144 REPERTORIO AMERICANO blanca, la palabra lleva perfumes de camelia; si el alma es cálida, la palabra da vida y fecunda; si es impetuosa, la palabra descuaja como los huracanes; y si el alma es de Sol, la palabra lo es todo: la esperanza en el iris, el ensueño en la aurora, el engendro en las entrañas de la tierra, y el valor, la pureza, el carácter, la luz y la justicia en el corazón de los hombres. Esos poetas fakires que se encanijan, harapientos de vida, contemplándole el ombligo al poema, no pueden ni deben perdurar: se los lleva el olvido, que es el trapero que en su cesta de sombras va recogiendo los andrajos. En cambio, los poetas de veras, los que riegan alientos y hacen de sus liras arados de melodía para fertilizar los corazones; los que predicen y conducen; los que sacan del pan blanco del Arte hostias de versos para la humana comunión; esos que perforan lo Eterno, y hacen como de sondas de Infinito por donde llega a veces hasta el cerebro humano un reflejo del destello divino y al corazón del hombre el palpitar celeste del corazón de Dios.
Tal es el concepto del deber: despojo de nuestras lacras de inferiores deseos; fuerza de músculos en el querer inquebrantable; transformación de nuestro amor que pide por el amor que da; diafanización de nuestra substancia personal por nuestra esencia espiritual. Para Martí, cuando nace el deber, es como si naciera un Cristo en el pesebre de la carne del hombre. Y, ya nacido el Cristo, la aceptación de todo cuanto al Cristo conviene: desde la prédica en el templo hasta la hiel del cáliz, desde el olor de nardo y el lienzo de cabellos magdalenos, con que los pies enjugan, hasta los garfios del azote con que ensangrientan las espaldas. La sonrisa ante el ultraje, la mansedumbre ante el insulto, la pupila serena ante la hurañez de la amenaza, los labios encendidos del beso ante el madero de la cruz del dolor. Hay que hacer del sacrificio como una voluptnosidad del corazón. Hay que cortar la costra de ese callo de vida que torpemente hemos creado. la cuchilia que lo corta es dolor. Pero ese dolor debe sabernos a dulzura, porque es un dolor prometedor. Ese dolor indica que, arrancada la costra, lo mismo que en la piel, habrá contacto suave, agilidad de miembros; sin las berrugas del prejuicio, en la mente, la libre circulación de las ideas; sin las del hábito, la encauzada firmeza del querer; y sin las del deseo, las alas libres del infinito amor.
Oigamos al maestro. No apartemos el oido de ese caño de oro por donde fluye como un agua de vida su inefable voz. Sufrir decia él es morir para la torpe vida por nosotros creada, y nacer para la vida de lo bueno, única vida verdadera. las aguas primeras, y la esencia de vida de ella y la desgarra en jirones. aquello que su padre el Sol y de su madre la Luz. Pero, era puro cuando irradiaba bajo el cielo, se para que los hombres sepan eso, es preciso quiebra y descompone cuando cabalga sobre que arda en ellos la mente, la pupila del el mar. Pues ese Faro que hace nacer la Luz cielo que dentro de nosotros contempla lo arriba, esa mente Suprema que sobre nuesque el ojo de afuera no puede contemplar. tras aguas pasionales erige sus deslumbres, Cuando falta ese faro, la nave humana ya es la que en tan exhultante modo canto no tiene más guía que la corriente del ins José Martí. Bajo ese Faro va cayendo la tinto, ni más fuerza motriz que el vendabal Luz sobre las turbias aguas; y esa luz ende la pasion. Acto no inteligente, es des turbiada, que es un simple reflejo de la otra, bocadamente pasional o instintivo. si asi que se quiebra en las ondas, que tiende no lo es, habrá seguramente obedecido a encima de ellas una movible alfombra de fuerza ciega de costumbre o a sumisión de ilusiones, de fugaces fantasmas, de cabrilleos miedo. En el primer caso, el acto será un sonambulicos, de una perpetua danza de hijo del hábito, inconsciente, automático co mentirosas libras esterlinas, es lo que todos mo el andar de los volantes en una caja de creemos ser la Inteligencia. Pero Marti sareloj; en el segundo, cuando realízase por bía distinguir una de otra. La una, el Faro, coacción preceptiva, tampoco sirve como es la Verdad; la otra el reflejo, es la ilufuerza moral, porque es deber por miedo, sión. El Faro es puro, con la pureza de la como el deber de los esclavos bajo los lá Luz; el reflejo empañado por el hervor de tigos del capataz.
nuestra espuma, por el crespón de nuestra Por eso, Martí exhaltó el valor del Inte sombra, por el constante arrastre de nueslecto: porque sólo en el vientre de la Inte tras corrientes submarinas, por el perpetuo ligencia puede concebirse el deber. La revolver de nuestros desatentados huracainteligencia dijo da bondad, justicia y her nes. Esa Mente, que es Luzbel junto a Dios, mosura; como un ala, levanta el espíritu; es Lucifer junto a la carne. Si es ala para como una corona, hace monarca al que la el aire, también es colmillo para el fango.
ostenta; como un crisol. deja al tigre en la Ese reflejo turbio del alto y limpio faro, es, taza y da curso feliz a las águilas y a las en nosotros, el que envenena los instintos, palomas. Del puñal hace espada; de la exas el que complica las funciones, el que sesga peración, derecho; del gobierno, éxito; de lo las trayectorias de la Ley y pone gestos lejano, cercanía. de clandestinidad sobre el rostro puro de Pero si canta de tal manera a la Inteli la Naturaleza. Esa mente es la inventora gencia, también sabe distinguirla de otra del pecado. Es la malicia sobre la desnuque lleva el mismo nombre: la mente per dez. Es la hoja de parra sobre la castidad.
sonal inferior, que, si es luz como aquélla, Es la Serpiente que enroscada en el Arbol no es la primera luz, sino sólo el reflejo deja caer su gota de veneno sobre los pasobre las aguas turbias de la conciencia raisos. Es aquella que hizo que Martí exhumana. El faro, enhiesto sobre el sereno clamara. La inteligencia no es más que azul, baña las costas de fulgor. El agua medio hombre, y no lo mejor de él. trémula, que recibe esa luz, se envuelve en Santiago Argüello La Habana.
AMERICANA SASTRERIĄ San lost Costakin NUESTROS TRABAJOS SON GARANTIZADOS LARGA PRACTICA EN NUEVA YORK Propietario Ladies and Ha Pero para practicar el deber, es necesario comprenderlo. Hay que conocer esa mecánica divina qne articula los actos con los actos, como las piezas en una maquinaria de leyes, y que conecta las máquinas en relaciones cada vez más extensas, hasta llegar a la unidad estructural del Cosmos.
Porque el deber no es sino la aplicación en la medida de nuestra inmediata posibilidad de nuestra palanca individual en consonancia con esa mecánica total. Martí nació sabiéndolo. Dentro de su vaso de carne, él era como una llama que se sabe a sí misma, y que, sabiéndose a sí misma, sabe también la fuente de donde procede.
Como la gota que rueda por la playa siente en su seno el mar, y como la chispa sabe de la fragua que la concibió, Marti sentia y comprendia gota del Supremo Océano, chispa de la Hoguera Infinita la fuente de Taylor Piedra, Carollomos Juan Lado Oeste Foto Hernández Imprenta y Libreria Alsina. San José de Costa Rica Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica