REPERTORIO AMERICANO 19 habia techo se Monje negro, El dosis alguien lo estancia para el con que se les todas las trajeron morrocotas y machete. en el suelo húmedo del rancho, de escolar, devoraba los libros tarán, dicen los discursos, las En las cabañas profundas, sin ceremonias y sin lágrimas, con ansiedad y rapidez tales, futuras construcciones de esa donde crecen el maiz y la papa muerto, como las bestias que que fundaron para siempre ese clase. Aplaudimos con ambas en promiscuidad exuberante con un dia cualquiera se obstinan hábito en mi manera de leer. manos, en cumplimiento de un los frisoles, las habas y otras en no seguir trabajando. pasaron en desfile vertigi deber civico, esta iniciativa bien matas, viven en ranchos minoso todas las obras que intencionada, y elevamos a Dios núsculos por cuyo Evocación pueril. Anoche oido calificar de malas y pronuestros fervientes votos para cuelan lo mismo el el sol y el leia un viejo estudio sobre cierto hibidas: E1 que continue desarrollándose la agua, los campesinos de tem poeta más viejo todavia, hoy Judio errante, donde aprendi la albañilería pedagógica. No queperamento apacible y patriarcal, completamente olvidado, y que de odio a los jesuitas, in remos pasar por por profesionales que no gustan de viajes, tienen sin embargo escribió en su hora dispensable para vivir decoro del escepticismo, y por eso nos numerosa prole y, legitimos des sonetos franceses de una dia en el partido liberal; abstenemos de preguntar, como cendientes de esa y fanidad y de una aristocracia Los Miserables, con todo ese lo hizo, si vale la pena explotada carne de encomienda incomparables.
caos desmesurado de gastar tanto dinero para eny extrahude resguardo, trabajan la Subitamente, surgió a mi vista mano que en las pasiones, en señarles a leer a los miles de el patrón, sin per el Tantasma de mis primeras las figuras y en las palabras individuos cuyo primer cuidado, juicio de pagarle al párroco, de lecturas, rodeado con el marco puso la fantasia desordenada en cuanto hayan aprendido, será la exigua porción que las encerró; todo ese panode Victor Hugo: Los Misterios no volver a leer en absoluto.
deja, el diezmo y la primicia. rama de infancia, luminoso y de Paris, que me hicieron pen Pero si nos inclinamos a dudar Estos ranchos son sin duda los risueño, se levantó del escaso sar en que Sué no seria jamás de la eficacia de estos simpámás poéticos; respiran paz y acervo de mis recuerdos, y se rivalizado en la novela, y de ticos ensayos. Que nos perdobondad; en ellos encontraréis precisó con lineas tan nitidas cuya edición recuerdo el gra nen los nobles apóstoles de la siempre, ofrecidos con un gesto y fuertes, que con el libro ce bado de una joven alsaciana edificación escolar de veneración ingenua, unos rrado me consagré a evocarlo tan bella, que si dejó biznietas. Quiénes irán a vivir en estas huevos frescos o una taza de minuciosamente ellas solas valen bien la recon airosas moradas? Permitid que leche. En el interior, de extra Era el antiguo Parque de los quista que Francia ha realizado lo digamos: maestros hambreaordinaria ruindad, vese, junto a Mártires, hoy disminuido, talado, Eran tardes deliciosas aque dos, urgidos constantemente por la imagen de la virgen del desfigurado por completo. En llas, que no podré olvi Carmen, prendida a la pared las formas de la miseria, esa época nadie se habría atrelectura me abstraia en un ex malhumorados y sombrios en con espinas de rosa, una con vido robarle la que tasis prolongado; y y cuando los consecuencia y que son, por cha de armadillo, colgada, y luego se quito, ni derribar be vigilantes gritaban que el partodo lo que se otro aspecto.
dentro, los objetos preciosos aquellos macizos y robustos pi que se iba cerrar y comenquiera, menos personas ilustradel hogar: unas hebras de hilo, nos, llenos de nidos y de me zaban a encenderse las lámpa das. Inteligentes, si: y además la aguja, el prendedor de la lancolia, ni a destruir los praras del alumbrado público, yo abnegados, patriotas, verdadede niña, la navaja del padre, los dos misteriosos y verdes, ro llegaba como de una remota ros potentados de la buena vozarcillos de la mama.
deados por una apretada valla epopeya, desorientado y con luntad. Nada menos. Pero en Pero hay un rancho hermé de rosas que se tornaba cada fuso, sin saber por que no tenia cambio, nada más. luego, tico o y altivo, hosco, inaccesible, dia más florida impenetrable. el suelo la sangre de mis pro los otros: legiones de párvulos donde se refugia el indio puro, el parque vivía envuelto tagonistas, sin explicarme cómo débiles; raquíticos, haraposos.
la coyunda de en una penumbra húmeda, no llenaban el espacio lus ge Cómo resaltan, disuruan y concivilización. Es el rancho de los como no habia carrusel. este midos de las doncellas encarmueven en las fastuosas cerepáramos, que se divisa a duras aparato chillón y y vulgar que celadas en las altas torres so monias oficiales que celebran penas la cima de las cordicongrega a los niños estrepi litarias y cubiertas de lama en las victorias instruccionistas, los lleras estériles, peladas, batido los enamorados andrajos multicolores, los pies por todos los vientos, sin la podian pasar horas y horas su Entretanto, en el Colegio, el descalzos, las caritas demacrasonrisa de una fuente, sin la midos en sus coloquios, o buen hermano cristiano que me das de estos forzados de la protección de un árbol, aban sin decirse inculcó el santo temor de Dios escuela, mil veces más desgradonado y solo. Alla viven los millas de los eucaliptus y las y formó mi corazón con celo ciados que los del presidio, vicCusarias, los Canadulce, los ramas secas de los pinos. Los y dulzura que nunca le agra timas inocentes de la vanidad Guamán, los Fiaga, todos esos estudiantes en pequeños grupos decere suficientemente, tomaba gubernamental y de la inconsvástagos orgullosos de una rea paseaban por los senderos; pero inedidas para averiguar la causa ciencia colectiva. Almas geneleza vencida, de una estirpe ellos suelen ser piadosos y disde mis repetidas ausencias. Pero rosas luchan con ardor por meperseguida, pero no humillada, cretos con el amor ajeno.
по llegó a saber que sus libros jorar su condición, pero por que guardan en el fondo de sus bien, en una banca más o pequeños, llenos de números y desgracia racia ineficazmente todavia.
ojos oblicuos el sordo recor menos desvencijada, leia yo con de preguntas y respuestas pre esos tiernos y melancólicos de las dzas algún compañero, el libro volu cisas, sin imaginación, sin hori renuevos de la raza, que no conquistadas. Melancólicos, sominoso y descuadernado que me zonte para la la fantasia me fas auguran por cierto para ella brios de ademán de palabra, daba en alquiler, por la mone cinaban mucho menos que los una opima cosecha de laureles nadie sabe lo que piensan dita de niquel que integraba mamotretos adorables y mal co en las contiendas del porvenir; lo que quieren. los pueblos mi presupuesto diario, una amiga sidos de la señorita Soledad, esos seres que han nacido y no bajan sino en raras que debe hallarse ya a la dies que iban depositando en mi crecen bajo el signo implacable nes, con un tercio de leña, a tra de Dios Padre: la señorita alma el grano impalpable de las de la pobreza, sin conocer ninproveerse de sal y de aji. Tam Soledad. Ella tenia muy cerca ilusiones que rescatan de la inbién, de vez en cuándo, se les guna de las dichas que la vida del parque el pequeño comercio curable monotania de vivir. les reserva a los niños ricos.
ve, en largos y silenciosos des. de sus libros viejos y de sus son el trofeo de nuestra labor files, entrar a una tienda de encantos personales, tampoco Edificios esco ares. Ha y los exhibimos mercancias; vienen a comprar nuevos ya en aquellos años. sido inaugurado con solemni cruelmente como una muestra la mortaja para uno de los de me parece recordar que atendia dad, en medio de largos dis de los sacrificios que hacemos alla arriba, que sin saber por con igual benevolencia a sus cursos, músicas militares y se por la cultura nacional.
qué, después de una intensa y diversas clientelas.
lecta concurrencia de señoras Con tal fin, y para poder breve calentura, se quedó con Como la erogación era de y caballeros, un elegante edifi clasificarlos en fementidas es.
los ojos muy abiertos, tendido masiado fuerte para mi bolsillo cio escolar a cuyo tipo se ajus tadisticas, los encerramos en un Todo refractario a tosos y pobres, los sus cimientos o viendo caer, sin irse nada. las se desposeídas ni ocasiocivilizadora. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica