Tomo XVI REPERTORIO AMERICANO Núm. 22 San José, Costa Rica 1928 Sábado de Junio SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA También la lengua agoniza.
Valentino y los doctores.
Música celestial El mando actual de México Sobre el significado de los nombres Panamá y chacra Página humoristica La sinrazón de una porfia.
Turcios, miembro del Apra en México.
SUMARIO José Vasconcelos Concepción Arenal Nencken El liberal espíritu de Goya.
Guillermo Jiménez La Doctrina Monroe y el Movimiento Elena Torres obrero (4)
Carlo Alberto Salustri.
Rudolf Schuller Marcel Proust, detallista y filósofo Trilussa Tablero (1928)
Carlos Wyld Ospina La Edad de Oro Haya Delatorre César Arroyo Ramón Gómez de la Serna Vicente Lombardo Toledano Carlos Fernández Mora Mario Santa Cruz Kahlil Gibran También la lengua agoniza De El Universal. México, YADA vez que veo el Diccionario de la Lengua inglesa de Webster, me siento humillado en lo más intimo de mi naturaleza, en mi sentido de patria y en mi orgullo de raza. Bochorno causa mirar el grueso, robusto, hermoso, majestuoso volumen de cuatrocientas siete mil palabras, universales la mayor parte de ellas, y comparar todo esto con el pobre, desmedrado, raquítico, ridiculo diccionario de la Academia Española, superado en utilidad, aún por el pobre diccionario de un solo individuo, el Alemany, ya que por lo menos, contiene voces que no han resonado en la conciencia de los señores de la Real de la Lengua.
La cuestión de cantidad no querría decir gran cosa, aun cuando la desproporción es tan enorme que si tiene que significar mucho por si sola. Qué abismo de cultura separa a gentes que se conforman o tienen que conformarse con las sesenta mil palabras de la Academia y gentes que disponen de casi medio millón de voces para expresar la multitud de los asuntos del mundo contemporáneo. En qué medievo está todavia nuestra lengua que no acierta ni a darse cuenta de lo que existe en otras culturas, que no se apresura a traducir y adaptar ya que no puede crear; ya que ha perdido la capacidad asimilativa que caracteriza a las lenguas en sus períodos de grandeza?
Desgraciadamente no es sólo cuestión de cantidad la que distingue al Webster del de la Academia; se trata principalmente de calidad. La verdad esta: el veinte por ciento, el treinta por ciento de las voces que nos da la Academia es un conjunto de arcaismos o de modismos completamente inútiles para el que piensa o escribe en castellano. Hace no sé cuántos siglos que gramáticos y filólogos están preocupados en la catalogación de cubanismos, mexicanismos o argentinismos que, ciones ha emprendido en lo que en suma, representan maneras hace a la historia de la lengua, diferentes ya veces maneras nada ha aportado, nada promete bárbaras de decir una cosa que aportar para nuestras necesidebiera tener un solo nombre dades de hombres contemporábien castizo con exclusión de neos. Por alli anda ahora en los modismos salvajes de la Puerto Rico, al amparo de Patagonia y de otros lugares. Universidades yanquis porque Se diría que en la necesidad de las Universidades españolas, crecer y de variar las lenguas consecuentes con la gloriosa que dejan de representar un tradición monárquica, expulsan pensamiento creador, caen en de su seno a los pensadores y la degradación de los barbaris a los hombres extraordinarios; mos y localismos.
en Universidades yanquis, porAsí nuestro idioma, muerto que las Universidades Latinodesde hace varios siglos, muerto americanas, no tienen bastante desde que murió el pensamiento poder o bastante comprensión, con la Inquisición y las Isabelas para patrocinar las tareas que y los Felipes, se ha tenido que benefician a la raza; en Unirefugiar en la podredumbre de versidades yanquis, por la causa la muerte, o lo que es lo mis que sea. anda Navarro Tomas, mo, en la catalogación de las andan tantos otros, perdiendo corrupciones que la lengua iba el tiempo en tareas de erudición sufriendo, entre los pueblos sal diminuta y estéril, si no es que vajes que la recibían como nove estorbosa. Porque un estorbo dad. Ejemplo de ridiculo apego para el progreso de la lengua, a estos localismos odiosos, es será el trabajo que haga Nala solemnidad con que la Aca varro Tomas, cuando nos dé su demia toma palabras como el colección de modismos y cojitomate de México. que hace rruptelas portorriqueñas y lo tiempo debió ser aniquilado co mismo daria que se hubiera demo barbarismo, para obligarnos dicado a mexicanismos; la lena decir tomate, palabra ya gua no necesita enterarse de universal. Pues no hace falta las veinte maneras absurdas andar reconociendo excepciones como puede llamarse una misma en favor de usos que nunca cosa. Lo que la lengua tiene el rebasarán linderos mezquinos y deber de darnos es un nombre, que por lo mismo deben ser siquiera un solo nombre, para liquidados, como medidas de el medio millón de cosas imaseo del idioma.
portantes y de ideas inmortales, Pero en vez de ser esta la que no tienen nombre en nuestendencia, otra completamente tra lengua, que no están bautidistinta es la que siguen los zadas en castellano. la basura sabios; desgraciadamente la mis que acumulan incansablemente ma escuela de Menéndez Pidal los eruditos, sólo nos sirve para que tan importantes investiga hacer más desesperante esta pobreza del castellano, pobreza evidente para todo el que alguna vez se ha puesto a pensar con la cabeza, a pensar con la razón y no sólo con la memoria, como hacen que piensan, los eruditos.
He dicho que se trata de una cuestión de calidad y no sólo de cantidad y esto es lo más serio y los más triste del caso.
Si un escritor en español se propone relatar la historia de alguna dona Juana la cocinera, en seguida hallará en su rico diccionario media docena de voces pera designar la cacerola y la sartén. Se han escrito ensayos para probar que debe decirse la sartén y no el sartén y viceversa; por el estilo, no tiene límites la erudición casera de los sabios de la Academia; pero el caso me ha ocurrido no una, sino veinte veces, cada vez que he querido manejar ideas en este idioma nuestro del que no renegamos, porque él es la única patria que nos va quedando; queriendo explicar, en castellano, recientemente, la teoría de los behaviouristas americanos, me encontré con la palabra tropismo, que es de uso constante en la moderna biologia. Naturalmente el diccionario castellano está mudo en lo que al caso se refiere; el Webster, en cambio, contiene una definición precisa, clara, universal, útil para todos los idiomas. La tendencia innata de todo organismo a reaccionar de manera determinada delante de los estímulos externos. También me encontré, en nuestro ilustre diccionario, y como para compensar la ausencia de palabras esenciales, me encontré idioteces como esta: stupa, acción o efecto de hartarse. tunqui, uno de los nombres vulgares del gallos. turdiga, tira o lista de pellejos; no acabaría con estas citas inútiles, ridiculas, que no enriquecen y si envilecen una lengua.
Otro ejemplo entre mil de diaria ocurrencia. Quién puede pensar hoy en la naturaleza Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica