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REPERTORIO AMERICANO 357 sofico por lo y principalmente גוז cionado ha sido por estar plenamente persuadido de que armado con el doble conocimiento de la historia y de la mente humana, difícilmente puede un hombre errar en su juicio en lo que respecta a la suma total de algún suceso nacional futuro, habida cuenta de poder procurarse los documentos originales del pasado, junto con una relación auténtica del presente: y si se tiene tacto filosofico que es verdaderamente importante en hechos en ejemplos, obtendrá la razón de tales hechos como lo indica la dignidad de la historia, que muchos modernos recopiladores han excluido de cila ateniéndose a la cortesia de la época y en ello han incurrido aun historiadores de reputación plenamente justificada En relación con los principios de política internacional mantenidos por Coleridge en las columnas de The Morning Post, hace este crítico cálidos elogios de la labor del ensayista Edmund Burke en el parlato y de sus opúsculos: Pensamientos so bre las causas de la cado en 1770 y en otro, Restablecer la consla inquietud actual, public titución en sus principios originales, que le siguió después, en el que Burke ataca los privilegios del Ejecutivo abogando por trol de éste, y declarando que sus funciones están limitadas a no ser otra cosa que guardián de la de la constitución Antes había pronunciado este parlamentaric su primer discurso sobre el Declaratory Act de las colonias americanas negando que el des.
contento que prevalecia en esas colonias debia a la obra de algunos libelistas facciosos excitando al pueblo ya que éste no te nía interés en el desorden y si se movía, se de bía esto a la impaciencia del sufrimiento: y así mismo pidió la derogatoria del impuesdel Té que como se sabe fué la chispa que provo có el movimiento de libertad de las colonias ingles el amor pro el con ticos rios de Burke son chos de nuestros lo que fueron al la pureza trabajado Termina este hombre de letras con las siguientes emocionantes consideraciones sobre lo que hizo durante su vida de periodista y como autor de tratados políticos, filosoficos y críticos, conceptos que como todo lo producido por este filósofo inglés, deben recordar y mantener siempre presente las generaciones contemporáneas, o por lo menos, quienes tienen afición a cultivar el arte de bien decir y de bien pensar, siempre que éste se encuadre dentro de las reglas clásicamente establecidas para perdurar o de que pueda justamente decirse, como Horacio de su obra.
Exegi monumentum dere perennitt He aquí las frases finales de nuestro CoTeridge: Haber vivido en vano debe ser para cual quier hombre un pensamiento doloroso, y especialmente para aquel que ha hecho de la literatura su profesión. De consiguiente, mas bien debia condolerse que enfadarse con la mente quien podria atribuir a desmerecedores sentimientos como la vanidad y pio, la satisfacción que confieso yo mis zar con la reproducción de mis ensayos poli(enteros o en extractos. no sólo en muperiódicos de provincia, sino También en los en los diarios federales de toda América. Miro eso como la la prueba de no haber en vano: que de los articulos escritos por mi, poco tiempo antes la última desgraciada guerra con la América, no sólo se adoptó allá mi modo de sentir sino que en algunos casos usaron del mismo lenguaje como sucedió con la redacción de varios documentos oficiales del estado de Massachusetts «Ni uno solo de esos motivos, ni todos juntos, me hubieran obligado a hacer las anteriores declaraciones, tan contrario a mis sentimientos. Ha sido necesario que procediese así al verme atacado hasta dentro de mi vida privada «Pero es que son sólo los libros el único canal por el que puedan correr las corrientes útiles de la literatura. La difusión de la verdad debe estimarse por la publicación: o és tas por la verdad, la cual prolonga o por lo menos contiene? Hablo com calor excusable de una mente atormentada por una acusación que no sólo ha sido insinuada en revistas de la más amplia circulación: no so Jamente inserta obras voluminosas de dicos literarios sino también que repitieron a ser admitida como un hecho cierto dentro de los círculos literarios privados, y aun repetida sin consideración por muchos que se llaman mis amigos y cuya propia recordación debió haberles sugerido pruebas contrarias a esos malévolos e injus.
tos ataques de que he sido víctimas, ntes de prin cipiar americanas. La actitud de Burke en esta vez le atrajo la simpatia de los jefes de la revo lución americana y su fraternal amistad con Franklin. apóstol de esa libertad. Coleridge se le atacó igualmente por su actitud frente a la Revolución francesa primero después contra Napoleón: llaman doselectraidor por sus escritos en The Morning Post. Con ese motivo apela a la obra de Burke en la prensa y al Parlamento inglés para fortalecer su defensa, expresándo se asi. Déjese al crudito que duda de esta aserción referirse solamente a los discursos y escritos de Edmund Burke al iniciarse la gue ra con América y compárese con los otros suyos al comenzar la Revolución francesa. Se encontrarán allí los mismos principios e identicas declaraciones, no obstante las inferencias prácticas, siempre opuestas, en Questas, en el caso de a quellas derivadas del otro, y en ambas le galmente iguales, e igualmente confirmadas por sus resultados. Quién ganó superioridad en la previsión. Quién previó la sorprenden te diferencia y y aún en más de un ejemplo la discrepancia ent entre la razón fijada por él y quiénes votaron con el en el mismo asunto?
Cómo debemos explicar estos hechos noto que los discursos y escritos de Edmund son más interesantes ntes de lo tiempo de su publicación: mientras que los de sus aliados se han olvidado ya o solamente existen para ofrecer pruebas de que la identica conclusion que un hombre dedujo cientific mente pueda ser producida por otra causa de errores que dichosamente proporcionaron la neutralización de cada uno? La salución sa tisfactoria de todo ello es que Burke poseía y tenia diligente y penetrante: que veia todas las cosas, acciones y sucesos, con las le determinantes de su existencia y que cir cunscriben su posibilidad. Fué un hombre de estado científico y, por lo lo mismo. profeta.
Porque cada principio contiene en sí mismo los gérmenes de la profesía profético es privilegio especial de la ciencia, asi la realización suplía en lo los hombres en general, la única prueba de su pretensión al título. Fastidiosos como aparecían los refinamientos de Burke a sus colegas parlamentarios y a sus oyentes, las clases cultivadas de Europa tienen razón de estar agradecidas a ese político y escritor inglés por que: went on relining and thought of convincing, while they thought of dining pensamiento que vertido libremente al casteIlano dice: Mientras latinaba pensaba para convencer, los otros prosban sólo en comer.
Coleridge. tanto en sus campañas contra Napoleón, así como en las anteriores contra las violencias y el desenfreno del Terror en Francia. justificaron más tarde las doctrinas de libertad y de democracia que con toda independencia de criterio sostenía en sus escritos de The Morning Post, porque como decia a mismo en alguna parte. Yo mismo me atrevo a declarar que mis méritos consistieron sólo en interpretar. definir y analizar la naturaleza del jacobinismo, es decir, su posición entre la república democrática y la pura demagogia.
sc vista yes соmо como el poder externo, ya CANSANCIO MENTAL NEURASTENIA SURMENAGE FATIGA GENERAL son las dolencias que se curan rápidamente con osas de petió ha llegado Kinocola el medicamento del cual dice el distinguido Doctor Peña Murrieta, que presta grandes servicios a tratamientos dirigidos severa y científicamente. Ruskin se alude: positivo por el contrario, que te la invocaba (a Atena) contra los tormentas como Santa Barbarazy Ruskin en una sublime alegoria que presenta dialogando sobre estetica a la santa mencionada con Neith, la Atena egipcis, da quella el patronazgo de la arquitectura arte solar, intimamente vinculado con los númenes del fuego como antes dije. El esteta ingles. con su visión genial hasta lo vertiginoso en ocasiones, percibió mer chas luces antiguo misterio y como burn platónico, hubiese alcanzado la mera de la auto iniciación no haber sido sus preocupaciones teológicas (Leopoldo Lugones: Prometeo (Un proscripto del sol. Buenos Aires. 1910. Edmund Burke, por el Dr. Heinrich Greffeken Great Men and Famous Women obra editada en New York por Charles Honne.