REPERTORIO AMERICANO 261 mirarlo donde cual nas que todos respier.
cierra la nave de la hasta derro que reverencia delicada, y en ocasiones estuvo gra Andar a la moda! He de volver ¿Eres tú. El tono de la voz no vemente enferma. He oido que lo pri sobre este punto. No he visto otra debió de ser estimulante, porque me mero que tuvo curiosidad de ver fue mujer con más ojo para eso. Ella no quedé callado, y entonces la voz dijo el ajuar de bautizo, y que después de tenía figurines, ni los necesitaba. La con más premura. Eres tú? otra por largo tiempo volvióse de mujer del pastor (un abrigo. la hija vez. Figurándome que se dirigia al cara a la pared. De ahí proviene que del banquero (el nuevo corte de la hijo muerto, respondi con tímida y mi yo siempre tomara esa con que pasaran una vez débil voz: prenda por el ajuar con que él había frente a la ventana, ya estaba en po. No, no es él; soy yo apenas.
sido bautizado, pero más tarde upe der de mi madre, como quien dice, lo que contestó un llanto, y mi que todos habíamos sido bautizados la misma piel de la portadora. No madre, que se daba vuelta en la cacon esa prenda, desde el mayor al hay más que mirarla como se abaaba ma, y por más que estuviera a oscudio. Centenares de otros niños habían lanza, tijera en mano, el hilo entre ras, comprendi que me tendia los los labios, a abrir los cajones brazos.
sido también bautizados con nuestro guarda los trajes domingueros de sus Desde ese día me lo pasaba senajuar, como que éste era prenda de hijas. basta con ir a la iglesia el tado en su cama tratando de hacerla lujo que pocas familias poseían en. domingo próximo y observar a cierta olvidar su duelo, en lo cual ponia totonces, y para mi madre el llevaba pequeño que levanta en alto las pier entre, para ver al más das las argucias de un doctor, y, si era una de sus glorias. Se la Pas cuidadosamente de casa en casa, fin veia a alguien en la calle hacer cualsi fuera una criatura; mi madre la roen sus zapatos nuevos, mientras los quiere cosa que causara risa, yo corria deaba de cuidados, alisándole los pliedemás marchan encogidos, especialen seguida a ensayarla frente a ella en la penumbra de su cuarto. Debo gues, acariciándola, sonriéndole antes mente la tímida, menuda mujercita, de haber hecho un extraño papel; de ponerla en manos de quien la pe apariencia distraida, la fila.
dia en préstamo. Ella iba también a De ser alguna de ustedes la mujer del según me dicen, mi empeño en alepastor o la hija del banquero, se habría sión forzada y cierta timidez en mis nificencia (con algo dentro ahora) por llevado una desagradable sorpresa. jugarretas (solia pararme de cabeza la iglesia el costado Pero el traje de bautizo lo compro en la cama, con los pies contra la del púlpito, en ese momento en que hecho, y cuando yo solía preguntarle pared, y luego preguntarle. con un estremecimiento de expectación el por qué, a ella se le iluminaba la siedad en la voz: Madre. te estás pasaba sobre los feligreses, y nosotros los niños nos dábamos de puncara y se turbaba toda, y decia que riendo. Puede ser que ella riera de por una vez habia ser tapiés por debajo de los bancos, sin chadora. siempre con su sonrisa der, pero, cada vez que lo hacía, yo per la seriedad de la cara; y ya me decía que, mientras más se afa llamaba a gritos a aquella querida el bautizado se riera sin naba una mujer en el telar y en ha hermana, que se hallaba siempre a alguna o chillara para versí misma, mas se engüenza de su madre, ya fuese que el conaba el deseo de lanzarse de vez pectáculo; pero cuando ella llegaba, padre que le cargaba en brazos pa en cuando de compras y reciera avergonzado o se inclinara disparate. ya el tierno semblante estaba otra ΕΙ ajuar de bautizo, con vez lloroso. Con esto mi gloria quefuera de tiempo, el ajuar de bautizo sus conmovedoras hilachas y humil daba algo deslustrada, y sólo recuerestaba alli para ayudarles con su lardes bordados en canutillo, tiene ya do una ocasión en que la hice reir ga experiencia. al serle devuelto, más de medio siglo y ha comenzado ante testigos. Llevaba yo en un trozo mi madre lo tomaba en sus brazos ajarse al igual que una margarita de papel un apunte de las veces que con tanta suavidad como si estuviese de la víspera; pero se le mantiene in ella había reído, a risa por raya, y dormido, e inconscientemente lo es tacto con la misma devoción de an tenia la costumbre de mostrarselo al trechaba contra su pe para nada habia tes: el otro día más volví a verle médico cada mañana. La primera vez en la casa que le que lo deslicé en su mano había cinelocuencia como esta pequeña prenda Mi madre yacía en cama con el co rayas en el papel, y cuando le blanca; era el hijo de ella que seguía ajuar de bautizo a su lado; yo llega explicaron lo que significaban, el mésiendo un infante. Y, lo que más ba a observarla desde la puerta y con tantas ganas que yo admirable para mí, era que ella no la volvía a sentarme en la escalera a exclamé. Ojalá ella pudiera reír había trabajado con sus manos, cuan desahogarme en sollozos. No podría así. Esto debió interesarle, porque do todo lo que habia en casa pare precisar si fué ese mismo dia o mume preguntó si mi madre había cia provenir sus dedos. Todas las chos después cuando mi hermana, la visto el papel, y como yo moviera la prendas de vestir que usábamos ha hija más querida de mi madre, más cabeza negativamente, me dijo que bian sido cortadas y cosidas por ella, querida de ella, estoy seguro, que yo si le mostraba a ella el papel y sólo y le alguien que no tuviera idea de sus habilidades podria cimagida; con Esta hermana, que ya andaba por los y cuyo orgullo fué desde que explicaba que esas rayas eran sus cinco risotadas, él creia posible se pusieran pasadas de moda; con consiguiera una más. Yo no tenia tanvuelta las dejaba nuevecitas, y veinte años, vino confianza en ello, con algunos enérgicos tijerazos por harto afligida y, estrujando pero se trataba sus ma del hombre misterioso al que se reу por allá volvía a renovarlas, nos, a decirme que fuera al cuarto curre en la alta noche (uno lo despery otra vez con mil mañas las obligade mi madre y le dijera que todavía taba tirando arena contra los vidrios ba a parecer nuevas, por ser la últiotro niño. Entré como una de su ventana, y si se trataba a lo más ma vez, hasta que cambiándoles tren exhalación; el cuarto estaba oscuro, de un dolor de muelas, él la extraia cilla o haciéndoles un añadido en el pero cuando oſ cerrarse la puerta y desde el alféizar, pero si se trataba de espaldar las hacia pasar de uno a otro que no llegaba ni un rumor del le algo más grave, en seguida le tenia miembro de la familia para que lle cho, me asusté y me quedé a su lado en la obscuridad de la garan a posesión del menor, y todavía entonces, al quedarle estrechas al fuerte, o tal vez llorando, pues a po no se saca ni el abrigo para dormir.
do. Supongo que estaria respirando plaza, cual si fuera un vigilante que más pequeño, las veíamos reaparecer co oí una voz distraida, como jamás Pues bien: lo hice como él me indien otra forma.
lo había estado antes, preguntar: có, y no sólo se rió ella al oir mi chacer un con tanda en uso.
dico ya de mismo, darlas ta aqui le quedaba uno a Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica