REPERTORIO AMERICANO 323 Página Lírica de Max Jiménez Llanto de estrellas Simple la historia, dos hombres llevan una ataúd.
Simple la historia: en la casucha vivió diez años, palideció y palideció, agitó los bracitos y de la muerte se abrazo.
Blanco contraste, de noche negra dos hombres llevan blanco ataúd.
Llovizna plata llanto de estrellas.
Mis campanas son suaves, son tristes, no sé de campanas de resurrección.
Cuando doblan sobrio siento que la vida pesa mucho, mucho.
y al vibrar los bronces el alma se inclina bajo su oración.
Las estrellas son doncellas con temblor de castidad.
Sobre el cielo la cordillera marca un ritmo.
La luna desnuda con sus doncellas las estrellas está banándose en el mar.
Mis campanas son. suaves, son tristes, no saben de gloria dicen simplemente adiós.
Los dos bueyes Están en el camino víctimas de las leyes, los cuerpos extenuados lamiéndose dos bueyes.
Descarnadas las frentes por el peso del yugo.
raida la osamenta por el leño verdugo Tributanse caricias, alivio del destino lamiéndose dos bueyes que están en el camino.
Mi escultura El Beso Los uni para siempre en la eternidad de un beso, no existirá para ellos la cruel posteridad.
Para siempre sintiendo del mundo el palpitar en un beso no pasarán por las crueldades del forzoso olvidar.
Fué capricho de estética esa eterna ilusión de un beso, unidos para siempre en perpetua pasión.
No sentirán las horas en su eterna corriente porque un beso es sin confin remanso que hace al agua la fuente.
Si fuéramos nosotros capricho de escultor!
y en un beso fundirnos con la amada en un eterno amor.
Constelaciones Hacer del amor una sola via y que por la vida sea nuestro guía.
Que amor y conciencia se tiendan la mano y llegar al sentido de todo lo humano. como el rosal que da espina y flor germinar de esperanza todo dolor.
Como la estrella que brilla en lo negro sea el optimismo nuestro alegro.
Recordar que la noche es hermana del dia y que tras la tragedia sigue la alegria.
De amor y de ciencia labrar un breviario y hacer que nos sirva para uso diario.
Constelar el amor, la esperanza y la ciencia y que brillen siempre en nuestra conciencia.
Recordar que el sacrificio tiene forma de cruz mas, que por todos los tiempos brilla su luz.
Son astros apagados sus ojos entornados; estrellas ya sin luz. al recordar de penas las llagas de la frente se lamen mansamente.
Un misterio Dios te salve Maria, un murmullo, un pensamiento triste.
Todas de luto.
todas hincadas.
Dios te salve Maria, un murmullo, se recuerda una pena.
Una pupila roja, cae una lágrima Dios te salve Maria, un murmullo, corren las cuentas del Santo Rosario.
La imagen también parece estar triste por lo pasado.
Dios te salve.
se eleva un nuevo misterio, Padre Nuestro.
Rezan el rosario coro responden: Dios te Salve Maria, y el alma del muerto a Dios se confia.
De negro vestidas rezan el rosario y en las manos cierran el devocionario.
Cada diez Salves y un Padre Nuestro piden justicia al Divino Maestro.
El Santo está triste entre dos candelas, acaso, sintiendo del mundo las penas.
De negro las almas, de negro el vestido, a Dios piden gracia por el que se ha ido. las lágrimas negras de la oración se unen cristalizadas las de la emoción. de los labios el suave murmullo hace a los oídos del creador arrulllo.
Son flores de la tierra que van al creador para los jardines de Nuestro Señor. coro responden Santa María y el alma del muerto a Dios se confia. los nueve dias el rezo termina pues se ha conseguido la Gracia Divina.
En verde paz se extiende la llanura.
En verde paz se extiende la llanura y son recreo a los ojos los mil caprichos de luz pura que a trechos manchan la llanura.
Del campo se levantan férreas torres, retén de invisibles visitantes que por ondas se llegan palpitantes hasta el acero hecho encajes que levanta torres.
La cordillera se eleva en ritmo azul y una torre parece que señala una estrella, acaso un mensaje recibiremos de ella descorriendo los velos de la existencia azul.
Ajenos los rebaños arco de colores y a las voces no vistas de las torres, pastan la yerba que les da la vida por la luz de la tarde en púrpura teñida.
Mis campanas Mis campanas son suaves, son tristes, acaso campanas que dicen adiós. en el horizonte, al gemir del angelus agonizan grises, se deshojan rojos, se marchitan oros.
He quedado sin ramas.
He quedado sin ramas, he quedado como árbol que arrecia el huracán.
Cual hueco de la tierra que no infunde terror cual cráter apagado de histórico volcán.
Cual mástil sin las velas desnudo de esperanzas: de osadas carabelas mástil sin velas blancas.
Cual tronco ya sin brazos cual árbol sin sus gestos que azota el vendabal.
San José, Costa Rica.
La luna.
La luna está desnuda bañándose en el mar.
Cada ola deshoja una flor Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica