198 REPERTORIO AMERICANO Página para Pedro Salinas Yo no conozco Sevilla y por eso no conozco a Pedro Salinas, que, según parece, deja encendido el fuego de su casa, sale De El Mercurio. Santiago de Chile.
para Madrid o Paris de escapada y vuelve antes de que el fuego se le apague. Bien español: una miradita de reojo o de frente a lo extraño y la vuelta rápida a sentarse entre el círculo de los muebles familiares oh, silla de España, noble de nogal y noble de petate! y a oler sus claveles impetuosos.
El viaje es aventura tres cuartos maravillosa y uno estúpida: suele conocerse al que sobraba antes de encontrarse y la mano a veces no golpea nunca a la puerta que se andaba buscando desde poco después que se nació. Yo no sé cómo tiene las manos, el entrecejo ni la conversaciónque dicen muy soleada y muy sanamente vegetal, Pedro Salinas.
Pero no sólo es esto el no haberme sentado en la banca de su casa sino que Pedro Salinas tampoco me he conseguido aquella Vispera de Gozo, su novela del año pasado, de que tanta excelencia me han dicho amigos que cas o el cordón lacio del agua de riego.
me aconsejan bien en lo español. Dos ve Muy legitim manufactu futuris que ces la he encargado. Que se acabó, que sale de Brooklyn o de Montparnase o de no la ha reimpreso una Editorial despreo Berlin. Pero. qué tenemos que hacer noscupada. Sólo le he paladeado el buen otros en medio de esas vastas hierbas y nombrar, que yo celebro tanto en los saga esos rios sin captación de usina alguna que ces, en Ors, en Reyes, en otros. Acordarse son los nuestros, con el fordismo y citroede Ocenografia del tedio o La Bien Planta nismo poético?
da y de justa y novedasamente como todo el Pausa o Calendario. Nombra que ha Pedro Salinas tiene leidos sus Max Jamordido bien en las cosas antes de mencob y su Apollinaire y su Huidobro; le gustan; seguramente les reconoce, como yo les tarlas. Porque los nombres espúreos o desabridos los han puesto aquellos que nunca reconozco, que nos han sacado las manos del caramelo por fundido e intolerable, de hincaron encia en su objeto.
la falsa sentimentalidad, y nos han curado Vispera de Gozo es nombre católico, que del alarido. Pero el vive en Sevilla, que, equivale a decir grávido de cosa humana. con ingleses invernantes y todo, es todavía y como somos católicos en la raza españo. España o sea la civilización más doméstica la hasta los desaforados pincha curas, la (a pesar de sus guerras) la que se ha hefrase se saborea con gusto visible y se tocho en estancias espaciosas, con muebles ma posesión del libro sin tenerlo, en el amplios, con patio excesivo, con cobres nombre nuestro, tomado de nuestra carne primos de los interiores holandeses, y mumoral.
cha cara mansa y expectante, y mucho fino sosiego. Todo esto: naranjo tatuado de fueSalinas estaria pintado por Juan Ramón go quieto; todo esto: mujer sentada con reJiménez en prólogo efusivo como un abra poso de rodilla a rodilla, él no quiere des zo enraizado en sencilleces domésticas, lo que vale decir sin los cocos (cucos decimos Gabriela Mistral en Chile) de los letrados que se suelen ver vestidos de su millón de letras, con Junio de 1928.
corbata, puños y pañuelo de letras. Eso le dió y se lo guarda la provincia que, cuando no es necia, viene a volverse la más linda cosa para nutrir y educar varón o mujer. Pruebas, en España, el Alcover Venganza mallorquin y la Rosalia gallega; en Francia, Bernanos, el de los Pirineos españoles; Hice de mi ilusión regio castillo, sobre todo, Mistral, esa especie de Alcalde castillo de ideal eterno de la Provenza entera.
que me dió complacencia de descanso, pero que, deteniéndome en remanso Otros me han contado de un poeta bueno, lo menos escorpión literario posible, con hubiera empantanado mi inquietud.
sonrisa legitima y no postiza, para el otro que corteja con suerte las estrofas, go Viste mi alcázar y cobardemente, zando con entrañas sanas cuando triunfa tu estulticia vengando mi ambición, el colega acercaste tu llama irreverente, Catalogan a Salinas con los futuristas, y, en la noche, tu cómplice inocente, cubistas y daistas del verso español. Si que mi alcázar se incendió.
tiene y muestra sensibilidad nueva nueva, no de última hora, cosa diferente. Sólo que, para ser 1928, él no hace derroche de otro dia la brisa alzó en pavesas aviones, ni ni de grúas. Sensibi mi gallarda ilusión, lidad nueva significa mirada inédita, pero mas yo segui mi senda que cae sobre las cosas con que nos coy hoy me encuentro cien cimas adelante deamos, sea huerto o majada. Me hacen con la testa radiante sonreir algunos libros que llegan de rincones ruralisimos de América: están atrave bajo la palma que me tiende el sol.
sados, están veteados de fabrilismo, de maquinismo, de Torre Eiffel, de Picassos y Hernán Zamora Elizondo de Paul Morands, y han sido pensados mientras se oia la rumia búdica de las vaSan José, Costa Rica.
baratarlo y desconocerlo. Su futurismo si así ha de llamarse trae, pues, gran probidad en este aspecto de voltear con sentidos nuevos las cosas viejas, de cuyo molde no puede olvidarse, porque en las palmas de las manos, aún vacias ellas, las lleva y las oprime.
Aparte del motivo circundante, él ha aceptado el tono circundante, el dejo de sus clásicos que ningún mal le hace, y hasta lo contrario. Alfonso Reyes celebraba un día en París estas escuelas nuevas de España que no son bárbaras, que no quieren desperdiciar sus granos de sal de San Juan de la Cruz, de Góngora y hasta de Lope, pues bien saben que eso les ahonda la fiesta de la estrofa e infinitamente se las enriquece. leia a unos nuevos, también de Andalucia, que hacen donosura, 1928, con el romance y la letrilla supra domados por sus clásicos. Esto, en parte, es mío decia sonriendo. Yo he mimado mucho estos allegamientos a la brasa vieja; yo los he hecho en Pausa y me dá gusto ver que la honda del impulso está captada por éstos y con un feliz pulso.
Cuando la ironia asoma en Salinas, que, por español, ha de ser un poco inhábil para el atributo francés, es una cosa rápida que se esconde apenas ha asomado, como si no estuviese todavía bien domiciliada en la carne de esta estrofa española; Salinas la usa con no sé qué pudor de varón que no acaba de salir del todo de sus Cides y sus Loyolas, para jugar con la desenvoltura de los que, como Giradous, han jugado con ella a través de los cinco mil años que tienen sus muñecas flexibles. La ironia en Salinas anda en derrota todavia porque la pesadumbre le gana casi siempre la carne de la estrofa.
No sólo por Salinas mando yo ahora estos poemas de Presagios (Biblioteca InDICE, Madrid. Vuelvo a sentir hacia Chile lo rijoso y lo voluntariamente amojamado.
Parece que se escribe menos versos que en los buenos tiempos de Cruchaga Gtan aristocraticamente desconocido. de Hübner, de de la Vega, de Guzmán y los otros de su Cábala. Parece, digo que volvemos a la tradición fea, de pueblo que no quiere aventuras con la poesia y se ha casado, para toda su vida y no por un matrimonio a plazo, a lo yanqui, mientras le convenia, con la historia y el folklore. menos que no haya en esto solo mi información nula de Chile. No recibo libros de versos, y me explico el correo sin poemas, algunas veces por la clásica soberbia chilena, por la muy vasca y muy empecinada soberbia chilena, que cuando piensa se guarda lo pensado por no saludar a su vecino que hace lo mismo, pero de quien no le gustan las cejas o la manera de caminar. Tres zancadas de este vicio suelo nombrar adentro de la raza. Primer zancada: la vanidad de un país que yo me sé y que mi Director conoce bien ahora; segunda zancada: la soberbia de Chile; tercera zancada: el orgullo de España. Bien está que no nos quedasemos en la primera; mejor estaria que nos aupásemos hacia lo segundo; pero mejor todavía que nos aventaramos las tres viboras o viborillas de este vicio Por si esta vez no fuese soberbia que descuida exprofeso el correo, y fuese la vieja sequia nuestra que nos sube a la piel con la fidelidad de lo heredado, yo quiero mandar para Chile esta página fresca de la poesia de Pedro Salinas, el que, como ya lo dije, está abotonando de nuevo los rancios árboles españoles. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica