56 REPERTORIO AMERICANO Impresión personal. Conocimos al autor de estos ensayos Nada más que hombre y trabajos hace algunos años en el vórtice de una agitación Alrededor de Juan Antiga politica avasalladora, a la que Prólogo de los volúmenes de Esconsagramos unos cuantos jóCRITOS de Juan Antiga. Calpe. Madrid venes de buena fe y cortisima experiencia todos nuestros entusiasmos y nuestros arrestos de noveles.
El grupo el más radicalvióse, de buenas a primeras, aumentado con la personalidad sugestiva y atrayente del Dr.
Juan Antiga y Escobar, quien a los pocosmomentos de incorporársenos habíase captado todas las simpatías.
De niños, habiamos oido en ocasiones e nombre de este interesante personaje, que de no ser de carne y hueso pareceria una creación novelesca del rodinesco Balzac o del insigne picaro, Don Francisco de Quevedo y Villegas.
De mediana estatura, erguido, vestido siempre de un modo muy personal, que nos llamaba la atención y que sugeria un criollo de otros tiempos, el cuerpo de nuestro amigo, agilisimo, da una impresión de juventud que contrasta notablemente con la que produce su rostro. La cara de Antiga, por sus arrugas y surcos, coquetamente cultivados y acentuados (por algunos rasgos de su indumento. parece pertenecer a un matemático abstraido, uno de aquellos matemáticos del si2 glo XVIII, de quienes tan bellas cosas intelectuales se nos cuentan, o a uno de esos jugadores cientificos que permanecen horas y horas ante el clásico tapete Dr. Juan Antiga y Escobar verde, siguiendo una combinación, que han ideado tras profundos estudios de la teoria de me impulso de vida que se permitimos tratar con cierto Stuart Mill, acerca del cálculo desprende de su personalidad. despego (valga la franqueza) a de las probabilidades. sus ojos vivos se agrandan, este hombre pintoresco, a quien sólo considerábamos como de veces, cuando la mente de o se velan, y es entonces el buen samaritano que tiene siem enorme fuerza vital, pero de ninAntiga permanece en reposo, es pre abierto su espiritu hospita guna trascendencia intelectual.
el rostro de un fakir indio el lario a cuantos se acercan a él. Ignorantes nosotros, desgraque se presenta a nuestra vista.
Lector infatigable, ha com ciados ignorantes qué pronto Otras, cuando arrastrado por prendido desde temprano la habíamos de experimentar en la intima confianza de su audienorme verdad que encierra la nuestra propia carne la falsedad torio, narra alguna de sus in vida del Cristo; y convencido de ese razonamiento que diez creibles experiencias vividas y de que la de los hombres ha de libros leídos no valen lo que gozadas, su faz es la de un sacer de transcurrir, necesariamente, una hora sufrida. dote dionisiaco consumido en entre publicanos y pecadores, Antiga mismo no se apreciaba el fuego de su vida.
como no se siente limpio de como productor de esa clase; El tono oliváceo de su rostro, pecado, nunca ha tirado la pri y sólo después de muchas conal que dan carácter unos ojos mera piedra. ni la última. versaciones acerca de un provivos, eternamente jóvenes, y actuando a veces en sentido blema cualquiera de indole vaunos labios finos, eternamente contrario, cubriendo con su pro riadisima, una ligera referencia viejos, es una nota de color pio cuerpo a la infeliz a quien suya a tal o cual escrito o enextraordinaria, cuando vestido trataba de apedrear la muche sayo publicado por él en pede blanco y reluciente dril y dumbre de «sepulcros blanquea riódicos o revistas pretéritos, tocada su cabeza, que no han dos. despertaba en nosotros curiologrado encanecer ni despoblar sidad por conocerlo y nos halas aventuras y los trabajos, El motivo de estas páginas. cia hablar un momento de aquel con el clásico jipi de nuestros En el curso de nuestras expe asunto. Siempre, por una u otra padres, aparece de improviso riencias revolucionarias, a las causa nos retardábamos en locomo surgido de la tierra (es la que nos referimos en las pri grar nuestro deseo, hasta que impresión que siempre nos pro meras líneas de este ensayo, un día cualquiera del verano duce su modo de llegar) en pudimos apreciar prontamente pasado, y en ocasión de nuesnuestras reuniones bulliciosas y. como quizás no fuera dable tra creciente insistencia y cujaraneras en alguna otra ocasión muchos riosidad, Antiga nos dijo. No Pero cuando a solas con este de los rasgos personales de creo que merezca la pena, pero hombre, se le llega al corazón en Antiga. Intimamos rápidamente en casa tengo para que los codemanda de auxilio moral o ma y a fuer de veraces, diremos nozca mis escritos. Vaya por terial, aquellos labios cínicos se que nos extrañamos de algunos allá.
separan, sonriendo con optimis aspectos de su carácter. Jóve un buen dia penetramos mo, y dejan ver una hilera de nes todos nosotros, con un cau por la amplia puerta de la casa dientes, fuertes, parejos, per dal de sueños y esperanzas, de Antiga en la habanera calle fectamentes dispuestos, que jus algunos con verdadero bagaje de San Miguel. En la sala, una tifican con plenitud todo el enor para realizar obra futura, nos de esas salas de nuestras antiguas casas coloniales, con su techo de recias vigas y su piso de mármol, y sus mamparas ingenuamente policromadas, entre innumerables libros y folletos de todas clases, nos encontramos en una mesa, dispersa, desigual y variadisima, como la vida de ese hombre, su producción intelectual.
Al lado de una crónica descriptiva de un juego de baseball celebrado en México en los años primeros de este siglo, una tesis científica sobre el desarrollo de la fiebre amarilla en un pais centroamericano; avalorados ambos trabajos por el hecho inconcuso de que el mismo que había escrito la crónica deportiva tomando parte activa en el juego celebrado, habia compuesto por su experiencia personal las tablas estadísticas que acompañaban la tesis médica.
Entre ambas producciones, una página sobre un asunto de actualidad, escrita en lenguaje sencillo; pues Antiga, a diferencia de nuestros célebres simuladores, escribe como Varela, para los ignorantes, página inspirada en una necesidad social o en una reflexión cualquiera surgida al margen del ejercicio de su profesión; y luego, un ensayo más serio sobre verdaderos problemas sociales o politicos de la hora presente, muy sentido y muy sensato, y basado desde luego en lecturas, pero muy lleno de pensares propios y reflexiones nacidas al calor de su experiencia.
Luego de una crónica sobre el boxeo y su desarrollo en nuestros paises o sobre las condiciones fisicas que debe tener un buen jugador de base ball, un erudito trabajo sobre la Citara, instrumento musical delicadísimo. Pues habéis de saber joh amigos! que este aventurero per se, este jugador profesional de base ball, que según la frase que lo consagrara en ese aspecto debida al ingenio felicisimo de Victor Munoz era el único jugador de pelota en el mundo, que sabia quién era Baudelaire, cuando llega la alta noche y nosotros lo dejamos en su casa, a solas en su gabinete de trabajo, ese gabinete heterogéneo que todos conocemos, saca de su caja el divino instrumento y se pone a ejecutar alguna pieza delicada, que a él le dedicó otro citarista, que son éstos muy pocos en el mundo y a modo de masoneria cerrada.
Entretenidos, abstraidos, viviendo momentos de esa vida múltiple, entre las páginas amarillentas de esos articulos de revistas y recortes de periódicos y de folletos impresos hace ya algunos años publicados unos en la República de El Salvador, otros en México, los menos en La Habana, éstos en Quito, aquéllos en los. ngeles, y que ante nosotros se amontonaban en la mesa dejamos transcurrir como dos meses, devorando con curiosidad y cre.
ciente admiración, todos esos (Pasa a la página (3. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica