda una rosa blanca sobre cojin de seda Pinchase. De su mano fluye la sangre trémula que al punto en encarnada la rosa blanca trueca.
Su alado pensamiento va a el, se hunde en la guerra: iQuién sabe si su sangre las nieves enrojezca!
Aun el galope escucha de algún corcel que llega. Será por fin su amado. No es él! Es que golpea con ritmo presuroso su corazón en pena.
Ella se inclina entonces sobre el cojin de seda y va bordando en plata sus lágrimas que ruedan y esmaltan la frescura de aquella flor sangrienta.
DE ORIENTE La canción desgarradora (Li Tai Po)
Siempre tú me repetías. Envejeceremos juntos, y, aun antes que mis cabellos, se iluminarán los tuyos con la nieve de los montes y con el lunar efluvio, Hoy, señor, que amas a otra, vengo a ti, mi dueño único, vengo a ti desesperada, a decirte mi adiós último.
Cólma, por la vez postrera, nuestras tazas, con el jugo que da el olvido, y me cantas, para sereuar mi lute, la canción que habla ue un ave que murió bajo los grumos diós. Li 7ai Pol Ilesa.
Tan hondamente cargados de sentido vivieron esos simbolos, durante millares de años, en la conciencia de los chinos, que su simple enunciación basta para sugerir todo un mundo de ideas y sentimientos.
Su exposición es muy sencilla y asume, a (Pasa a la página siguiente. El pájaro yuen y el pájaro yang nadan en el King, reman sin cesar.
y uno junto al otro bogan al azar en las ondas trémulas que huyen hacia el mar.