REPERTORIO AMERICANO 141 canógrafa despedida, que viene sobras y sobrarás siempre eteren busca de trabajo, es. namente, como el fotógrafo ca ¡Maldito, maldito, maldito nalla. Maldito, maldito.
me grito con voz de Estentor. Corri a traves de la arboleda. Maldito! Tu palabra idiota, co todavia ya desde muy lejos, mo la carcajada de los irreduc me llegaba la voz ácida y espantos, ha desvanecido la bella tosa, horriblemente dura como realidad y ha puesto en fuga los sonidos de un mecanismo al espiritu enojado. Imbécil. falto de gobierno: maldito, malMaldito tu que sobraste, que dito, maldito.
José Restrepo Jaramillo Abril de 1926.
Correspondencia El hábito de la intervención armada Al Editor del New York Times ¿Puede quien acaba de dedicar dos meses a investigar la opinión pública en la América Central, y quien hace apenas dos semanas abandonó Nicaragua, expresar un punto de vista algo diferente al del editorial del Times. No por el placer?
Concuerdo con la posición de ustedes de que al presente los Estados Unidos no están divirtiéndose mucho con la intervención en Nicaragua. Ni el Presidente Coolidge, ni el Departamento de Estado, ni Charles Hughes están gozando con los crecientes enredos en que nos ha metido la intervención en Nicaragua. Pero presumir que esta intervención fue un asunto de necesidad y decir, como dice su editorialista. aparecemos como habiendo sido compelidos a agarrar un león montés por la cola, me hace preguntarme si no han sido ustedes engañados por las apariencias, y quizá hasta por Mr. Hughes. En La Habana ha dicho Mr. Hughes. Queremos ver a Nicaragua fuerte, prospera e independiente. Entramos a hacer frente a una exigencia imperativa pero temporal, y nos retiraremos tan pronto como esto sea posible. Hermosas palabras. pero les llevarán, el convencimiento a los recelosos latinoamericanos cuando los hechos del Tio Sam durante los últimos dieciocho años las han desmentido?
PRIMERO. Los marinos yanques han estado tres veces en Nicaragua desde 1910. Por espacio de trece años, desde 1912 a 1925, estuvieron estacionados alli. Después de que fueron retirados en 1925 tan sólo transcurrieron diecisiete meses para su nuevo envío. Durante las últimas dos semanas hemos enviado 000 más. En consecuencia, nuestra intervención militar está bajo la sospecha de ser más que «una exigencia temporal Está ya empezando a parecer un hábito.
No se ha consultado a otras naciones. SEGUNDO. Cada vez que hemos intervenido lo hemos hecho sin consultar a otros países latinoamericanos, o a alguien de un carácter internacional, o de algún carácter que hubiese tenido un interés que fuese imparcial o independiente del nuestro propio. El hecho de que ciertos presidente de Nicaragua hayan implorado el sosten de los marinos yanques no significa nada absolutamente para los centroamericanos, excepto que esos presidentes han sido políticos y posiblemente tiranos inseguros del afecto de sus propios pueblos y deseosos de apuntalar su posición con el poder de los Estados Unidos. Menospreciamos dos sentencias de la Corte de Justicia Centroamericana que iban contra nuestros deseos en un tratado con Nicaragua que nos da derechos canaleros y una base naval, tratado que la Corte declaró violatorio de derechos anteriores de Costa Rica y el Salvador. Habíamos ayudado en 1907 a la creación de esta Corte, pero el envalentonar a Nicaragua a ignorar sus resoluciones y al ignorarlas nosotros mismos, matamos la Corte.
De nuevo en 1926, cuando era asunto discutido si Adolfo Diaz o Juan Sacasa era el Presidente de Nicaragua por derecho constitucional, no convocamos a consulta sobre este punto a las republicas de Centro América que habían firmado los Tratados de Washington de 1923, tructiva tan pequeña al bienestar delineados bajo nuestros desig del país en que nuestros marinos nios con el expreso propósito han estado por más de quince de prevenir el reconocimiento años? Un nicaragüense, que de los usurpadores. En su lugar cultiva la morera y el gusano optamos por decidir a nues de seda, me dljo cuando estuve tra propia costa que Diaz era el allá. Algunos de nosotros prePresidente constitucional y lo feriríamos que los Estados Unireconocimos en tres dias. En dos establecieran un protectotonces nuestros marinos, al man rado sin tardanza, en lugar de do del Almirante Latimer, llega hacer lo que han estado haron hasta el extremo de darle ciendo. Hemos tenido todas las órdenes al Dr. Sacasa en su desventajas de la intervención propio país, de que abandonara y no las ventajas. En las Filidentro de dos horas Puerto pinas y Puerto Rico habéis heCabezas.
cho caminos y escuelas, pero en Nicaragua no nos habéis Se nos apellida déspotas. dado ninguna de esas ventajas.
Si la prueba de la agresión es Una excepción a ese capítulo la invasión de un país o el de acusaciones es la contriburechazo a arbitrar, o a ser limi ción espléndida a la salud hecha tado por las sentencias de por la fundación Rockefeller en una corte internacional, enton su lucha contra la ankilostomiaces nosotros somos un poder sis, la malaria y las enfermedaagresor en Nicaragua. Sé que des tropicales. Pero la iluminapueden alegarse excusas técni ción de esta filantropía privada cas y legales, pero cuando arroja hacia un contraste más nuestra intervención ha cobrado profundo la oscuridad de nuestra una tasa de 274 vidas nicara historia al haber hecho cosa tan güenses o más, probablemente, pequeña. Porque aun cuando se y sin contar las muertes ocasio probara que nuestra administranadas por dos intervenciones ción de las aduanas de Nicaraprevias, o cualquiera de nues gua fue perfecta y que el control tras propias muertes algo más yanque del Banco Nacional y del que una justificación técnica es ferrocarril ha sido un beneficio necesario. nada se remedia para Nicaragua, quedará aun llamándola deber de policia, como cosa cierta que nuestra porque nuestros amigos latino participación ha sido con la mira americanos observan que en de un provecho financiero para cada caso los Estados Unidos, nosotros mismos.
como enorme policia, son juez, El Tio Sam no ha construido jurado y ejecutor, todo en uno. el ferrocarril de Nicaragua ni Podemos nosotros mismos ase ninguna carretera pública, ni gurarnos que no somos impe ninguna universidad o escuela.
rialistas o agresores, pero todos Vi una universidad y una eslos despotas parecen tener po cuela en donde nuestros marinos der para librarse por si mismos habian acampado arrojando a del temor.
maestros y alumnos a la calle.
TERCERO. Si realmente esta Si hubiéramos intervenido con mos interesados en una Nica tantos maestros de escuela, ragua «fuerte, prospera e inde médicos, trabajadores manuales pendiente. cómo es que hemos e ingenieros técnicos, como prestado una contribución cons hemos intervenido con soldados, Consultorio Optico Rivera EXÁMENES DE LA VISTA. ANTEOJOS LENTES DE TODAS CLASES EXACTITUD PRONTITUD Especial atención en el desarrollo de recetas de los Señores Médicos Oculistas GEMELOS DE TEATRO CAMPO. MICROSCOPIOS LENTES DE LECTURA Guillermo Rivera Martín Optico del Colegio Nacional de Jena, Alemania Aprobado por la Facultad de Medicina de Costa Rica SAN JOSE DE COSTA RICA Correo 349 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica