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338 REPERTORIO AMERICANO rasgos europeos, es decir, con semblante de cosa culta, y una América con su clase campesina al fin desagraviada; y su democracia legitima sonando a limpia plata cuando se la tañe, nos traerá honra a cada uno: asi, a cada uno de nosotros, y a la América una honra adulta que nos permita hablar de ella sin que se nos enrede la lengua en su elogio, como suele enredarsenos cuando damos el dato sano y escondemos astutamente los castrosos y feos: los de su fabuloso latifundismo.
Gabriela Mistral Paris, segundo semestre de 1928 ¿Existe una literatura proletaria? Cree Ud. que la producción artistica y literaria sea un fenómeno puramente individual. No piensa Ud. que pueda y deba ser el reflejo de las grandes corrientes que determinan la evolución económica y social de la Humanidad ¿Cree Ud. en la existencia de una literatura y de un arte expresivos de las aspiraciones de la clase obrera. Cuáles son, según Ud. sus principales representantes. Encuesta de Monde, Paris. tes. Si ellos no se mueven ¿a qué moverlos. dicen. Han de estar contentos de vivir en el suelo prestado. Déjenlos tranquilos. Yo he mirado siempre como cosa sobrenatural la paciencia campesina en la América. Se parece a la larga paciencia de Dios, de que hablan los teólogos. Pero un Estado no puede contar con lo sobrenatural como con una «naturaleza, el que es laico, y menos han de descausar los terratenientes, que son grandes realistas, en estados casi angélicos de una masa, como en situaciones que puedan durar aún veinte años más.
Si el campesino chileno nada pide, es porque no sabe que el pertenece a una familia humana que cada país ama como su tuetano vital; que en algunos, como Francia, forma una aristocracia moral y que en otros cuenta medio parlamento y medio gobierno. El cine y la revista ilustrada van a contárselo, tarde o temprano. El verá la casa, la granja suiza y la alemana; el sabrá del Banco Agrario de cada ciudad y de la Cooperativa próspera que sirve a cada aldea. El líder que se ha callado sobre esa y otras cosas, por adulo al obrero industrial, cuya suerte quiere servir antes, se pondrá a informarlo. Entonces el va a moverse. su manera, a la chilena, que los patrones parecen no conocer todavía. De un solo empellón y mortal. El «empellón se llamó en México Emiliano Zapata y sus morelenses: saqueó, quemó, mató y repartió el suelo, todo en la misma hora.
Los patrones deberían poner la mejor cara a las leyes agrarias que lleguen al Congreso: los patrones que forman parte del Congreso y los que quedan afuera, y que manejan opiniones de prensa y de circulos.
Es la ocasión de que un pais de América legisle sin anticipo de sangre, y sin urgidura caliente de revuelta, sobre el problema perversamente postergado, de la propiedad rural. Que no vengan los discursos de la Cámara y los artículos de periódico a decir en pais sin información de este orden, miedecillos vestidos de derecho, defendiendo con ello intereses abusivos.
Por otra parte, para los campesinos nada más favorable que un reparto agrario realizado sin revolución. Bueno es que sepan que la reforma agraria mexicana se mantiene en una zozobra permanente, temiendo de cada elección presidencial, porque salio de una revuelta, y por cada revuelta teme y tiembla. Con la muerte de su jefe, el General Obregón, el agrarismo mexicano que con todos sus defectos yo estimo. vuelve a hallarse en peligro de ser rectificado. En una reforma agraria sin sangre, el campesino chileno puede descansar; dormirá tranquilo; se pondrá al trabajo de su parcela, sin voltear la cabeza a todos lados hus.
meando el riesgo; recibirá, ya con razón de ser, la instrucción agricola que le falta para el cultivo intenso; cuidará con celo de dueno sus cooperativas, y se comprometerá, sin temor del dia siguiente, en la compra de su maquinaria moderna.
La debe informar a los campos del movimiento en perspectiva, que es el suceso moral más efectivo que se haya cumplido entre nosotros, para que los campesinos lo conozcan y lo sigan con el corazón atento y con una dignidad bien despierta de su viejo derecho, que había sido guardado como cachivache viejo durante veinte presidencias republicanas. si Chile resulta capaz de finiquitar una reforma verdadera. verdadera quiere decir de gran aliento y no miedosa, que sirva para cincuenta años y no para cinco. sin paseo rojo de carabinas a lo largo del país, el ejemplo saltará, en dos años, a los demás países agrarios de la América (2y cuál no lo es. que temen la reforma, aunque reconocen su necesidad, porque los quince años de sangradura de México les dan miedo.
Será una obra maestra de labor civil con ante el misterio trágico del destino. estas aspiraciones han hecho el arte y la literatura cuyo objeto, como el de la religión, es consolar al hombre de haber nacido para morir.
En las preguntas que se me hace, no figura expresamente la expresión literatura proletaria. Me seria difícil definirla. Cuanto más leo libros de Sociologia y de Economía Politica, menos comprendo lo que quiere decir el proletariado. Si no he encontrado un fenómeno humano ni puramente individual ni puramente social, no he encontrado hombre que sea puramente proletario, ni ninguno que tenga algo de este género.
Creo poco en las clases y en las castas.
Lo mismo que creo que cada uno lleva en si el tirano y el esclavo, el verdugo y la victima.
No creo que haya alguna manifestación del espíritu humano, como la produccióu artistica y literaria, que sea un fenómeno puramente individual, nitampoco, un fenómeno puramente social. Un individuo humano, consciente sin sociedad, es tan imposible, como una sociedad sin individuos, lo que los ingleses llaman un touism. El individuo por sí mismo es un producto social, pero la sociedad humana. no es, a su vez, un producto individual? por lo que concierne a la literatura y al arte, una masa humana, un grupo humano es incapaz de crear una canción, un aire musical, un idilio. No creo en el arte popular. Lo que hace el pueblo es adoptar o rechazar lo que un individuo le ha dado.
La producción artística y literaria, refleja, sin duda, las grandes corrientes que determinan la evolución económica y social de la humanidad, pero refleja, igualmente, y mejor, los eternos deseos del alma individual, el anhelo de verdad, el anhelo de sueño consolador, el anhelo de amor y el anhelo de inmortalidad. Refleja las aspiraciones del hombre en cuanto hombre, en cuanto individuo humano, y estas aspiraciones, comunes al rico y al pobre, al amo y al esclavo, al grande y al pequeño, son las más universales, pues no hay nada más universal que lo individual. Los poetas que viven más en la conciencia de los pueblos y del género humano son los que ponen más al desnudo, a la luz del sol y al aire que canta entre las hojas de los árboles, su propio corazón; y diciendo ecce homo, soy yo» dicen a cada uno de los hombres que los escuchan: tu eres asi! aquel que los escucha se reconoce a sí mismo y se dice. soy yo! Lo que hace que eso que se llama frecuentemente el egoismo, de ego, yo, podría llamarse, tuismo, de tú. El verdadero poeta, dirigiéndose a una masa de hombres, no se dirige a la masa sino a cada uno de ellos.
Lo que he podido observar, en aquellos que llamamos con más o menos razón proletarios, es que lo que se escribe para ellos en cuanto proletarios, no les interesa más que lo que los adultos hacen para los niños, poniéndose a balbucear a fin de ser mejor comprendidos, algo que hace reir a los verdaderos niños.
La vida intima de cada hombre que ha sido verdaderamente grande, aún si es un eremita o un tirano los ha habido grandes por el espiritu interesa más, con mayor suma de emoción estética a un obrero.
que cualquiera tostada sobre la cuestión social. si el teatro que podriamos llamar socialista tiene tan poca duración, es porque no interesa a los socialistas, ni aún a aquellos que leen a Marx. es que no se va al teatro para aprender, sino, para aprender a sentir y aprender sobre todo a sentirse hombre. uno no se siente hombre sino ante Otelo, Hamlet, Rey Lear, El Cid, Fedra, Don Juan, Tartufo, Felipe II, etc.
Aun suponiendo que la historia sea el juego de la lucha de clases, el arte, la literatura, la poesia, están, por encima o si se quiere por debajo de esta lucha, y unen a los combatientes en la fraternidad humana. Una obra de arte que vosotros llamáis burguesa, emocionará e interesará a aquellos que vosotros llamáis proletarios, si es una buena obra de arte, y una obra de arte que vosotros llamáis proletaria emocionará e interesará a aquellos que vosotros llamáis burgueses y les enseñará a los unos y a los otros a ser hombres. ser hombres es vivir en función del destino final de la humanidad. Si creo en la existencia de una literatura y de un arte que expresen todas las aspiraciones de la clase obrera? Las aspiraciones intimas, profundas, eternamente humanas de cada hombre obrero, son las mismas de cualquier otro hombre que tiene aspiraciones humanas. obrero se enamora, como aquel a quien se llama burgués, como él tiene hijos, como el sufre cuando una persona querida se le muere, como él teme o desea la muerte, como él se preocupa del fin de la vida, como él se estremece Miguel de Una muno (Tomado de Amauta. Lima. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Ri.