REPERTORIO AMERICANO 311 es verdad. Muy grandes amigos, dijeron. En realidad, se dice sus venas jóvenes y llega a tenir la piel tan fresca, esa que entre amigos todo es común, de suerte que tratándose de carne rosada en donde parece vivir aún la leche mariqueza no hay diferencia entre vosotros, si sois amigos como decis. Convinieron en ello.
ternal, esos ojos que se abren atentos, ese pensamiento curioso y movible, ese movimiento flexible e incesante, Esto es generoso y encantador; véase también en esa alegria de vivir y de comprender, ese abandono qué tono habla Sócrates de esta amistad, como felicita de sí a sí mismo, ahí está el hombre primitivo, cercano a estos niños, con cuánta gracia bondad y ternura. de su origen, todavía emparentado con seres inferiores, sencillo y dichoso como el agua que fluye, que se quieHay una cosa que yo deseo desde mi infancia, asi como cada hombre tiene sus caprichos. Uno quiere tener caballos; otro, pebra en torno de las rocas, que susurra con el más dulce rros; éste, oro; aquél, honores. Para mí, todo esto es indiferente; murmullo, y se tiende risueña bajo los ágiles rayos del no conozco cosa más envidiable que tener amigos, y querría más sol. Apareció en Grecia con los origenes del pensatener un buen amigo que la mejor codorniz. el mejor gallo del miento y de la historia; cada vez que nuestra izamundo, y lo que es más, por Júpiter, el más hermoso caballo o el más precioso perro. Si por el can. y aún creo que preferiría, un ción nos fatiga, volvemos a él; Rabelais, Rousseau alli amigo a todos los tesoros de Dario, y al mismo Dario; tan ape han retrocedido; pero aprendemos menos con la lectura tecible me parece la amistad. me sorprende que siendo Lisis de Gargantúa o de Emilio que con mirar a los jóvey tu tan jóvenes, hayáis tenido la fortuna de adquirir tan fácil y nes de los Diálogos o a Ciro el Joven de Jenofonte.
prontamente un bien tan grande.
Pero ya los jóvenes se hacen discípulos de los soA propósito de esto, Sócrates entabla la conversafistas; han saboreado una vez la ciencia, y hacia ella ción y hace que Menexenes comprenda lo que es y lo corren con entusiasmo impetuoso y ciego. Cuando se que no es amistad. Tan atento está Lisis que olvida desea por primera vez, se desea de todo corazón, sin que se le interroga, y de pronto responde en lugar de fijarse solamente en si la cosa es difícil o imposible. No su compañero. Al punto se ruborizó, y me pareció que duda el joven de si mismo, porque aún no ha medido la palabra se le había escapado sin quererlo, tanta era sus fuerzas; parece que no hay espacio entre el fin y la atención que prestaba a lo que se decía. En efecto, los anhelos, que basta extender la mano para alcanzarlo, advertíase claramente en su semblante que escuchaba que esperar es tener. qué hay de más hermoso y con todo empeño.
más dulce que ese desenvolvimiento audaz de las faTiene tanta franqueza como pudor. Interrogado por cultades y de las pasiones, cuando se dirigen hacia la Sócrates, cuenta sin vacilar cuántas cosas le prohibe su ciencia? Řecordemos la edad, en que, por vez primera, padre, como se le obliga a obedecer a su pedagogo, a vislumbramos verdades generales, no enseñadas por todos sus maestros. Cuando vuelves a casa y estás nuestros maestros ni aprendidas en nuestros libros, sino cerca de tu madre ¿te deja ésta hacer lo que quieres, descubiertas por nosotros, viniendo a ser hijas primopara que seas dichoso. te deja revolver y tocar el telar génitas, las más queridas de nuestro espíritu, tan encanmientras ella teje, o antes bien te prohibe tocar la lantadoras que ningún goce ha podido después borrar ni zadera y los demás instrumentos de trabajo. Por Júsiquiera igualar el recuerdo de esta primera dicha. Copiter, dice echándose a reír, no sólo me lo prohibe, sino mo a los catorce o quince años es cuando solemos que me pega en los dedos si llego a tocar. confiesa encontrarlas. Son incompletas, falsas. qué importa?
sincesaramente que no sabe casi nada todavía, que neOtros veinte las habían encontrado antes de nosotros; cesita mucho de sus maestros. En aquel momento re. qué importa también? Nos pertenecían muy deveras, gresa Menexenes, que se había ausentado un instante; puesto que las habíamos descubierto como esos otros Lisis, juzgando útil lo que acababa de oír, se inclina y no conocíamos nuestros antecesores. En ese momenhacia Sócrates, y le dice por lo bajo, muy ingenua y to, el espíritu parte con repentino vuelo; esta fuerza afectuosamente. Sócrates, lo que acabas de decirme, imprevista de que no tenía conciencia, y que desde mudicelo también a Menexenes. Esta frase provoca una cho tiempo se había acumulado en él sin que la sinsonrisa, pero complaciente; el niño es tan bueno y tan tiera, se despliega, y lo conduce a través de todos los sincero, que todos los movimientos de su alma le hacen pensamientos, todas las verdades y todos los errores.
amable. Toca uno todas las cosas como verdadero niño, temeLo que aquí me gusta, es la naturaleza. Estos niños rariamente, cortando de un golpe las dificultades que a ella se entregan; ella lo hace todo en ellos. Cuán más tarde hallará invencibles; pero se cree haberlas lejos de ella estamos nosotros! Los hombres se han vencido, y esta alegría de la victoria no está entristeformado, lo confieso, pero resultan deformados; veinte cida ni por la previsión de una derrota, ni por el sensiglos de preceptos pesan sobre nuestras cabezas. En timiento de una debilidad, ni por la saciedad del goce, el siglo XVII se juzgaba natural a Joas, y el pobre ni. ni por la fatiga del esfuerzo. Es la fuerza y elp lacer de ño, de ocho años de edad, endilgaba a la reina Atalia un hombre que, sentado desde su nacimiento, se lantzasentencias morales: ra por vez primera en un campo raso, hechizado con la libertad de su carrera, con la variedad de los objeLa felicidad de los malos pasa como un torrente tos, el brillo de la luz, embriagado por las oleadas de axiomas teológicos: sangre generosa que le hacen latir las venas y palpitar el pecho. Mejor será callarme; Platón, que lo ha diA los pichones de las aves Dios alimenta, cho todo, dice esto divinamente. Lo traduzco, con pery su bondad se extiende por toda la naturaleza.
dón vuestro. El joven que, por vez primera, ha gustado Dejad esos libros, cerrad ese piano, no contéis al de este manantial, se alegra de ello como si hubiera niño sino cuentos; que corra al sol, en el jardín, que encontrado un tesoro de sabiduría; se siente transpormire las plantas, los animales y las bellas nubes. No tado de placer. Le encanta remover todos los discursos, destruyáis bajo una disciplina la belleza natural de su ya reunir todas las ideas y mezclarlas en una sola, ya cuerpo y de su alma. Esa nueva sangre que corre por desarrollarlas y dividirlas en parcelas, sobre todo proponerse al punto dificultades, luego, a cuantos se le (1) Los combates de gallos y codornices eran un espectáculo por el que acercan, jóvenes, viejos, personas de su edad, cualesquiera que ellas sean, sin perdonar a su padre ni a su (5) Véase el diálogo socrático, Lisis o de La Amistad. Tomo II de las OBRAS madre, ni a ninguno de los que le escuchan; no le basta COMPLETAS de Platon, traducidas al castellano por Patricio de Azcárate.
Casi todas las citas de Platón que en este ensayo aparecen no se han entenderse con los hombres; poco falta para que acotraducido de la traducción francés de Taine; se han trascrito, con algunas variantes, de la traducción española del Sr. Azcárate. Pasa a la página 316)
tenían mucho aprecio los atenienses. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica