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REPERTORIO AMERICANO 167 a dante que en la Atenas de sus perpetuas andanzas viven La mingo, releer las impresiones días, como dice Teodoro Gom zarillo de Tormes y Marcos de del mayor Brooks en Nicaragua, en donde los marinos y los aviaperz. Tal habían hecho, antes Obregón, las peripecias de cudores han ido tan sólo a darse del divino maestro, Hekates y ya vida nos enseñan la geogra el placer de «Bombardear libeHerodoto, de los cuales se sabe fía de España y de algunas rales y entregarse a la parranque llevaron consigo sus tablida. sin acudir a testigos comarcas vecinas.
llas de apuntes.
ajenos, es suficiente preguntar Dice Hispano en la dedicato al senador Reed su opinión soDe esta natural e insaciable ria de su libro, llena de piedad bre el papel paternal del gopredisposición por las inteligenfilial y de amor a la tierra nabierno de su país en los pueblos cias primordiales a aumentarse, intervenidos. no sólo a Reed tiva, que es ésta la última vez como si dijéramos químicamensino a Borah, a Wheeler, a La en que les cederá a los indiFollete, a Johnson, para que te, estudiando al hombre en sus ferentes el tesoro de su sensi nos digan qué queda en pie de diversos ambientes, acaso probilidad en forma de volumen ese edificio de lealtad y benevenga, de un lado, el grande impreso. Su voluntad era sin volencia que ha levantado el interés que por si solas despierseñor Hughes. cuenta que se duda firme cuando escribió las tan las narraciones de viajes, olvidó él de mencionar las iny de otro la circunstancia de frases lapidarias de esa prime tervenciones en México, que le ser obras de este género y de ra página; mas como es joven costaron a ese país la mitad de su territorio, en el pasado siglo; argumento real o imaginariola todavía y su inteligencia vivani las dos invasiones que bajo mayor parte de las obras maescísima se complace aún en el la presidencia de Wilson, el tras en las literaturas antiguas espectáculo de la vida y de la apóstol, realizaron también, la y modernas. Un viaje es la naturaleza a las cuales ama con una por Veracruz y la otra por la frontera, y en las cuales tuOdisea de Homero, un viaje apasionado instinto de poeta, vieron que retirarse con las imaginario la Divina Comedia; debemos lisonjearnos con la es manos en la cabeza. Ni la de viaje son Os Luisiadas, y un peranza de leer todavía páginas que fuimos víctimas nosotros.
libro maravilloso de viajes en de Hispano no contenidas en Todavia sangra la herida.
que se mezclan el paisaje real este precioso volumen ni en los Quiere el señor Hughes que para conocerlos mejor a sus y las aventuras descomunales anteriores con que ha regacompatriotas, no miremos a los de un loco es la mejor novela lado a la literatura hispano ame inmensos negocios ni a la inde los tiempos modernos. En ricana.
dustria formidable, sino al riquísimo tesoro de idealismo que Sanin Cano les inspira. Fuimos a la guerra mundial, animados de un des(Lecturas Dominicales. Bogotá. interesado quijotismo. Guerreamos con España, por el anhelo puro de libertar a Cuba. dice el ilustre orador. Con el desinteresado quijotismo no sólo salvaron los millones que les habían prestado a los aliados, De El Tiempo. Bogotá sino que se convirtieron en la nación más poderosa de la tieMR. Charles Evans Hughes es El estado de ánimo con que rra. con el noble anhelo imuna de las más altas per el señor Hughes pronunció sus puesto por los negociantes en sonalidades de los Estados Uni discursos, está claramente de azúcares conquistaron un vasto dos. Hay que rendir tributo a finido en el editorial de The imperio colonial, que retienen su altísima probidad. Hay que World, que el viernes reproducontra la voluntad firmemente respetar la cumbre moral en jimos. En el hecho, los Estados expresada de los pueblos subdonde está colocado. Los labios Unidos se han constituido en yugados.
de Mr. Hughes nunca han ver una de las más grandes poten Hay, pues, mucho que descontido sino palabras de justicia.
cias imperialistas, en busca totar en el brillante prólogo que De aqui que el discurso que dos los dias de una esfera male sirve a Mr. Hughes para acaba de pronunciar en la Habana tenga una importancia yor de influencia. sin embarofrecernos las cuatro columnas trascendental. Mayor quizá que go. en sus corazones los amebásicas del panamericanismo: la la del de Coolidge en la sesión ricanos del tipo de Mr. Hughes, independencia, la estabilidad, la decimos nosotros siguen afemutua buena voluntad, la cooinaugural de la conferencia. En rrados a la idea de que son peración.
primer lugar porque la misma posición del presidente de la una república que odia todo Los Estados Unidos les conceUnión saxoamericana le obligó imperialismo, defensora de la den graciosamente la indepena velar sus intenciones por melibertad de los pueblos débiles dencia a los pueblos del Caribe, dio de cuatro mil palabras, deny esencialmente democrática. sujetos a la influencia imperialistro de las cuales no fueron poAsí el señor Hughes invoca la ta; pero «la independencia no cas las contradicciones. Ahora memoria de los fundadores de basta. añade Mr. Hughes. Se habla un magistrado, en el ocala nacionalidad y nos habla de necesita también la estabilidad.
so ya de su vida, sin ambiciones Jorge Washington. No sin enu ahi está el arco toral de este porque ha renunciado la candi merar a renglón seguido todas edificio, sostenido por las cuadatura presidencial. sin inte las veces que esa república tro columnas básicas. Mientras reses, porque ya nada pudiera antiimperialista ha intervenido sean formales y tranquilos, sehalagarle desde un punto de en la América Central, en Cuba, rán independientes estos puevista personal.
en Santo Domingo y en Haiti. blos; pero tan pronto como den La politica de los Estados Cierto es que esas intervencio señales de inquietud viene la Unidos hacia la América Latina, nes se hicieron para el mayor intervención, para mayor biela esbozó Coolidge en forma bien de los pueblos intervenidos. nestar y provecho de ellos, como un poco vaga. Le ha tocado Aun cuando no dicen lo mismo lo hemos visto. Es una indeahora a Hughes en una exposi las víctimas de tan grande fa pendencia condicioaal. Y, anación sobria, corta y terminante, vor. Basta leer el informe del diremos nosotros: aun cuando definirla en forma absolutamente delegado de Haiti a la Liga de sean formales y tranquilos, se precisa, en cuanto a sus con las Naciones; hojear las incon fomentará el desorden, cuando clusiones. Que en cuanto a las tables publicaciones sobre los la intervención sea necesaria premisas en que la sostiene, no desmanes cometidos por los para los fines de la expansión pueden ser más deleznables. marinos yanquis en Santo Do yanqui.
Una independencia condicional En Nicaragua, por ejemplo, existia un gobierno representativo, respetado por todos, honorable y servido por patriotas; pero ese gobierno estaba tratando de librarse de la influencia yanqui, quería salir de los compromisos que le ataban a Wall Street. entonces se echó mano de Chamorro, que derribó al doctor Solórzano. como la maniobra fué demasiado burda y provocó general indignación, se apeló a un recurso más cinico aún: se llevó al poder a un menguado servidor del capitalismo del Norte: al señor Adolfo Díaz. Es un ejemplo elocuente de esta columna básica de la estabilidad. Estabilidad, si, cuando se ajusta a los intereses de los idealistas capitanes de finanza yanqui.
El señor Hughes, en su discurso de la Habana, no hizo sino definir de una manera rotunda el derecho de intervención. Contra ese derecho, tan hábilmente presentado por el presidente de la delegación americana, es contra el que han protestado los pueblos todos de la América, a excepción del beneficiario. La tesis de las repúblicas latinas es esta. exigimos la soberanía absoluta; la igualdad de derechos; la libertad de disponer de nuestros propios destinos. No reconocemos el derecho que tenga el gobierno americano poner orden en nuestra casa; de la misma manera que no se aceptaria que la Argentina, por ejemplo, enviara un destacamento de gendarmes a combatir a los criminales que infestan a Chicago La tesis del señor Hughes, heraldo hoy del imperialismo, es esta. Independencia y libertad, hasta el momento en que los Estados Unidos les parezca que esa libertad y esa indepencia son compatibles con sus intereses. como excusa, el canal de Panamá. Es pueril pretender que las actividades de unos cuantos revoltosos en cualquiera de los pueblos del Caribe, pueden poner en peligro el canal de Panamá. No vemos en qué consiste ese peligro. el señor Hughes estaría muy apurado para definirnoslo. No se pretenderá que los revolucionarios se apoderen del canal. Ni se tomará en serio la amenaza del Japón o Inglaterra, que no podrán en muchos lustros más, y acaso nunca. pensar en una agresión a los Estados Unidos.
Queda, pues, planteada con toda la autoridad de un personaje tan ilustre como Mr. Hughes, en la conferencia de la Habana, la tesis de la intervención, como una de las columnas básicas del panamericanismo. es supremamente doloroso que la primera voz que se haya ele.
vado para aplaudir y sustentar esa tesis, sea la del presidente de la delegación de Colombia en la conferencia de la Habana. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica