214 REPERTORIO AMERICANO Página lírica del Presbítero Pallais (Enviada por el autor al Rep. Am. Balada primera del que oía y oía y oía y nunca quería dejar de oir el Minuet de Paderewski mar de las mil noches y de los mil días.
libro de San Pablo, gloria de Simbad, dorado racimo de uvas predilectas que tuvo en sus manos Cristóbal Colón, mar hospitalario, mar de los piratas, mar de golfo dulce, mar de las tormentas, Rojo, Blanco, Negro, Azul, Amarillo, Mar Desmesurada Boca, tiburón que tragas y nunca dejas de tragar Hermanos míos todos, regocijaos conmigo!
Tú, ciervo asustadizo que huyes de tu misma sombra, ciervo de Arévalo Martinez, que tiemblas y tiemblas y tiemblas con miedo cerval. tú, cabra, princesa de juegos peligrosos y locas aventuras y fiestas de circo, para las ingenuas almas primitivas. tú, ojo de agua, también tú, que me recuerdas el vuelve a nosotros esos tus ojos de la divina Salve.
Tú, mar, mas que nadie.
pues, eres nuestro desdoblado corazón de afuera que canta sus misas en el caracol.
Tú, mar, más que nadie, pues, eres un órgano para tocar el Minuet de Dios.
Ojo de agua que miras y miras y miras, con ojos piadosos, mucho más piadosos, que los celebrados, en el mañanero fresco madrigal, que mira con ojos claros y serenos. tú, danza, dulce palomita, de las ocarinas y de las marimbas, y de la guitarra. niña doceañera con los pies descalzos, niña doceañera de cabellos sueltosy de la guitarra que mariposea, y corta las rosas en juegos de re, y exprime las uvas en bailes de la. tú, danza, dulce palomita de los violoncelos, voz de árbol mojada.
silencio nervioso de las hojas verdes que hablas en voz baja, tan baja, que oímos, sube de la tierra, la misa solemne cantada del mar.
Tu, mar, más que nadie, pues, eres capilla sixtina y escuela cantorum, cantando a tres voces, solemne, solemne, solemne la misa de las hojas verdes de los violoncelos, de las ocarinas y de las marimbas, y de las guitarras, ardillas traviesas, que juegan y juegan en días de re, que bailan y bailan en noches de la.
Tú, mar, más que nadie, pues, eres masculino, femenino, neutro.
epiceno, común y ambiguo, ven a beber vino puro alegría pues, en el teclado, con divinas manos juega Paderewski Balada segunda del que oía, y oía y oía y nunca quería dejar de oir el Minuet de Paderewski ¡Hermanos míos todos regocijaos conmigo!
Danza gregoriana, y benedictina, ven, a beber vino puro alegria.
pues, en el teclado con divinas manos juega Paderewski. tú, estrella estrella mía que estás tan lejos de Rubén Lega de la estrellas, Clarisa, que miras, con miradas de Dios, en tus miradas, ven, pues Paderewski gotea la canción de todos los hermanos de mi constelación.
Oyes? Blanca Nieve, también el oído tiene sus espejos. Visión Milagrosa.
Toca Paderewski. oyéndolo, vemos a Dios cara a cara.
Oyes, Blanca Nieve!
Es Caperucita niña tan pequeña, que no sabe cómo dejar su carrera tras las mariposas.
Oye, Primorosa, ique oyeras! ique oyeras! sólo así podrias librarte del lobo. Bella Durmiente? Por fin ya sabemos cual es el encanto de vivir dormido.
Juegue Paderewski, juegue con sus manos, y Bella Durmiente serás, alma mia.
Pasó la calumnia? Pasó la blasfemia?
Quién sabe, durmiendo bajo el dulce encanto del sueño; goteas, vida tu canción tú, mar, Mar Ruidos sin nombre. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica