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tiende alli las proporciones de una tragedia. Alli están para gritarlo todos sus Cantares populares. De ahí el predominio de la pasión sobre la voluntad que es uno de los defectos originales y dinámicos del español; predominio que lo convierte en un ser inquieto, frenético, desorbitado, en un revolvedor de grandes cofres. como dice tan espiritualmente Servet. de ahí también ese su anhelo de emociones fuertes, que lo empuja con tanta exaltada docilidad, hacia los duros y soleados escalones del redondel. Jamás, desde los tiempos de Nerón, la humanidad había corftemplado un espectador más fervoroso del peligro, de la angustia y de la muerte, que el español.
Forjado en una dureza temperamental, que desconociendo el rostro del dolor y aún el de la muerte, el español es capaz de destrozar sin piedad, no sólo el espíritu de los otros, sino también su propio espíritu. Sin embargo, la acción emotiva que late bajo esa actitud vital, no es, en absoluto, ajena a la ternura, puesto que los más delicados sentimientos humanos alcanzan en él una ejemplar expresión. De los individuos civilizados, el español es seguramente el que siente mayor apego a la familia, a la amistad, a la hospitalidad y aún al simple vecindaje. Ya Estrabón decia que los iberos estaban siempre dispuestos a sacri a sacrificar su vida por los amigos. Cervantes que es, sinduda, el representante más genuino de la raza española, es el más humano y comprensivo de los hombres. Ante la desesperación de una muriente. no llega su Cristóbal de Lugo hasta el olvido de su propia salvación. no ama a los que sufren hasta desear tomar para sí la parte de infierno que les está destinada? no fué un jesuita español, el jesuita Tomás Sánchez que, en pleno siglo xvi emitió, en su tratado teológico del matrimonio, la idea condenada ipso facto por ningún caso, ni por motivo alguno, una concubina debía de ser rechazada? Es el alma abierta a todas las angélicas fuerzas de la bondad. De ello da prueba la filosofía popular española, dentro de la cual lo esencial no es la honradez o la picardia, sino la caridad y la generosidad en el pensamiento y en la intención; principio moral que llega a confundir el sentido de la con los stimiento afectivos tituye, a la vez, la virtud y el defecto del pueblo hispánico: su virtud porque ello le permite apiadarse, con caridad sin limite, de las faltas del prójimo, y su defecto porque la caridad extrema arrebata al hombre las fuerzas para admirar. Es el antiguo error de la raza, que le hace absorber fácilmente los crímenes y condenar al olvido y a la penuria, cuando no al ostracismo, a sus hombres de valer. Sin embargo, lo profundo de una tal filosofía es que, si se la transporta a un plano superior al social, la intención es más importante que la acción misma, cosa que la moral de los pueblos anglo sajones se niega a admitir, pues, para ellos la honradez vale más que la moral, como si bastaran simplemente los actos para conocer y poder juzgar a un hombre.
Recorriendo con violencia su camino, el español no es hombre a infringir extirpaciones saturnianas a sus tendencias, asi tengan ellas la persistencia de un aliento cruel.
Es el nihilismo de la raza, que hizo de Cervantes el autor predilecto de Gogol; que ha hecho que Misericordia de Galdós, nos pudo verse en superior entre los nobles, ya que sin ellos, era seguramente menos que ellos.
Habiendo conquistado una a una todas las libertades y todos los derechos en una ideologia social y política cristalizada en los Fueros. especialmente en los Fueros de Aragón) cuya idea de crear un Poder que representara la suma de todas las voluntades y de cada una de ellas en particular, para defenderlas contra todos aún contra el rey, y que es la mejor prueba del alto concepto que esos pueblos tenían de su libertad y del ejercicio de esa libertad individualmente considerada, puede decirse que el pueblo español no se ha reconocido jamás en ninguno de sus monarcas, salvo, acaso, en Felipe II, tan enigmático y dualista como él. Un español difícilmente admite que se le impongan las cosas por la fuerza. Los primitivos iberos, aún clavados en la cruz, entor:aban sus himnos patrioticos, causando el asombro de los conquistadores romanos, y las madres preferian estrellar a sus infantes contra el suelo, que resignarse a verlos vivir en esclavitud. En cambio, por la persuación no es difícil obtener de el español cuanto se quiera, El individualismo, no siendo más que un movimiento centrífugo y expansivo que a descentrar al hombre, a malgastarlo, le impide adoptar una unidad de acción, dispersando asi toda energia colectiva y nacional y es en eso en lo que estriba su defecto. En cambio y esa es su cualidadtiende a desarrollar la energia personal. Asi en España, las más grandes cosas se deben exclusivamente al esfuerzo individual, como constante batallar del Cid y sobre todo, en la Conquista y Colonización de América, que la obra de mayor empuje realizada por el hombre.
Por otra parte, debido a su anarquismo y también un poco a la influencia católica, cuyo falso antropismo, al considerar al hombre como una imagen de Dios. lo ha puesto en oposición al resto de los seres creados y, por consiguiente, en actitud hostil frente a la naturaleza, el español entra difícilmente en contacto con el maravilloso acomodo del paisaje. Pereda mismo, que no hizo sino pintar el terruño que lo vio nacer, era completamente insensible a las alegrías que procura la naturaleza. Como Sócrates, los españoles no aman los árboles.
Esa es, sin duda, la razón por la cual España ha carecido de pintores paisajistas y de música descriptiva.
Lo que, si, le interesa al español, es el hombre, el hombre dentro del régimen ritmico de la ciudad. Se diria que su destino es preponderantemente social y antropológico. Mientras en Inglaterra se puede viajar durante horas sin entrar jamás en conversación con el acompañante que le ha deparado el destino, en España, en cuanto el tren se pone en marcha, todo el mundo entra en conversación. El corso o paseo en donde las familias se sientan a lo largo de su gran trario, acaso, Inocencio XI. de que, en recuerde a Dostoiewski y que la obra de Pio Baroja sea frecuentada por revolucionarios rusos, y que hace que don Miguel de Unamuno, tan alimentado de humanismo y de exegesis, no sea en el fondo, con su afán de evadirse de la cultura occidental y con espiritu arbitrario el más arbide Europa sino un anarquista poderoso y genial.
Como todo ser anárquico, el español es excesivamente personal. La Constitución ideal para el pueblo español, sería aquella que, según Ganivet, constase de este solo articulo: Todo ciudadano está autorizado hacer lo que le dé la gana. Los misticos mismos sido, en España, de un individualismo marcado. El sueño de todo español es restar dueño de si aún en el dolor. Yo no he querido ser engañado sino por mí mismo. dice uno de los person personajes del viejo Torres Navarro El español es más personal aún que el inglés, porque mientras éste dice: Nosotros y Dios. el español dice: Yo y Dios. Cuando un francés se encuentra en presencia de un superior, se inclina; cuando es es un alemán, se humilla. El español se yergue. En El Lazarillo de Tormes hay un tipo admirable de hidalgo que prefiere abandonar la ciudad que habita, antes que saludar a otro hidalgo más linajudo que él. No en balde el español fué el único pueblo que, en la Edad Media conservó el derecho de guardar su sombrero en presencia del rey, el cual era el igual y no el la justicia y que consSi Ud. desea un mueble con bellas líneas con escogidas maderas y que le dure, dirijase a la FABRICA DE MUEBLES de Enrique Valle en la Cuesta de Moras Precios los más bajos de plaza Armaduras las mejores y durables