REPERTORIO AMERICANO 323 Poemas de Julián Petrovick Del libro Naipe adverso. Ediciones Ande. Santiago de Chile. 1929Mañana Un oceano de memorias me pesa en la mano amarga.
Un viento joven me empuja por la espalda con su cola de pez para no despertar el sueño de mis recuerdos.
La angustia como los carbones de las usinas me enciende esperanzas del color de los mares.
En los viajes nos vemos las caras como entre el cielo y el mar.
Los recuerdos tienen cara de lobo.
Hombre solo con alma de piedra y sentidos de acero para una sola conquista.
detrás queda la inocencia desfigurada de sueños.
Mañana se pintará el calendario de árboles frutales, siempre mañana.
mañana se acaba la angustia, mañana, mañana.
La alegría está en el fondo de los mares, iremos a pescarla con escafandras, pero no está bueno que nuestros niños nos sigan, que no sepan que tuvimos que buscar la alegria en el fondo de los mares.
Los niños son para mañana.
Julian Petrovick Madera de German Baltra.
cara el mais El poema de las lejanías Hermano, toma todos los poemas que quieras.
presiento que mañana podré ofrecerte el perfume de la tierra en amapolas y en zorzales, las espigas doradas entonarán canciones del campo.
Otras miradas perforarán los muros de la soledad para jugar les naipes morados del destino.
He recuperado la alegria en los bosques para hacer mis canciones, no sientes el olor de los geranios y las flores de habas que perfuman la soledad en cuyos anillos se siente prisionero el viento de frutas.
El viento de frutas es el aliento de puebl por eso saqué mi pañuelo a empaparlo en el viento.
Tengo el perfume de los campos y los bosques para mis cantos como los trigueros y los gorriones van perfumando el espacio, al otro lado de la soledad con sus cantos que deshojan pétalos de flores simples MARGEN Julian Petrovick, nombre nuevo entre los nombres de América, signo de rebeldia de fuerza que viene a juntarse a la acción unánime de la generación luchadora de la época. Naipe adverso no es sólo un bello libro de poemas, sino también el aporte a la obra futura que se forja en las entrañas de los siglos que mar la etapa de de una Civilización más humana alboreada en este lado del mundo, el Jower fecundo apto a la captación asimilación ancho himno de Humanidad triunfante.
ideales generosos que más tarde alzarán su Julian Petroviek pone su libro una parte de su obra de hombre y de trabajador social ladrillo meis en los cimientos de America para que humanos corazones deletreen en él, la dispera dulzura que emana de esta hora de esfuerzo y de lucha, en donde cada vez más nos adentramos al dolor colectivo le reflejamos sobre la tierra amorosa para que caliente las raices del mañana.
con el pulso firme de sus paisajes, más cercanos de mi vida por su cosecha amarga y la intransigencia del dolor.
Cada vez me queman más los afectos y me vuelve la sed insistente de los mares.
No quisiera sino cantar como las aves canciones improvisadas y dar mi sangre para aumentar el caudal de los arroyos indefensos por eso sin destino.
No sé lo que tengo adelante pero mi frente se achata a cada golpe.
Me pesa la cabeza en los hombros como los árboles de excesivo ramaje.
Mi alegria es más legítima que el resplandor del metal Autobiografia Vengo de la distancia latente de mis polos intimos.
Tengo la fatiga de la distancia como un esmalte en la piel de mis manos y en la cáscara de mis ojos.
En ese camino he contraído mi soledad y la amistad del viento me ha afectado el corazón.
Del mar se levantan mis sueños que son los peces variados de mi lago salado.
Arrastro un cielo de árboles y de pájaros que crecen y anidan en la huella de mis pasos.
El trigo alimenta las palomas oscuras de mis presagios.
Los pueblos presentidos me dieron el encuentro y que la imagen convexa de los espejos.
He visto llegar a los pájaros pisando el alba y he sentido el nacimiento de los ríos en la angustia de las planicies, sé donde se oculta el viento y donde se refugia la soledad, sé como acarician los peces a la generación que les ha de reemplazar.
Sé todo eso pero me ofusco en la hora absurda que no los relojes.