248 REPERTORIO AMERICANO Del Dr. Marañón a los amigos de América De El Sol. Madrid, de setiembre de 1936 Anoche, desde el micrófono de la emisora del Partido Comunista, leyó las siguientes cuartillas el doctor Marañón: Reflexión del obispo, por Bagaría y al cuidado de los ninos privados de su ho.
gar por las necesidades momentáneas de la lucha por una tragica orfandad, empiezan surgir instituciones de carácter permanente que marcan ya el carácter sentido, hu.
manitario y cultural de paz futura.
Quiero hablaros sólo como ejemplo del Parque Infantil y Hogar Escuela que se esta instalando en la famosa Alameda de Osun, en las próximas cercania de Madrid. Un grupo de homhres entusiastas, Sánchez Ar cas, Bergamin. Arrillaga, Martin Dom ngo, Alberti el poeta, Ugarte, Planelles, trastormarán aquel palacio suntuoso y sus bosques y jardines en albergue para mil niños y en Universidad, para que cuando lo abandonen sean hombres y mujeres dueños de sus des tinos y no sólo huérfanos agradecidos a la. Cuando dijo: No matarás. no debia de estar en su sano juicio. ceridad. las hacen pro el placeres, les para todos los hombres, a un precio to La ultima vez que os hablé a través de la radio, amigos de América Comenzó di.
ciendo que en fecha no lejana y para Jo.
mentar sucesos de Europa que no habrian da tardar en tener actualidad de carne viva en nuestra propia España. Os hablaba de Paulow, en su su patria de los Soviets, y de lo que representaba como lección para tulos su actitua frente a la revolución y la acti tud de la revolución frente a el.
En los meses inevitablemente dolorosos del advenimiento de un estado nuevo en la vie ja nación de los Soviets, hubo muchos hombres que fueron incapaces de compren.
der lo que el magno suceso tenia de inevitable en su raiz con el pasado y de fecundo en su raiz con el porvenir.
Las revoluciones las sienten sólo los que las y los que luchan, en nombre del pasado, contra ellas.
Pero hay un grupo de mentes en el pais que esta transformándose, las mentes de los hom.
bres que, ajenos a la lucha política y social, crean el alma de su pueblo o contribuyen a que su luz eterna no se extinga, y es crearla también, que tienen el deber, cual quiera que sea su simpatia previa hacia uno u otro bando, de colocarse ante la historia que está en marcha en una actitud de com prension Para mi, og decia, la gran lección del in mortai ruso fué el sentir por encima de sus dolores del momento, quien sabe si por en cima del sacrificio de sus viejos ideales, deber supremo de comprender la realidad inevitable de la revolución de su patria.
Todo lo que ocurre en el mundo está novido por las leyes inexorables del Destino.
Puede sernog grato o no. Puede emborrachar la gloria del triunfo o hacernos gustar la amargura de la derrota. Puede manchar nos de dolor o de sangre Pero es historia vibiste va y por caminos directos, por caminos os curos, fuente inevitable de progreso para mañana. Paulow, como tantos otros, pudo ir se de su Rusia y continuar en otro país que todos le hubieran acogido con los brazos abiertos sus trabajos de investigación en lo que tenian de universales abstractos: pero se dio cuenta de que la creación de cada hombre, desde el más humilde al más ininsigne, no pertenece sólo a lo que el crea, sino que es parte su patria, y que la patria no cambia, aunque todo el pasado se da rrumbe con lo que parece más intimamente unido a su nombre y sus gestas antiguas y más directamente ligado a su porvenir.
He aou que ahora una profunda trans formación se está realizando en España. Tai vez vosotros desde lejos no percibáis de ella mas que el estruendo marcial los gritos de que hierve, el llanto de los que suel rumor envenenado de los que mienten. Pero por debajo de la actualidad pasajera una formidable crisis evolutiva empuja a la República hacia un destino mejor. so es lo que quiero deciros. De esto quiere cundos alcanzan gene.
vencer a los reacios la voz de un hombre que no tiene la pasión del beligerante d!
recto, y que aparte de sus posiciones ideo:5gicas, antiguas y firmes, se esfuerza por mirar el presente y el porvenir con la serenidad del historiador.
Los que luchan por su libertad, por su ideal, en esos campos españoles que empezaban ya a olvidar el gusto de la sangre, no necesitan de las voces de retaguardia die Ni yo sabria decirles nada. Porque, como he dicho hace poco Bruselas, mi pacifismo es tan profundo, tan integral, que lo mantenin.
dria incluso ante la agresión injusta de los que desean y desencadenan la guerra. Estoy convencido de que la paz futura y perma nente no la conquistarán los héroes de la paz, sino los mártires de la paz, gentes de corazón generoso, como los que ahora luchan, pero de manos incapaces de sostener un fusil.
Mas acaso no sea inútil mi apelación a la fe en España a esos que no pueden coger un fusil, pero que tampoco tienen la rosidad de comprender lo que hay de fecun do en este instante trascenderrtal y de sentir el deber de no desertar. Porque Espatia esta aquí, y España no es un pasado, sino todos los pasados, y además todos los futuros. Es ella, como ha sido y como será, su tierra inconmovible, su vida eterna, por encima de todo lo que pase; y a su ustancia, a su alma, y no a las anécdotas, es a lo que tenemos todos que servir Vosotros, amigos de América, nos contemplais través de la distancia, que inevitablemente pone ya mucho de historia en vuestra visión. Os pido, pues, porque Og Será más fácil que a los que viven la pasión de cerca, que os detengáis unos minutos conmigo en el ambiente de los que detrás de los tratan ya de construir una paque luchan tratan ya tria fuerte y original.
El dolor parece que no se acaba nunca cuando se está sufriendo; pero acaba slempre. que queda es la paz que se engendro en el dolor. Empezad ya a contemplarla y ayudarla. la vez que los hospitales de son gre, donde una legión de mujeres y hombres se ocupan del herido y del que enferme en el campo de batalla; a la vez que las orgenizaciones que con éxito milagroso atienden al abastecimiento de las poblaciones civiles No sería No sería capaz de hacer reflexiones indeli cadas sobre el distinto destino que tuvieron y que tienen ahora estos palacios. Pensemos generosamente que los creó una necesidad de la civilización humana que hacía posible tanta desigualdad, pero que nos ha legado la posibilidad de utilizarlos ahora en bien de todos. La Alameda de Osuna, que llena con su nombra tantas páginas de nuestra His.
toria, fue primero lugar de dolor, cárcel de perseguidos políticos de hombres que su frieron y murieron por razones que acaso serían hoy motivo de su glorificación. Fue luego mansión de aquel Osuna cuyo nombre es como el símbolo del lujo la prodigalicia sin tasa porque compro di frute de sus que en el fondo son siempre igua a que hubiera podido comprar lo que no to.
el alivio de la desdicha de muchos de sus semejantes. Pasó después por destinos lacio y los jardines románticos esperaban va varios, y en los últimos años el pacios no se sabia qué. yo creo que desde que existió esta mansión, a bolo de tantas cosas, estaba destinada a ser um dia refugio de niños y escuela de sus ment antes condenadas a perderse en la ignorancia, como el mar el agua infecunda de nuestros rios.
E, pues, este proyecto, que ha empezado ya a dejar de serlo y convertirse lidad dichosa, tención de pazde noble orientación hacin una mejor justicia que brota en la República detrás de la guerra, en lo material y en lo espiritual, y que pugna, desde ahora, por sustituirla y hacerla oivi.
dar. Por eso os pido vuestra ayuda. Aun los que estáis del lado de allá de las ideas de los que os hablan, cerrad los los ojo y sed 34 generosos con esta obra, en la certeza de que vuestro esfuerzo no podrá tener nunca mejor aplicación. quisiera que no existieran ahora estos medios de comunicación que han anulado la distancia y que hacen a todos los hombres participes a la vez de cada gran acontecimiento de la tierra. En reciente oca sión he comentado los probables inconvenientes que para todos tiene esta comunión ins.
tantánen de todos los hombres en la actuaen rea como una promesa de la in heci de generosidad.
la pasion fren y (Pasa a la pag. 251)