REPERTORIO AMERICANO músico refleja ¿Qué dech en hondas To menos de seis libros euroEn torno a Chopin peos en torno a la vida y la obra de Chopin, aparecidos De La Premit, Buenos Aires en poco más de un año, revelan la actualidad inmarcesible del polaco, la simpatia in tacta por su obra, la atracción que aún ejerce sobre el gran público melómano como sobre los iniciados de todas las capillas La uiversalidad del infiajo chopiniano parece no conocer eclipses, ocasos, limitaciones.
No hay autor más defendido contra la disparidad de temperamentos y la oscilación de los gustos. El clasicista exclama, con James Huneker, ante los Estudios: Chopin es un clásico. recuerda que Bach fue su autor, su consejero preferido, desde los días infantiles en que intimara con el Clavicordio bien templado decir de los espiritus románticos? Hoy, como ayer, lo consideran, dentro de la expresión confidencial el eufemismo irónico de su lenguaje, cuna que encantadora, con sabor heiniano; un grito que florece en est estrellas clarísimas; mas; y comunmente un viento huracanado que, como el desprendido la Marcha fúnebre para Federico Chopin arrollar el presto final de la Sonata en si bemol menor, barre las tumbas, azota los ran sus compatriotas al rapsoda Identificado a sus voces, domi. cipreces nocturnos y llega, enignostálgico. Del mismo modo, nador absoluto de sus secretos, mático, hasta los umbrales de Paris, que guarda sus cenizas, Chopin, señor y siervo del piala aurora. Los innovadores celebra en el amigo de Euge no, vivirá mientras haya piamodernos. Debussy, en nio Delacroix a un hijo adop nistas término, que dedica tivo. La presencia del conce Alguno de estos libros a que moria su Etudes. saludan en tista perdura en la sala Pleyel, me refiero analiza aspectos técel polaco a un afanoso descu como una sombra encantada, nicos de la composición; otros bridor de vetas preciosas, ex y su mundo mágico, tanto co se ocupan de los amores del plorador de rutas casi virgenes.
mo su palidez y sus guantes músico; uno el que ha obtenido Por otra parte, todo un pueestá unido para siempre al remayor popularidad, Chopin ou blo ha reconocido en la obra cuerdo de la vida sentimental le poéte, de Guy de Pourtalés, chopiniana su propia voz, y y galante de la gran ciudad, es una biografia novelada.
una gran ciudad extranjera la bajo el reinado de Luis Felipe. Por qué las distintas biograidentifica al eco de una época. todo ello debe sumarse, fías de Chopin, así como las El músico voluntariamente destodavía, el sufragio de las mu diversas interpretaciones del terrado, llevaba en su corazón jeres, que no merma en lo espíritu de sus obras, indepenorazon los dolores de la mínimo, pues Chopin seduce, dientemente del mérito que Polonesas son, según la defini hoy como ayer, a la sensibililes atribuyamos, no satisfacen nición de Schumann, cañones dad femenina, y la creciente plenamente la avidez del lecocultos entre flores, sus Ma difusión de su obra por los pia tor? Nos explicamos la soledad zurkas son las flores silvestres nistas, grandes y humildes, de dramática de un Beethoven, la que, recogidas en la originaria todo el mundo. La circunstanvida espectacular de un Liszt, Mazovia, pasea el patriota, en cia de haber escrito exclusivavasos de cristal purísimo, por y su obra se nos aclara. Pero mente para el piano, le asegu Chopin es un fantasma. su los salones de Europa, sus Bara la misma inmortalidad de música un suspiro del alma de ladas difunden el sortilegio su instrumento. Fuera del pia un fantasma. Sus amores, su tradicional de las leyendas na no su música degenera, lan patriotismo, su dolor de expacionales. Mas en cualquiera de guidece. se deforma, como una triado, su enfermedad, nos consus composiciones cree aspirar planta arrancada de su clima. ducen hasta el pórtico de un un polaco el perfume de la tierra natal, de aquella tierra Rafael Alberto Arrieta que en copa de plata ofreciepalacio iluminado, pero cerrado. Vemos las lámparas interiores, las sombras de los ángulos, en las galerias inmediatas. No sabemos qué ocultan las cámaras recónditas.
El libro de Guy de Pourtalés interesa en todas sus páginas, conmueve en muchas. El autor anima a su personaje, a la luz de los mejores documentos, desde de su infancia hasta su muerte. Pero creemos que en esta como en las otras biografias, hay algo inasible que escapa a todas las redes. ese algo corresponde a aquella alma elusiva que en la vida y en el arte se reservó una zona impenetrable a la mirada de los demás. Genio nocturno, sólo abrió las puertas de la intimidad a la confidencia de los astros. Su obr nos muestra la imagen de las constalaciones cisternas y la claridad celeste de los altos espacios. Pero no oímos la palabra del hombre en las alturas de la noche. aquel hombre pulcro, elegante y frágil, dandy en los bulevares, maen los salones, se nos antoja entonces un transeunte misterioso del planeta. La muerte suele sellar así, desde la cuna, con signos de ausencia y leja. nia, a ciertos seres que vivirán parcialmente aislados en una atmósfera supraterrestre. Tendrán la comprensión un más alla irrevelado da delicadeza heroica del silencio incorpati do, un no se qué de incomunicable que los aleja de nosotros, aun en su cordialidad de camaradas. Qué vale pues conocer los hechos exteriores de esas vidas, su existencia civil, sus sentimientos sociales? Hay una zona, repito, que permanece oscura, y ese su misterio lo que estimula y decepciona nuestra curiosidad.
La música de Chopin parecenos, por eso, la envoltura de un sueño. Cuán próxima, qué accesible, que confidencial, y, sin embargo, cuán distante y engañadora! Está al de nuestra mano la túnica maravillosa, trasparente, modelada sobre los relieves de un cuerpo palpitante. La tomamos por uno de sus pliegues armoniosos, la desceñimos. Es un puñado de seda en nuestra mano; se ha desvanecido el fantasma que la habitaba; ha vuelto a los rincones inexploTables de su noche!
en primer su me patria. Si sus al alcance Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica