Joaquín García Monge

REPERTORIO AMERICANO 213 de Vidarba, ha convocado a todos los grandes de la India para que la princesa elija su compañero. Mas he ahí que no sólo principes, sino dioses también concurren al amoroso certamen de la gallardia y la belleza varonil. Nalo mismo los halla en el camino, y los propios dioses le participan su designio. Oh. Nalo. Enamorados de Damayanti, henos aquí ansiosos de su elección. Anda de parte nuestra, y pide para alguno de nosotros la mano de Damayanti. Así lo atan a la obediencia religiosa, y Nalo lleva el mensaje, que es su muerte. Pero Damayanti jura que ha saber burlar con su astucia a los dioses.
21. un dia, Damayanti se topó con una caravana de mercaderes, los cuales, tocados de la piedad, acabaron por llevársela consigo. Pero esa misma noche la caravana fue asaltada en el bosque por una manada de elefantes salvajes, que cayeron como una borrasca sobre los viajeros. Desgarrados, magullados, deshechos, éstos mueren, aquellos quedan malheridos. como amaneció, los viajeros se decían, los unos a los otros. Esta mujer cubierta de harapos, está insensata, este demonio hembra, errante entre las tinieblas, es la que atrajo sobre nosotros la desventura. añadian. Ea, degollémosla.
22. No la degüellan, a la verdad; pero la dejan sola, abandonada al destino de las pobres criaturas errantes. es lo cierto que en su desnudez y en su hambre, Damayanti sigue siendo bella. Hasta las serpientes se enamoran de esa diosa en la selva. si un tigre, acaso, se adelanta en la floresta para devorarla, luego se echa a sus pies, como una almohada de mansedumbre, vencido por la santidad de aquella esposa fidelísima que va diciendo sin cesar: Pertenezco a Nalo, solamente a Nalo. Mata con la mirada al que osa desearla. Así dió muerte a un cazador. dijo a la tierra y a los cielos. De este modo perecerán todos los que osen profanar con un mal deseo a la esposa de Nalo.
14. No, no es fácil. Cinco de entre ellos tienen ahora las mismas formas y las mismas vestiduras de Nalo. Si no es la humana tristeza de su mirada, cosa alguna diferencia a Nalo de sus resplandecientes rivales.
Ya avanza, ya avanza la triste Damayanti. Pero pronto se adivinan entre si las tristezas de los que se aman; de suerte que Para Joaquín García Monge, Damayanti reconoce a Nalo enen San José de Costa Rica.
tre todos los dioses, y lo elige para esposo.
Cumpliendo con la resolución unánime de los desterrados 15. lo que el responde: peruanos de ofrecer nuestro contingente de sangre a la causa. Oh. Dayamanti. Por qué me de la libertad de Nicaragua, que es la causa de la libertad de has escogido, cuando hay dio América Latina, parto con dirección a las montañas nicarases que aspiran a tu mano? Algüenses. Seguros de que el pueblo peruano nos acompaña za tu pensamiento y tus miradas con su adhesión y con su fervor, ninguna actitud mejor que hacia uno de esos custodios del ésta podla desautorizar la postura de la delegación de Leguía mundo. Oponerse a la voluntad en la VI Conferencia. Siga usted indesmayable en el camino de los númenes, no es más que de apostolado que bordea sincera y lealmente.
provocar a la muerte. ella Mis manos, contesta, simple y maravillosamente. Adoro y venero a los Esteban Pavletich dioses; pero sólo a ti amo. México, 16. se celebraron las bodas. fueron felices un año y otro año y otro año más.
en la abyección y en la miseria. che. Al nuevo día, Damayanti Pero Damayanti lo sigue, más en andrajos, llama en vano a 17. Mas he aquí ahora que fiel que si fuera la sombra de su compañero. En su dolor, sus dos terribles demonios se hasu cuerpo.
ideas se vuelven delirantes y bían enamorado también de Dalocas. Pero, cosa sublime: no mayanti, y juraron vengarse de 19. Han hecho una gran jorhay palabra suya que lo acuse su desdén. Vedlos ahí cómo co nada por el bosque; tan dura, ni lo injurie; ella sabe que Naa destruir el hogar de que Damayanti, en el límite exlo no la abandonó por su gusNalo. Ved ahí cómo encienden tremo de la fatiga, se ha dorrabiosos en el corazón del prínmido. Nalo la ve dormirse, y to; ella sabe que un demonio se apoderó seguramente del alcipe la pasión arrebatada del como quiera que un demonio se ma de Nalo. Sufre como quien juego.
ha apoderado de él, he ahi un pensamiento horrible en su almás sufrió, pero sufre por él, 18. Nalo juega. Nalo pierde.
no por ella, pensando en los ma: el pensamiento de abandoNalo pasa los días y las noches nar a Damayanti en la soledad remordimientos que habrán de jugando. Nalo pierde sus pose de la selva. Lo piensa y lo haroer mañana el corazón del posiones y sus dominios. Nalo bre Nalo que sin duda yerra pierde sus joyas, y hasta las siniestra y miserablemente por joyas de Damayanti. Nalo pier 20. Esto ha pasado en el el bosque, perseguido sin desde su manto y su vestido, y bosque de los espantos, de no canso por la desesperación.
hasta el manto y los vestidos de Damayanti. Nalo ha caido Arturo Capdevilla 23. Así va cruzando la negra selva. Menos mal que en lo negro de la floresta hay monasterios de buenos brahmanes, donde los buenos brahmanes predicen el retorno de la felicidad.
rren 24. un dia retornó la felicidad para Nalo y Damayanti conforme los brahmanes lo pres dijeron. aquellas dos almas tanto tiempo separadas, formaron otra vez un solo espíritu. Nalo encontró abundante el perdón; el perdón del amor que purifica de todas las culpas.
ce.
25. ni soy el primero que ha contado la historia de Damayanti, ni seré el último; porque cosa igual a la historia de su fidelidad perfecta no se vió ni se verá; ni en todo lo pasado de lo pasado, ni en todo lo venidero de lo venidero. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica