Anarchism

REPERTORIO AMERICANO 29 Prosa con polvo y con lodo manchada, fatal escoba; nos depara el barrendero dulce sombra. Descanso en limpio retiro para soñar cuando dora el sol que se pone al cielo nuestra hora.
27. IV. 27.
amarillo primavera se despejaba sereno por el follaje dormido y era la vida un entero, vivir de Dios; por el rio soñaban en claro espejo ensueños de la montaña abrazados con el cielo.
Toda cosa era pasada, todo presente. recuerdo, y el porvenir se perdia en el antaño primero.
Bajo tierra renacian las muertes; dentro del pecho brizaba una brisa queda los primeros pensamientos que nacidos en la oscura calma del seno materno son de la casa extrañada los enterrados cimientos, que se asientan y sustentan sobre la azulez del cielo.
20. IV. 1927. pasan días sin que pase nada. pasan dias sin que pase nada y todo queda pues que pasa todo que el paso es queda de distinto modo y el ayer va al mañana, que es su rada.
Me pesa de lo que hice; en la estacada se queda del pasado, en un recodo; el polvo cuando posa se hace lodo y luego piedra que sirve de arcada.
No hay corte alguno que deshaga el nudo; inmudable es el mundo cuando muda; cuantas veces se quiso no se pudo; vive el punto que pasa, y en la duda; que el acto es muerte, y en el paso agudo del último acto nada nos escuda. por son 28 1V. 1928 Sobre tu frente azul, Señor. Duérmete, niño chiquito.
Duérmete, niño chiquito, durmiendo te curarás; duérmete duerme un poquito.
que acaso despertarás.
Dios te libre del mal sueño, sueño que te haga sonar, mas si soñar es tu empeño sueña que has de despertar.
Duermete; Dios con su mano tu corazón curará; duerme, que Dios soberano en tu sueño velará.
Con el alma, ya de hinojos, a rezarle te pondrás, te mirarás en sus ojos azules. no te verás!
Despertarás? El resorte de tu sueño es esperar; del despertar no te importe, pues dormir es esperar.
Duerme que el sueño se pasa y con el sueño el dolor; todo duerme ya en la casa; todo duerme en el amor. VIII. 26.
El gendarme hortelano Mais le propre sujet des hommes est aimer.
Ronsard.
Coje presos a los caracoles que le comen las coles. se los ha de comer llega armado de dos regaderas y a la puesta del sol, las primeras estrellas por nacer, va regando su bien con blandura ¡oh civil verdura donde no cabe mal!
mientras charla con buenas vecinas, testigos las gallinas, sin proceso verbal. Oh guardián de la paz y del orden!
cuando un día te aborden anarquistas feroces iqué horror!
echa mano de las regaderas y antes de que nazcan las primeras estrellas de la noche del Señor refrescale a la tierra enardecida; mira, gendarme que se va la vida y con la vida se nos va el amor.
10. VIII. 26.
Arroyuelo sin nombre.
Arroyuelo sin nombre ni historia que a la sombra del roble murmuras bañando sus raíces ¿quién llama a tus aguas?
Al nacer en la cumbre, en el cielo, con la mar te suenas, con la mar que en el cielo se acuesta, arroyuelo sin nombre ni historia!
10. VIII. 26 ¿Qué es tu vida. Qué es tu vida, alma mia. cuál tu pago?
lluvia en el lago!
Qué es tu vida, alma mía, tu costumbre?
viento en la cumbre!
Cómo tu vida, mi alma, se renueva?
sombra en la cueva!
Lluvia en el lago!
viento en la cumbre!
sombra en la cueva!
Lágrimas es la lluvia desde el cielo, y el viento sollozo sin partida, pasar la sombra sin ningún consuelo y lluvia y viento y sombra hacen la vida.
11. VIII. 26.
Sus hondos ojos azules.
Sus hondos ojos azules daban azulez al cielo; y son 4 y son 6 y son y 16 y 24 y 32 jánimas bendidas, me arrodillo yo!
De una canción de rueda que siendo yo niño oía cantar a las niñas. X son 2 3 son ay que corta vida la que nos hacéis! X son 2 5 10 ¿volverá a la rueda la que fué niñez? X 18 10 10 son 100 ¡Dios! no dura nada nuestro pobre bien! у ¡la fuente y la mar!
cantemos la tabla de multiplicar!
Sobre tu frente azul, Señor, mi sino que es invisible estrella al claro dia, con el azul fundida en armoníame señala en el cielo mi camino.
Camino el cielo todo; en el divino campo de azul, en la celeste via no hay vedado, ni el alma se extravia que en el se pierde aun cuando pierda el tino.
Las flores de tu huerto, las estrellas son cual Tú, virginales, no dan fruto de grosero comerse; son centellas de tu puro idear; sólo disfruta de libertad aquel a quien le sellas con tu sello marcándole la ruta.
28. IV. 1927 El cuerpo canta.
El cuerpo canta; la sangre ahulla; la tierra charla; la mar murmura; el cielo calla y el hombre escucha. 27.
Romances Prosa? que sabéis vosotros.
Prosa? qué sabéis vosotros, jugadores de la forma, y gongorinos de pega, lo que es prosa?
Poesía pura? El agua destilada, no por obra de nube del cielo, pero de redoma.
Deshumanad! buen provecho!
yo me quedo con la boda de lo humano y lo divino que es la gloria.
Ni agua alquitarada; sangre en que cante en fuego de ola la calentura sagrada creadora.
Con raíces bajo tierra y al viento de Dios la copa hojarasca entre las flores y hasta broza.
VIII Si no has de volverme a España, Dios de la única bondad, si no has de acostarme en ella ihágase tu voluntad!
Como en el cielo en la tierra en la montaña y la mar, Fuenterrabía soñada, tu campana oigo sonar.
Es el llanto del Jaizquibel. sobre el pasa el huracán! entraña de mi honda España te siento en mi palpitar!
Espejo del Bidasoa que vas a perderte al mar, iqué de ensueños te me llevas!
a Dios van a reposar. Campana Fuenterrabia, lenguas de la eternidad, me traes la voz redentora de Dios, la única bondad!
Hazme, Señor, tu campana, campana de tu verdad, y la guerra de este siglo deme en tierra eterna paz. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica