Bourgeoisie

94 REPERTORIO AMERICANO Pascal que escribía. Descartes subraya siempre. para juzgar, la historia, gracias a yo no sé inutile et incertain. la escala mística (sic) para gra qué método histórico misterioso Pero si sorprende que atri duar la balanza mágica (sic) que no es un método científico.
buya tal cosa a Descartes iy a para pesar y el criterio divino Veamos cómo lo concluye de Pascal. mirese qué natural fué (sic) para decidir. Estas inte la ley de la degración de la para él cuando resume. la pasión rrogaciones nadie las resolverá, energía, yo no sé si a expensas de Caso es resumir. El error seguramente. Pero ¡qué ociosi de su conclusión o a expensas intelectualista, realista, antropo dad necesita el espíritu para de la ley cientifica que violenta mórfico, antropolátrico, judaico formularlas!
de tan curiosa manera. Esto y burgués (se refiere a la mis más adelante saltando so es, la degradación de la enerma idea del progreso) debe no bre una gran cantidad de ideas. gia significa una sucesión irreimperar ya en la conciencia filo. Por eso, en vez de prever y versible y real de fenómenos o, sófica contemporánea. Pág. 58. de generalizar, vuelve hacia el en otros términos, un orden hisNo cabe duda que «todo es uno pasado (la historia) su predi tórico. En suma: Nada se pierde, y lo mismo. lecta contemplación. Ni se con todo se transforma mediante el en las páginas, 45 y 46: trae tampoco a sólo el mundo orden irrevocable que es la his«¿Cuál lirico moderno. así sea humano; sino que, como se va toria. Pág. 123. tan puro y noble como Fray a exponer en seguida, acoge al Fuera su cultura científica un Luis de León, Shelley o André universo entero como objeto de poco sól da, no se le ocurriría Chenier es superior, mejor, que su conocimiento (Pág. 111. En decir. También, probablemenlos grandes liricos de la anti efecto, en seguida va a verse te, los diversos elementos quigüedad. Qué novela contem cómo, si la historia no es una micos son datos de una historia poránea supera a la Odisea? ciencia, los objetos de la cien quimica. Pág. 124. Lo que al. Quién resolverá estas inte cia pueden pasar a ser, sin nin fin no se sabe si es una ligerrogaciones por medio de gra guna dificultad, los sujetos de reza de su ciencia o la misma daciones críticas y jerarquías imposibles de ideales. En dónJorge Cuesta de está el módulo (él es quien México, septiembre 14 de 1927.
ofuscación de su filosofía. añade. En un tiempo no hubo leyes químicas ni biológicas; después principio a desarrollarse la complejidad magnífica de atributos que hoy analizan de consuno químicos y naturalistas, físicos biólogos. Pág. 125. No quiero dejar de citar esta frase que, además de ser el más absurdo de los argumentos de su ociosa teoría, es de una comicidad irresistible. El ozono, que no es sino oxigeno electrizado, oxigeno alotrópico, reviste propiedades diversas de las que tiene el célebre elemento descubierto por Lavoisier. Pág 124. Yo creo que se equivoca un poco Ramos en su apreciación general de la obra de Caso. Lo justo me parece a mí que es algo como esta observación de Nietzsche. Los poetas y escritores que tienen gran preferencia por el superlativo, quieren siempre más de lo que pueden. Paul Whiteman y su jazz en a CABAMOS de recibir una visiA ta muy instructiva: la de Paul Whiteman y su orquesta.
Los músicos la aguardaban con particular impaciencia. Se contaba conque él destruiría una cantidad de estúpidas leyendas y disiparía los innumerables errores de nuestro público en cuanto al problema musical de la música sincopada y de la jazz.
Mucha gente sigue creyendo, en efecto, y muy de buena fe, que la jazz no es más que una diversión de negros enajenados, y que los fox trots y los blues son composiciones populacheras y triviales, huérfanas de todo valor artístico. Verdad es que cuanto los music halls nos han presentado hasta ahora como ejemplos de jazz band respondía bastante bien a esta enfadosa definición. Los virtuosos de color que componían esas orquestitas estruendosas abusaban de la bulla martillando los platillos y arrancando espantosos aullidos a los trombones. En tales condiciones era imposible hacer comprender al público francés que la jazz constituye una nueva fórmula orquestal de la que pueden sacarse efectos muy diferentes.
Contábamos, pues, con que Paul Whiteman aportaría al debate aun poco de claridad. Le conociamos a través de admirables discos de gramofono, en que algunas de sus ejecuciones aparecen filtradas, clarifiuna partida que debía ganar ¡Qué orquesta admirable. De La Nación. Buenos Aires efecto. Qué rica y flexible discadas e idealizadas de una trumentistas gesticulantes, que posición instrumental! El cuarmanera deliciosa. La anotación tocaban en el violin aires de teto no está en ella sistemátimecánica hace a menudo estos organillo, haciendo pasar el ar camente excluido de la orquesmilagros. Las vibraciones sono co por entre las piernas o por tación; forma parte de la paleta ras recogidas por la cera tibia detrás del hombro. Nos ofreció sonora, pero con el mismo titulo resultan veces misteriosa también el espectáculo de uno que los demás timbres; no se mente afinadas y embellecidas. de sus pensionistas, que ejecu le reconoce la tan arbitraria suCiertas notas de campana o de taba un vago estribillo con una perioridad teórica que, no se celesta cobran una pureza so bomba de bicicleta. No hubo sabe por qué, lo hacia dominar brenatural, y la queja nóstál nadie que le dijera que haza a todos los demás instrumengica del saxofón adquiere un ñas de esa clase no tenian la tos.
acento patético y humano, exen menor probabilidad de seducir Esta extraña jerarquía que se to de toda vulgaridad. Sabía nos, ni aun de sorprendernos, perpetúa en sus pupitres hace mos, pues, todo lo que de ya que todos los circos nos pre sufrir cruelmente a nuestra ormúsica, de excelente música, sentan diariamente atracciones questa clásica. La gente de de armonías sapientes y artifi de esa clase? Tenemos clowns arco desempeña en ella el alcios ingeniosos de composición, musicales muy superiores a los tanero papel de una aristocrapodían entrar en una simple de Whiteman. En la composi cia desdeñosa dotada de prividanza tratada por un fantasista ción de su programa, hay, en legios excesivos. Vemos aqui de esta clase.
verdad, algo de insultante para la injusticia de los regímenes Paul Whiteman llegó a París nuestro gusto; y es evidente aristocráticos bajo los cuales y es indiscutible que nos ha que los franceses no le perdo nacieron estas falanges. Estadesencantado. No quiere decir narán que los haya considera mos en presencia de una socieesto que esté por debajo de su do como salvajes ignorantes a dad organizada a la manera de reputación. La calidad de sus quienes pueda ofrecerse tan los Estados monárquicos. En ejecuciones y el mérito técnico mediana diversión. causa de ella tenemos a la nobleza, a la de sus ejecutantes nos han ma este error de apreciación, en burguesia y a la plebe. Los ravillado de veras. Pero nos vez de disipar, como lo espe nobles son los músicos que se sentimos lastimados por la elec rábamos, los errores populares enorgullecen de su arco como ción de los trozos que nos a propósito de la jazz, Paul de una fina espada con crines ofreció. No sé, a la verdad, Whiteman sólo habrá contribui de plata y pomo nacarino. La quién ha podido dar a Paul do a agravarlos. Los negros burguesía son los instrumentisWhiteman el consejo de renun más groseros de nuestros music tas que ejecutan trabajos minuciar a toda la parte realmente halls se habían atrevido, ciosos y aplicados en la flauta, artística de su repertorio, para hasta aqui, a ofrecernos un con el clarinete, el oboe o el bajocaptarse el sufragio popular cierto para bomba de bicicleta. La plebe, en fin, son los obreapelando a los números de Verdadera irritación contra ros algo toscos que realizan acrobacia y de payasada. Nos Paul Whiteman se siente al ver las tareas pesadas y fatigosas ha presentado con orgullo ins la simpleza con que ha perdido y se dedican a la metalurgia, no TI Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica