REPERTORIO AMERICANO 45 rada severa de éste le trajo inmediatamente a la memoria los sucesos de aquella tarde.
Comprendió que su amigo debia condenar una actitud para el inexplicable y le invadió de inmediato un sentimiento de confusión y de temor, bien pronto substituido por una profunda indiferencia hacia lo que pudiera pensar su amigo y por el retorno del recuerdo punzante de Jesús de Galilea.
Ansiosamente, sin disimular, le interrogo: Dime, cha muerto ya?
José guardo silencio un instante. Su mirada se clavaba, dura, terrible, en el rostro demudado del fariseo.
Eliezer, Eliezer, no te reconozco. Qué vinculos secretos tienes tú con ese hombre. Qué es lo que te ha impulsado a hacer lo que hoy hiciste? Los sacerdotes están coléricos contra ti. Otros te creen demente.
En verdad te digo que no me.
reces mi hospitalidad Te he hecho conducir a mi casa porque no podia dejarte morir en la calle como un perro sarnoso.
Pero tu presencia aqui me traerá más de un desasosiego.
Eliezer escuchaba indiferente aquellos reproches amargos. El egoismo de José, su modo de arrojarle, no podian herir su alma, ocupada ahora por más trascendentes pensamientos. Resignado, humilde, se levantó, cogiendo su manto.
Perdona, José. Si mi presencia aqui te es molesta, voy a librarte de ella al instante.
El otro sintió un vago escrúpulo. Pero al menos explicame.
justificate. El ezer tuvo una sonrisa triste. Cómo podría confiar a José su secreto y hacerle comprender por qué misterioso proceso había llegado hasta su rapto de la tarde? Era preferible seguir ocultando. mintió. Nada puedo decirte. Yo mismo no comprendo lo que me ha acontecido. He obrado en un instante de enagenación. Mi debilidad, la fiebre, el espectáculo de aquel hombre sangriento. Ha sido un instante de delirio. Eso es todo.
Se despidió melancólicamente de José y montado en su burro se puso en marcha para regresar a Engadi. En el camino, como se atreviera a interrogar a algunos vecinos sobre la crucifixión del Rabi, dió con uno que, viniendo casualmente del Calvario, pudo suministrarle noticias abundantes acerca de los últimos momentos de Jesús.
En su tranquila casa de Engadi, Susana, entretanto, aguardaba paciente el regreso de Eliezer. En los primeros momentos, inquieta, habia despachado a dos de sus siervos a Jerusalén para que investigaran el paradero de su esposo, cuyo estado, antes de la partida, tanto la había sobresaltado. Los emisarios no tardaron en saber que su amo se encontraba en casa de José, donde acostumbraba apearse a menudo. No queriendo afligir a Susana, José estado siempre tan florecientes y gestos de Eliezer, por quier ocultó la enfermedad de su como ahora y él, en un instante sentia cierta compasión mezamigo, y le envió a decir que de desvario, habia creido verlas clada de ternura, como ante un éste se disponia a celebrar en arruinadas y enfermas.
niño enfermo.
su compañía la fiesta de la En ese trance, pensó de pron. Ven decia él exaltadoPascua. Susana, acostumbrada, to en el único testimonio que ven, mira las viñas!
por lo demás, a las ausencias y podía arrancarle a aquella in Ella le interrogaba con los extravagancias de Eliezer, ha certidumbre: Susana había visto ojos, sin comprender: bia continuado entonces espe como él las vides asoladas por. bien?
rándole sin inquietud.
la peste, había asistido muda. Miralas, lucientes y bellas Durante el camino, la tristeza de sorpresa, a aquel cuadro como antes. No recuerdas. No de Eliezer iba continuamente doloroso y a su desesperación. recuerdas que hace unos dias en aumento. Los sucesos de Ella podria confirmarle si era yacian devoradas por la peste, los últimos dias, su visión de verdad que se hallaba ante un secas y podridas. No es cierto Jesús de Galilea, habían tras milagro inaudito y libertarle de que tú las viste también?
tornado su espiritu de una ma aquella inquietud terrible. Pero Susana, perpleja, mirannera profunda. Comprendia que Ansioso, corrió hacia la casa, do con fijeza al fariseo, movia en su vida se habian cumplido llamando a gritos a su mujer. la cabeza obstinadamente: acontecimientos irreparables. El Ella acudió serena como siem. En verdad, Eliezer, no sé hombre antiguo habia muerto pre, habituada a las sorpresas de que me hablas.
en él para dar nacimiento a otro ser distinto, lleno de inquietud y de zozobra. Sentiase divorAlvaro Melian Lafinur ciado de sus antiguas ideas y sin fe suficiente para abrazar Jerusalén, febrero de 1926 otras nuevas, que sin embargo le preocupaban y atraían como un llamado del misterio entrevisto. su espiritu se sentia Noticia de libros así, desamparado y flotante, entre dos mundos enormes y El pueblo del sol, de Audiversos GUSTO AGUIRRE MORALES. medida que se aproximaba a su morada, otra preocupación EBELÁRONSE los Chinchas con más diáfana evidencia la fuerza más concreta y obsesiva iba tra la dominación de los In de su talento artistico: sobre un invadiendo el ánimo de Eliezer.
cas y fueron vencidos. Se apron firme bastidor de historia como La idea de que volveria a ver ta el castigo de los capitanes se la conoce hasta ahora el sus viñas devoradas por la enrebeldes y la guardia punitiva autor ha bordado una novela fermedad, testimonio terrible de está alli, junto al mar, contem que nos seria casi imposible sus vicisitudes recientes y de des imperio peruanizar la catástrofe sobrevenida en su plando esa majestad hasta entonces desconocida para estos La nación de los Chumpihuillexistencia, le atormentaba como soldados venidos de las altipla cas sacude el yugo de los Kosuna interna quemadura. Se sentia nicies del corazón del Imperio. kos. La capital del Imperio se sin fuerzas para afrontar aquel De subito, el agrio sonar de las conmueve: hay que someter a espectáculo doloroso de su trompetas de piedra rasga los los rebeldes por la fuerza de ruina, origen de todas sus desalienzos del aire que cuelgan so las armas. La división en el sezones.
bre el mar desde la altura in no de la dinastia incásica roe Pero cuando se encontró bas finita. Los jefes prisioneros, ya las ataduras de una antigua tante cerca de su heredad, le gravemente escoltados, están ya unión que constituyó su fuerza.
pareció ver que el contorno dispuestos al tormento: los cinco El rey chincha. Mallku, preve mostraba el mismo aspecto que hermanos Kuntis, principes de la posibilidad de un golpe de en los días anteriores al suceso la sangre, que perderán los fortuna en esta nueva guerra y que tanta influencia habia teniojos; treinta guerreros chinchas haciendo causa común con los do en su vida. Apresuró la que perderán tres dientes cada koskos parte en la expedición, marcha de su cabalgadura y uno; Gonac, que será mutilado; al lado de las fuerzas del Imvió, con mirada dilatada por la Chi chaymanku, la mente dicte perio, contra los Chumpihuillcas.
estupefacción, que las viñas que triz de la rebelión, que beberá La victoria corona las fuerzas él creia encontrar destruidas, se la poción fatidica que «le arran del Imperio y Malku se ha seofrecían por el contrario a su cará las ideas de la cabeza. ñalado por su valor y por su vista más hermosas que nunca, cuando después de infligido el consejo. Mas cuando, a su recon sus racimos opulentos y castigo las tropas reso a la capital, intenta el sus pámpanos lozanos.
su regreso a kosko, rompe la golpe de estado, la suerte le Recorrió apresuradamente una montante soledad de la playa desdeña y la torre de su amlarga extensión y comprobó que il grito esténtoreo lanzado por bición se desploma sobre su por todas partes las vides fruc Chinchaymanku: Chinchacamac! cabeza y arruina la última estificaban magnificamente y que Chinchacamac! que es la deidad peranza de los Chinchas. Tal jamás sus plantaciones habian de los Chinchas. sobre las es el marco en que se encuasido más fecundas y promiso arenas y sobre las aguas, como dra la vida intensa de esta norias.
salida de la garganta de una vela.
Entonces hirió su espíritu una siniestra concha marina, brota Toda ella escrita con amor, duda tremenda. Estaría real una profética, oceánica carcaja con una profunda sinceridad que mente en presencia de un mi da que pone su estremecimiento ha dado huesos, y carnes, y palagro, o el espectáculo de sus de locura en todas las grandes siones a las más de sus criatuviñas devastadas habia sido una escenas, de la primera a la úl ras; algunas de las cuales más ilusión de sus sentidos, un en tima, de este suntuoso drama son visiones de una realidad gaño de su imaginación que aho con que se preludia la caida de transcendente que meras fantara se desvanecía ante la reali un Imperio sias. Han vivido al calor de un dad?
Aguirre Morales ha sonado corazón ardiente, y adquirido Aquella duda le atormentaba una trompeta de vida sobre las relieve a fuerza de ser pensahasta volverle loco. Cómo es ruinas incásicas y se han des das una y otra vez. Hay figuras capar a ella, como saber de pavorido todas las sombras que dotadas de gracia, como Kusi, una vez y para siempre la ver parecían reposar: se alza otra Amankai, Nikex, Olfe, Amai, y dad? Tal vez todo eso era un vez el Imperio ante nuestros figuras de continente viril como milagro del rabi, apiadado de ojos admirativos, y presenciaInka Chalku y Malku; otra en su desdicha, compadecido ante mos la turbulenta agitación de que se sueldan el buen humor su contrición y ante la sinceri un pueblo de conquistadores con la ternura y la lealtad con dad con que él había clamado durante un breve periodo repre el heroismo, la de Paucarr. Mas demandando perdón. Pero tal sentativo de su historia. Porque por encima de todas ellas está vez, también, sus viñas habían aquí es donde se ha puesto en ia de Chinchaymanku, en cuya Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica