326 REPERTORIO AMERICANO estos preciosos sitios. Hay nada más encantador que caballos, pero hombres no. Las razas se han mezclado; el arroyo que corre al pie de este plátano? Nuestros el trabajo manual las ha deteriorado; la educación del pies sumergidos en el acreditan su frescura. Este sitio cuerpo consiste en pasar diez horas diarias encorvado solitario está sin duda consagrado a algunas ninfas o sobre un pupitre; no nos queda más que la del espírial río Aquiloo, si hemos de juzgar por las figurillas y tu. Tampoco existe ya escultura, y la única belleza es estatuas que vemos. No te parece que la brisa que la de la cabeza y de la expresión. Ved a qué atribuye aquí corre tiene cierta suavidad y perfume? Se advierte Sócrates la de Carmides: en el canto de las cigarras un no sé qué de vivo, que hace presentir el verano. Pero lo que más me encanta Es justo. oh Carmides. que sobresalgas entre los demás por son estas yerbas, cuya espesura nos permite descansar todas estas cualidades; pues no creo que ninguno de nosotros, remontando hasta nuestros abuelos, pueda presentar en Atenas con delicia, acostados sobre un terreno suavemente indos familias capaces de producir por su alianza un renuevo más clinado. Querido Fedro, eres un guía excelente. precioso ni más noble que aquellas de las que tú desciendes. En Fedro no es menos apasionado que Apolodoro por efecto, Anacreonte, Solón y los demás poetas han celebrado a la ciencia. Dice que no valdría la pena vivir si no porfía la familia de tu padre, que se liga a Critias, hijo de Dropio, diciendo lo mucho que ha sobresalido por su belleza y su existiese el placer de los discursos. Se eleva a los más virtud, y por todas las demás ventajas que constituyen la felicinobles pensamientos, en medio de las risas del ban dad. Por la de tu madre sucede lo mismo. Jamás se conoció en quete, y elogia el amor, guía de la vida honesta, que el continente un hombre ni más hermoso ni mejor que tu tio Pino enseña más que la belleza y el bien.
rilampo, embajador que fué ya cerca del gran rey, ya cerca de otros príncipes del continente. Esta familia no cede en nada a la Pero el filósofo queria pintar un espíritu completa precedente. Con tales antepasados, tú no puedes menos de ser mente filosófico: en Teetetes ha mostrado el oyente el primero de todos. que habría escogido. Ese joven es geómetra, y, de acuerdo con el método de Platón, pasa poco a poco de Ha sacado también de su noble sangre los dones la noción de las figuras a la contemplación de las pude la gracia y del alma; sus compañeros dicen que ya ras ideas. Ya busca por doquiera la ciencia, turbado por es filósofo y poeta; y para usar las palabras de Homero una muchedumbre de dudas que no detienen a los y Platón, su madre ha engendrado un hombre dichoso: espíritus vulgares, y particularmente por contradicciones pues tiene la inteligencia pronta y no está orgulloso de de la naturaleza sensible. Ha leido los libros de Protá tan grandes ventajas; su modestia y su belleza se adorgoras, pero no le han satisfecho. Comprende que hay nan reciprocamente. Sócrates le pregunta si ya cree un fondo estable bajo las apariencias que pasan sin saber bastante. Carmides se ruborizó al pronto, y pacesar. Detrás de los fenómenos que quedan entre la reció más hermoso, porque la modestia cuadraba bien nada y el ser, entrevé las formas fijas y las leyes a su edad juvenil; después dijo con cierta dignidad, eternas. Por fin, sigue sin fatigarse, y con una singular que no le era fácil responder en el acto si o nó a penetración, al filósofo eleata que le interroga acerca semejante pregunta. Porque, añadió, si niego que soy de los asuntos más abstractos. De un solo vuelo de su instruído, me acuso a mí mismo, lo que no es razonaespíritu, ha subido ya a la región de los inteligibles. ble, y además doy un mentís a Critias y a muchos Ved si no qué elogio hace de él su maestro, el grave otros que me creen instruído, a lo que parece. En el y sabio Teodoro. caso contrario hago yo mismo mi elogio, lo que no es menos inconveniente. Yo no sé qué responder. Asi «Ese joven, Sócrates, sea dicho sin ofenderte, lejos de ser elude una pregunta difícil, y en todo el resto de la hermoso, se parece a ti y tiene como tú, la nariz roma y unos conversación se mantiene siempre a igual altura. Sigue ojos que se salen de las órbitas, si bien no tanto como los tuyos.
Sabrás, pues, que de todos los jóvenes con quienes he estado muy bien una discusión sutil, y propone definiciones en relación, y que son muchos, no he visto uno solo que tenga bastantes sólidas. Hay un momento en que se nota mejores condiciones. En efecto, a una penetración de espiritu po una fina sonrisa en sus labios, cuando, por una ironía co común, une la dulzura singular de su carácter, y por cima indirecta y ligera, induce a su primo Critias a que ocude todo es valiente cual ninguno, cosa que no creía posible y que no encuentro en otro alguno. Porque los que tienen como él pe su lugar, y lo entrega a las refutaciones de Sócramucha vivacidad, penetración y memoria, son de ordinario incli tes; la agudeza es el último adorno de su belleza. 1)
nados a la cólera, se dejan llevar acá y allá, semejantes a un Ha debido notarse el reposo de estos discursos. Esta buque sin lastre, y son naturalmente más fogosos que valientes.
tranquilidad no excluye el arranque ni el entusiasmo; no Por el contrario, los que tienen más consistencia en el carácter, llevan al estudio de las ciencias un espíritu entorpecido y pronto es más que la serenidad de un espíritu que sin esfuerzo olvidan. Pero Teetetes marcha en la carrera de las ciencias y halla la verdad, se despliega sin precipitación y goza del estudio con paso tan fácil, tan firme y tan rápido, y con una de su fuerza. Los personajes no se interrumpen unos a dulzura comparable al aceite, que corre sin ruido, que no me otros; los oyentes de Sócrates siguen todos los giros canso de admirarle y estoy asombrado de que a su edad haya hecho tan grandes progresos. 9)
de la discusión sin apresurarla. Se detienen con gusto en las digresiones que en ella mezcla Sócrates; no tieCreo que este es el único pasaje en que Platón no nen prisa. Cuando hablan, dejan correr sus pensamienasocia la belleza y la juventud; un artista como el trata tos en el tono más sencillo y más fácil, sin buscar el siempre de unirlas; es el placer de su imaginación; a ingenio o la elocuencia; siguen la pendiente uniforme ello va como la planta hacia la luz y halla el retrato en que se deslizan, sin apresurarse ni detenerse; se de Carmides, el último y el más perfecto.
abandonan a su naturaleza, que es bella y todo lo hace «Me pareció admirable por sus proporciones y su bien.
figura. Cuando Carmides entró, todos se emocionaron Me parece que las estatuas que aún nos quedan de y turbaron. Que esto sucediera a hombres como nosola antigüedad son un comentario a este cuadro. Expretros, nada tendría de particular, pero observé que, hasta san, como los Diálogos, la perfección de la raza, el entre los niños, no había uno que no fijase en él sus pleno desarrollo, la juventud y la dichosa serenidad de las miradas. No precisamente los más jóvenes, sino todos, almas. Entre las del Museo, señalaría la de Carmides. y le contemplaban como un ídolo.
La belleza del cuerpo es maravillosa, esbelta y fuerte, Tal es la belleza de los cuerpos griegos nacidos de una proporción delicada. Aquellos escultores jamás de una sangre pura, hijos de una raza libre y ociosa, habrían hecho la Eva maciza ni las tres Gracias carnosas nutridos en los gimnasios. Hoy todavía se adiestran (1) Véase el diálogo Carmides o De la Sabiduria. 1) Véase el diálogo Fedro o de La Belleza. 9) Colección de yesos, detrás de las estatuas del Partenón, a la derecha. Vease el diálogo Teetetes o de la ciencia.
cerca del Coloso (N. del Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica