Carmen Lyra

174 REPERTORIO AMERICANO la luz de la luna Una tras otra van pasando las chicas. cargadas de bananos, de frutas o atestadas de pasajeros.
Los niños del pueblo interrumpen el paso, y el chauffer se ve obligado a detenerse repetidas veces a esperar hasta que se disperse el grupo de chiquillos que canta y rie a la luz de la luna.
Yo evoco el recuerdo de mis días de infancia, y pienso en aquellas noches diáfanas, en que como estos chiquillos, jugaba en la calle, y en que el boyero, no el chauffeur, tenía que detenerse mientras nosotros acabábanos de cantar. Yo soy la viudita del conde Laurel, que quiero casarme y no hallo con quién. el coro contestaba. Pues si eres tan linda y no hallas con quien, escoge a tu gusto, que aqui tienes cien.
Ante mi surge de nuevo, a la luz de la luna, y en la Gulce paz campesina, la figurita graciosa y sutil de la chiquilla, que al colocarse en el centro cantaba: Yo escojo a.
por ser el más bello, el blanco jazmin de Mayo y Abril.
Este ir y venir de las chicas, a la luz de la luna, trae a mi mente el recuerdo de una infancia feliz.
Por eso me enternece ver jugar a los niños, y pido a Dios, en esta hora de quietud, que bendiga la ronda en que cante mi hijo, en que juegue y ría con los niños, y que su bendición caiga también sobre estos pequeños que han servido de puente entre El y yo De la entraña Con este título ha publicado Señor, no permitas que la venganza ehnuestra Corina Rodríguez un cuentre campo propicio en mi corazón, ni librito cordial, intimo. Véase lo que para medir mis aceros descienda al plano del lugar común que de él dice Carmen Lyra en Ya que por el amor voy a renacer en otro el prólogo: sér, haz que en el florezca mi corazón y que a mí no deba un temperamento melancólico, taciturno ni sombrío.
En el umbral Perdona mis pecados, dulce Señor, y no le cobres una cuenta que no debe.
Al tomar en mis manos el original de estas páginas y al recorrer la escritura irregular, he pensado lleno el espiritu de emociónRuego en que fueron escritas por una mujer en espera del nacimiento del hijo que se le agita Señor, dame fuerza para rechazar todo en las entrañas.
pensamiento sombrio, fe para que confiada en mi destino oriente mi vida y firmeza para Es el mismo apasionamiento revestido de serenidad de los poemas dedicados al hijo mantener el valor de mis convicciones.
en el libro Desolación de Gabriela MisNo permitas que mi hijo adolezca de melancolia o sea hombre de poca fe. No dejes tral, en cuya encantadora brevedad tanta que le trasmita el más leve temor de desainfluencia parece tener el estilo de Rabindranath Tagore.
fiar la vida, de descifrar sus enigmas y de conocer sus múltiples aspectos.
Imagino a Corina escribiendo este libro Aviva en mi la inconformidad para que dedicado a su hijito, nerviosa, los ojos brillantes como brasas, la melena quemada mi hijo sea inconforme. No dejes que se nimbándole la frente, bajo cuya nobleza el pliegue ante lo establecido, ante la fuerza imperiosa de la tradición o de la costumbre.
pensamiento lucha por convertir en luz las sombras que hay dentro de su sér, mientras No dejes que yo le trace caminos; pero el corazón se le derrite en el fango de su dame acierto para adivinar su camino y ser su guia.
dolor y se dispone en forma de nido de Haz que mi brazo se mantenga erecto, amoroso plumón para meter dentro a su con la antorcha en la mano, en espera de niño.
Esta criatura lirica y romántica no podia su llegada y deja que cuando sus manecitas tiernas la tomen, se llene de luz el sendero dejar pasar sin contarlo, el sentimiento que le despertara la agitación de sus entrañas que le toque recorrer.
al modelarle un hijo. Pero no quiso que su canto se deshiciera en el ambiente, sino que Vanidad permaneciera en el tiempo cual una huella de amor y de esperanza, y así escribió estas Mi jardin ha amanecido lleno de rosas y páginas.
a mí se me ocurre que el Señor las ha abierto No sé si el libro tenga defectos: el cariño para que mi hijo goce en su contemplación.
no es critico imparcial y por eso me es Las montañas se destacan altivas, se yerdado tan sólo, complacerme en sus virtudes: guen serenas y se perfilan en una atmósfera en su sinceridad que me hace pensar en diáfana, y yo pienso en que mi hijo tenga una llama; en su optimismo cristalino como el gesto osado y magnifico de las cumbres.
una corriente de agua pura que cante alli, La brisa tibia me acaricia, mece mis rosaen donde hay guijas que le muerden el alma les con maternal gentileza y pone una nota transparente.
de dulzura en todo lo que toca. y de mi Quisiera ir delante de su paso, preparancorazón asciende hasta Dios la súplica de do los ánimos que lo han de leer, para que que mi hijo sea dulce y afectuoso, y de que le abran las puertas de par en par, con sus manos sean misericordiosas, y de que mano cariñosa y sencilla sonrisa. Ya en la en él se unan, en fraternal abrazo, el valor intimidad él mismo dirá sus poemas como y la ternura.
los trovadores antiguos, y si el dueño de El sol fulgura esplendorosamente y yo la morada siente lo bello, tendrá que comsueño cou el oro de sus cabellos.
prenderlo y amarlo. quieran los dioses que aquél a quien Siento un extraño placer fuera dedicado, pueda cumplir el anhelo de su madre: Siento un extraño placer en leer una vez más el libro que leimos juntos, y encontrarQue sus manos, como las de Cristo, sanen me con los renglones que tú subrayaste.
heridas, absuelvan y bedigan. Que sus bra Siento como una profunda necesidad de zos construyan, luchen y venzan con hidal evocarte y ponerte muy, muy cerca de mi guia. Que cuando se los crucen sobre el corazón, para que mi hijo no vea cuántas pecho, concluida su misión, sean una senda heridas tiene.
de amor que se cierra para abrirse en la Me deleita oir de nuevo la música que eternidad.
escuchamos juntos, y recoger de ella toda la armonía para tejer con ella la vida de CARMEN LYRA mi hijo.
Junio de 1928. Cómo me duele que tú no tengas mis inquietudes y que hayas puesto tan poco de tu corazón en la misteriosa vida que llevo Al azar cogemos algunos de dentro de mí, y que voy a recibir tan lejos estos poemas: de ti!
hun puedo oír tu voz, ver lo que con tanto amor modelé para ti, compañero de Oración mis mejores días, sentir tu presencia y adivinar tus pensamientos, y, sin embargo, te Dulce Señor, deja que florezca en mi la has alejado de mi corazón cuando más cerca alegría. Dame un corazón que sea el instru debías estar!
mento de las más generosas acciones.
Permite que evoque tu recuerdo, y deja Purifica mis pensamientos para que el que mi hijo encuentre en ti todo lo geneambiente se llene de armoniosas vibraciones roso, lo bueno y lo noble que llevas en lo que engendren amor.
más recóndito de tu alma.
Deja que olvide todo lo que pueda turbar Deja que se llene de tu optimismo, de tu mi serenidad, encender odios, o crear pesi alegria y de tu fuerza, y que en ti encuenmismo.
tre lo que en mí falta.
una Deseo Carmen Lyra Que el pecho de mi niño sea noble y que en él no se alberguen las sombras jamás.
Que se ofrezca para defender al amigo, para defender el ideal o la causa de su convicción. Que se descubra para que en él se clave el dardo que pueda herir al hermano.
Que sus manos, como las de Cristo, sanen heridas, absuelvan y bendigan. Que sus brazos construyan, luchen y venzan con hidalguía. Que cuando se los crucen sobre el pecho, concluida su misión, sean senda de amor que se cierra para abrirse en la eternidad.
Mi surco Carmen Lyra Mi surco eres tú. Lo abri con la sangre, con el alma y con la fe.
Al sembrar en él, sé que planto en un predio del Señor.
Mi surco está lleno de luz. Tú serás una flor de santidad.
Mi surco está empapado en la ternura de una sonrisa, que es lloro de mansedumbre.
Está abierto para llenarlo de perfección.
Que la paz llueva en él y que de lo hondo surja tu espíritu como un árbol perfumado.
Que el peso de los nidos no le doblegue.
Que su fronda sepa cubrir, y que en él se alberguen el canto y el amor.
Un precioso librito. el de Corina, como se ve; lleno de ternura y elevación, sacado de los hondores del alma. Lo relereemos.
Corina Rodríguez de Cornick (1) Nótese que chiva es un camión. 3) Corina Rodriguez de Cornick: De la entraña.
1928. Imp. Lehmann. San José, Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica