Tano REPERTORIO AMERICANO Núm. 15 San José, Costa Rica 1928 Sábado 21 de Abril SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Francisco Amighetti Marco Tulio Salazar Las bases económicas del panamericanismo.
El Jardinero Comprobantes La nacencia La conferencia centroamericana Que digo yo?
Carta de Haya Delatorre a Froylan Turcios El testimonio de Ibsen (II)
Una carta interesante del Sr. Avilés La última Conferencia Pan americana Quiero ser.
Con Diego Rivera, ante los muros de la Secretaria de Educación (III)
SUMARIO Sanin Cano Poemas.
Rudyard Kipling Tablero (1928)
Qué hora es?
Luis Chamizo En Lovaina Frco. Martinez Stárez La juventud mártir de Venezuela. Sotillo Picornell El discurso del Dr. Pueyrredón El vendedor de imágenes La Edad Oro.
Antonio Iraizos Ergane Rafael Estrada Cable.
Ruben Coto Fernandez Moreno, Darwin y Juana de Ibarbourou Las bases económicas del panamericanismo De El Tiempo. Bogotá LA actitud del jefe de la delegación argentina en la sexta conferencia americana parece amenazar el éxito de las deliberaciones. Con una noción muy precisa de los sentimientos y de las prácticas en que deben buscarse las relaciones de estos pueblos, el señor Pueyrredón sostiene que mientras dure el estado caótico de las leyes arancelarias y la perspectiva de la guerra de tarifas, el sentido americanista es una pura ilusión. El delegado argentino tiene razón. Algunas personalidades de las que figuran en los cuadros representativos de la conferencia, especialmente las que escuchan directamente o por interpuesta persona los oráculos de Washington, se han dejado decir que el Sr. Pueyrredón ha tomado esta actitud en defensa de intereses netamente argentinos y para consumo de la opinión en el país que representa. El problema no es argentino solamente. Sus datos abarcan el destino de todas las repúblicas americanas y no es exagerado afirmar que su falta de solución contribuye de manera funesta a mantener la intranquilidad de que sufre la civilización contemporánea.
La guerra de tarifas intensifica en Europa los recelos internacionales y pone altas vallas morales entre unos pueblos y otros. Decir que este problema no excede los limites de un grosero materialismo es desconocer la historia de las conquistas politicas. Las grandes transformaciones sociales tuvieron su origen en la solución de un conflicto económico. Un autor muy citado por gentes que no se dan el trabajo de leerle, afirma que en toda cuestión económica hay un problema religioso.
Hace apenas siglo y medio surgió en este lado del Atlántico una entidad politica formada por las antiguas colonias inglesas y basada en el común propósito de reconocerse mutuamente iguales derechos, entre los cuales se contaba el de poder comerciar libremente encolocar sus mercaderias sin el contrapeso de impuesto de aduanas, a tiempo que sus clientes alimentan la misma simpatia por los manufactureros, pues al Norte mandan la fibra sin tener que trasponer en su camino el odioso muro de los aranceles. Nada es comparable al poder inmenso, a la capacidad productora que esto representa en los diversos ramos de la agricultura, la industria y el comercio.
Cuando una nación le impone gravamen aduanero a un artículo que sus habitantes no producen, o sólo fabrican a precio muy alto, porque las condiciones naturales del suelo no son favorables a su elaboración, los fuerza a pagar por esa comodidad un precio mayor del que ella tiene de acuerdo con el esfuerzo humano, patrón único de valores en los mercados del mundo. Se ha invocado para esto el viejo sofisma de la protección a las industrias nacionales. Aqui no se trata de discutir el asendereado tema. Los Estados Unidos saxoamericanos son cuarenta y ocho naciones independientes que han renunciado al derecho de poner gravámenes aduaneros a SUIS productos naturales o manufacturados que pasan de unas a otras. No es posible exagerar la fuerza de producción que este libre cambio representa.
Mientras los demás pueblos del mundo continúen en su actitud antagónica de estados proteccionistas, favoreciendo industrias artificiales, haciendo esfuerzos por crear otras en medios impropicios, la capacidad industrial y comercial de los Estados Unidos saxoamericanos crecerá, como las series alge.
braicas, en detrimento de sus competidores. La base de la Unión saxoamericana no es la libertad allí muy restringida, ni la igualdad considerablemente mermada por la desproporción de las fortunas y el peso de las influencias politicas, sino la fraternidad económica.
El delegado argentino ha visto el caso con penetración de ecoHonorio Pueyrredón tre sí. Los diversos estados En el momento actual de su cambiaban unos con otros sus historia esos Estados Unidos productos sin pagar ninguna constituyen el mercado interior clase de impuestos aduaneros al más variado, más extenso, más traspasar sus frorteras. Los faactivo de que pueda ufanarse bricantes de Massachusetts tro nación alguna del mundo. La caban sus artefactos con los cohesión entre las diversas unitabacaleros de Maryland, y los dades tan diversas entre sí dos se procuraban más al Sur como Wyoming y Texas se manlos productos subtropicales sin tiene a pesar de las diferencias pagar derechos de frontera en raciales, de sentimiento y de la extensa línea recorrida en cultura, porque la inmensidad busca de mercados. Los nuevos del mercado les ofrece oportuterritorios que con este nom nidades de todo punto halaga.
bre o el de estados venian a doras. El productor industrial formar parte de la Unión ya de los Estados septentrionales fuese por compra o por con se siente unificado en sentiquista entraban de hecho a go miento con los algodoneros del zar de esa valiosa franquicia. Sud, porque sabe que allí puede Este docume es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica