REFCRTORIO AMERICANO 15 El traje hace al caballero y lo caracteriza La Sastreria la gorra y se enjuga los ojos. Llora el viejo leon, agradecido. Mi hijita baja, entonces!
corriendo y le da un beso en nombre de todas Ins almas de América que adoran a España)
Soiza Reylly Otros y Curelax, La Colombiana de Francisco Gómez le hace el vestido en pagos semanales, mensuales o al contado mrector de orquesta. La marcha Hay un inmenso surtido de casimires ingleses. Operarios competentes para la confección de trajes.
cien mil almas son los once jugadores de cada team. Los demás, son cien mil sardinas en salsa. El mejor ejercicio fisico está en el canto y en el baile. La juventud debe bailar, cantar, reir. Los urawdex bailarines y los grandes cantantes llegan a la mees. Los grandes deportistas no llegan munca a vivir cuarenta wios.
Habla, con maestria, de los personajes imaginarios de sus novelas y de sus obras de tentro, mezclándolos, a propósito, con los personajes de la vida real.
Trae a colación la abundancia de pordioseros que ambulan por los caminos españoles: Que talento tienen! El mendigo español sel wcis digno de su estirpe. Pide con aristoerviciu, con dignidad, con noblesa. Uno de ellos me dijo: Los pordioseros tenemos los wismos privilegios de los ricos. Los ricos pa sa por encima de las leyes; nosotros por debajo.
Describe al personaje de una de sus noveIns. Es un ncipe combo de sabe Dios que reino de su imaginación. mentiroso exclama Unamuno retorciendo, con furor in masilla. Nunta dice la verdad. si alguna vez la dice miente, porque no cree en la verdad que esta diciendo.
Recuerda, de pronto, a Eca de Queirós: era el mes grande ironista contempor inco! Anatole France, en cambio, 10 me ha gustado nunca con su ironia afeminada, dañina, esteril, que destruve sin edificar. Alquien cree poder destruir la maldad con la ironia. Ingenuol Vencer con cosquillitas a un periodactilo. Abre Unamuno su libreta de poesias ineditas y lee: trenin! iTronin! Hacer cosquillas al rinceronte Dar care ni dos casillas que remonte ya continuación: Se hicieron carador de concepto o hijo el linge de Nemrod.
y no me dan con sus adeptos. aristotin alpatoil. Cree que los americanos del sur deben hacer, a semejanza de los españoles, una revisión de la literatura del siglo XIX. Es menester averiguar, resolver, sacar a flate las joyas olvidadas. No debe haber sido tan estupido el siglo que permitió y preparo el advenimiento de generaciones tan sólidas como las que están apareciendo.
En Paita El Aysen va a partir. Los vendedores dan por nada lo que hoy valia cinco o seis libras.
Un recrudecimiento de discusiones agita breves tumultos moverlizos.
Una indigena, cuya vejez personal se duplien de una vejez de raza, se starda llevando sobre su hombro un loro disparatadamente colorendo, que se tándola con chillidos, balanceándose como um que se complace en la algarabin cordirector La anciana coster la de sus compañeros, con evidente repugnancia por pisotones y codazos. Pero un marinero inglés la empuja con toda la gros in que le otorga la superioridad de su ruan Él ha dividido su vida lotes y va ingi riendola sin paludear. Sólo los reprobos en su entendimiento, se atardan a la vera de In civilización, y es bueno saber dictar leyes La viejecita levanta hacin nosotros su primitivo rostro incasico, y, tomándonos por los tigos, dice simplemente Gringos groseros Atahualpa debió pensar lo mismo ante la codicia que hncia oro de sus dioses. Tal vez los últimos sobrevivientes de la reusen las mismas palabras, cuando desaparezcan tuje una groserin detiwitiva.
RICARDO GUALDEN Xti (e.
Envio e Haga una visita y se convencerá con varas Calle del Tranvía 50 varas al Este de El Comcia. frenie a Luis Vanni Web San José. Teléfono 3283 solideo. De improviso resuelve marcharse. Es más de media noche. Doce horas de charla. Suck de su bolsillo la gorra de vasco. Es como on Olvidó su abrigo, don Miguel Las señoritas de Rega Molina le ofrecer un poncho. Se detiene en la escalera para aurtdecer, hablando desde abajo: No. Gracias! No he traido gaban por una razón muy sencillos porque no lo tengo.
BY ultimo gite free no lo usabat munca. Me molestaba. mi mujer, tiendo que el gabin envejecia en el armario, to achico para WHO de mis hijos. illece a mucho tiempo!
Desciende por la escalera con la ligereza ruidosa de un muchncho. Una vez abajo, en el hall, se vuelve para preguntar con voz potente. Les ha gustado Espai, senoritas? cuando todas Inscriollas, encoro, le responden con un grito sonoro y canoro de Viva España! el glorioso maestro se quita Montevideo, Urugim. cumio. Inspirado eu el proposito de cooperar a la decisión de los poderes publicos que han tomado la imctati para restringir en lo posible el aumento del consumo de artículos de lujo, el Banco de la Republica ha resuelto un realitat en el futuro operaciones de credito que tengan por objelo facilitar, tanto de parte de los importadores como del público, la compra de automóviles Ademas, el mencionado instituto bancario.
ha elevado también a ocho por ciento el tipo de interes en las operaciones cientes por ese concepto La Nurva York morirá conmigo.
LA EDAD DE ORO la gloria, vive con honor en mi recuerdo. Aqui tiene su calle, su estatua y su mausoleo. Los mereció por su valer y virtudes al igual de los más grandes de la tierra. Sé muy bien Lecturas complementarias que pasaré algún día. también pasan las ciudades. entonpara muchachos ces, y sólo entonces, sepultada entre mis ruinas su memoria Suplemento al Repertorio Americano Cochocho no era un apellido, era un apodo. Nuestro gran amigo tutelar Vicente ni calzaba zapatos ni calzaba apellido. Cochocho, perdónenme otra vez, quiere decir plojo, Vicente Cochocho pero un piojo tan despreciable que ni siquiera se encuentra De Las Memorias de Afand Blanca. Paris. 1923 en el diccionario. Para dar con él hay que ir, según creo, a los Llanos de Venezuela y buscarlo con paciencia entre la Así, peor que mal vestido, simple peón de Piedra Azul, piel o crines del ganado, no sé bien. Yo nunca lo vi. pero sin derechos de medianeria, de bueyes, rancho ni conuco. a juzgar por su homónimo Vicente, quien llevaba tal nomVicente Cochocho fue uno de los amigos tutelares de nues bre con la misma naturalidad elegante con que ciertos grantra infancia. Hace casi setenta años que sus pies descalzos, des llevan sus titulos, un cochocho, debe ser sencillamente, negros, cortisimos y abiertos en forma de abanico no hacen horrible. Ah, mi querido Vicente, no te ofendas por esta florecer el ramo de sus cinco dedos sobre el polvo de este deducción en la paz de tu descanso: acuérdate que fue tu mundo, pero su memoria querida y oscura, tan digna de arte y tu más alta gloria la de haber embellecido la fealdad!