30 REPERTORIO AMERICANO hacer puerta.
Para Filisbino! Dentrá, pues.
La mañana golpeó. Se sabe. esas continuas visitas no El negro no se hizo repetir la orden, cual si la esperase. Abrió la porterita, La mañana wolped los cristales pasaron desapercibidas en el pago.
tomó al tordillo de la rienda y se vino con sus dedos blancos El segundo noviaba con la maistra.
hacia la enramada seguido por su mala transparencia Se lo espetaron a él, y rio bonachón.
alfiler de vidrio me hiris los ojos.
bromista: tungo La visita seguia conversando. Güel Ni mi ha pasau por la mollelos ojos que se cicatrisan El mate iba y venia, iba y venia.
cuando nos foramos la care ra. La historia del burro y la hormiga, Le dieron vuelta; le cambiaron la yerba. nos desayunamos con la miel si no juera mala la comparanza.
Tan Gueno el amargo. Nu hay como de los paisajes dormidos minguerlina la mocita, tan alfenique, el entrevero de argentina con la paraFrancisco Amighetti yunta conmigo que parezco de raza frisona!
guaya.
San Jose, Costa Rica Hacía acertada referencia a la persoEl segundo era incansable e insaciable.
nita casi miniaturesca de la muchacha y Reanudaba el hilo de su discurso inicial: quizá por primera vez, consideran a su figura de indiazo grandote y pe Se ven casos.
do correspondia una cortés negativa o sado.
Aplastaba el calor bochornoso del por lo menos el hacerse repetir el ofreInsistian mediodia.
cimiento, sin el más lejano amago de El se echaba atrás.
le hará mal el resplandor, señor ponerse en pie, aventuró como una di ahip. No soy un güen mozo. comisario?
opinión: Tamu acostumbrau.
Ya se quisieran muchas necesitada. Hay que dirse.
Se puede afirmar lo obligaron a deSi le parece cerramos un poco la Le refutaron: tenerse a observar a la señorita con No, no, es tan tarde. y con semecierta curiosidad.
Nu es mala la idea.
jante sol! Acepte, seño comisario. No era linda, pero habia engordado No le vamos a presentar un banquete. un poco y poseia bello cuerpo, manos Ya no habia temas.
Usted se hará cargo.
y pies chiquitos, la boca fresca y los Enmudecian en largos silencios. EI, ya sin disimulo, tomando el asunto claros ojos luminosos, bajo las cejas de Ahora callaba la coscoja porque el como cosa resuelta: arco perfecto.
negro, al aflojar la cincha de los caba. Bah, déjese de rendivuses. Yo soy Después, una cosa rara: habia una llos, los desenfrenó.
güen razón sugestiva llena de atracciones: el Entre el llamear casi invisible de la re Pidie Pobre. ahora si, se incorporó y jamás habia cultivado una relación con verberación solar, los espejismos ópticos Con permiso.
una niña bien mentian frescuras de aguas azulinas. Ordenó al milico que desensillase y Como perro e pobre, pensaba: coEl paisano, mirando hacia la carretera, mientras el campo le respiraba sobre el gote y garras.
ensenándoselas, les reveló: rostro una bocanada de aire cálido, opino: Chinas cuarteleras, mulatas e indiecitas las lagunitas del diablo que, Qué diita. Caramba, no se va de los arrabales de los pueblos, de los poder sestiar ajuera.
Malindiar na cristiano muerto e se el ranchos a orillas de los caminos, peonas El negro estaba calculando que con de por aqui, de por allá.
Venia del campo el chisporroteo del una arrastrada de mata ojo se podia él, el encanto imantado de aquella resquebrajarse de los pastos resecos y arreglar lindo la enramada.
casa residía en eso, en el halo de pureza, de limpio, de noble del hogar de mas, mezclado a un chirriar agudo, como Como se iba a ir el comisario con la maestra. y casi inverosimil efecto metálico, de insectos gozosos en la cadel ambiente, cuando el segundo comia nicula aquel sol!
en la Escuela nunca se emborrachaba.
Una chicharra, borracha del vino del Pero también quedarse a dormirestio, chillaba frenética, punzante, como aunque fuese la siesta en una casa de el eje desaceitado del paisaje todo fuego señoras solas!
No estaba bien.
Sin embargo el aliento impuro del y trépida palpitación. Cómo se lo decian?
lupanar debia tentar contaminarlo.
La visita no se iba.
La solución fué que la peonaya Una noche que Juan Talero golpeo abandonados los inocentes e inocuos en el rancho de Susana Amarillo, la bamaleficios tendió un catre en el local rragana, que por suerte estaba sin comde la escuela.
pañeros de ningún sexo, le grito desde La señora pidió permiso y se levantó.
adentro: Después lo hizo la niña menor que, el usaba llevar bajo los cojinillos y, cuanEl asistente le trajo las apargatas que. And revolcarte con la maistra puecuando regresó, al sentarse, le avisó a do el jefe se recordó, pidió para cebarle blera. Anda. Anda. And a olerle la maestra. Mamá te llama.
mate.
como los cuzcos!
Las frases procaces lo avergonzaron.
El secretearse no era suficiente. Chist. Chist. suplicó silencio, Habia que aconsejarse respecto a la Asi parece que uno está en su como si viese paradas, alertas mil orejas decisión a tomar casa. definió él su satisfacción.
en la soledad de los campos.
La visita no se iba.
Luego la indignación lo quemó en su la tardecita, sin apuro, contento, llamarada: amigos de toda la vida, se despidió.
Callese, ya! la trompeta, lengua larLa señora, con la piona, morena su ya lo tuvieron todas las semanas.
ga! Nu emporque la gente! La gente!
persticiosa, que habia aconsejado la meSe repitieron las escenas, la insistenLa gente. voceaba como definiendo la dida empirica de parar una escoba atrás de la puerta o echar sal en el fuego diferencia que la realza y separa de la cia para que se quedara, pues si bien él con sus frases se resistia a para espantar el visitante. andaban por la cocinita de lata que parecia un horno.
que Daba puñadas feroces contra la mano se movía de la silla, demostrando Plar, chusma.
de antemano venia resuelto a la estación dera endeble de la puerta.
La señorita maestra se animó a hacer Vea lo que son las cosa, repetia, la invitación: La otra vociferaba, venenosa: que Saistrita e Montevideo.
vea. Gente? ja, ja. qué me contás. Nos va a hacer el honor de almor Yo tenía cortedá e arrimarme. pero ¡Miren las niñas, las fruncidas y dispués zar con nosotros?
siempre decia: y di ahi, no son como son más calientes que las gallinas. El, pachorriento, buscó el bolsillo del todo. risulta que en lo qui andaba And repasártelas. Anda, que yo les chaleco, desenterró el grueso reloj de errau es que no tienen comparación. No i a gritar qui andan sonsacando, roniquel, con su llavecita colgada al cos es por decirlo ni por alabarlas: aquí bando marido de las fotras!
tado y comentó: encuentro mejor en ningún lau. Te i hacer callar, grandisima yegua. Cómo se pasa el tiempo.
De un hombrazo echo la puerta abajo