REPERTORIO AMERICANO 103 Dos ejemplos De los papeles inéditos del Sr. em. En junio del anop pasados lo encargó alguna Directora de Escuela en esta ciudad: se escribió; nunca mandaron por él Un costarricense preocupado, de los buenos de Costa Rica, en el exterior, cuando llega el correo de por acá, suele decirle a su esposa: Cuénteme si algo hablan de don Miguel Obregón Echa de menos aquel costarricense la justicia de un elogio, de un homenaje a don Miguel. Casi al final de la vida, ahora le llega de los maestros. Menos mal, habría sido peor que no le llegase. No somos de piedra, no nos son indiferentes los homenajes de nuestros conciudadanos. Es verdad, casi siempre los dejan para después de la muerte; las flores suelen quedarse para los finados, rara vez se las ofrendan a los que todavía viven.
Es un modo de consolarse, y hasta de arrepentirse; pero algo es algo.
Mucho habría que decir de don Miguel Obregón (1. Ya Luis Felipe González, hace años, habló bastante de su obra meritoria. Cuántos lo saben? Ahora andan los maestros pidiendo datos para este homenaje. Nunca es tarde, que los busquen, que los hallen, que los pregonen De don Miguel yo sé algunas cosas, pero tengo que ser breve; pocas palabras piden al respecto para los periódicos de estos días.
Voy a ponerles a los maestros dos ejemplos buenos que les ha dado, y les deja, don Miguel Obregón. Uno de ellos: mantenerse al dia en los estudios. Lo he sabido siempre a don Miguel informándose, buscando los libros recientes; son los de su mayor afición los de astronomía, geografia, matemáticas y los que atañen a escuelas y colegios, y óiganlo, a escuelas y colegios nuevos.
Hay maestros de vanguardia, los hay de retaguardia. Don Miguel sería de los primeros en todo tiempo. Por eso logró hacer lo ¿Se lo agradecerán los maestros?
papel, que asuman su responsabilidad, que a su modo vivan la historia del país. Es bueno pedirle a la vida que ya de viejos, tengamos el tino y la discreción de no estorbarle a la gente nueva, que llega con otras inquietudes, otras ideas, otros ideales y creencias. En este sentido, don Miguel ha manejado con sumo decoro su vejez de lo que sabe de la historia viva de la Educación en este país ¿quién se lo ha recogido? Lástima que ese saber llegue a perderse: es único. Si aquí se acercaran a los hombres egregios los que están creciendo, cogerían buenas lecciones y advertencias. No hay un darse la mano de los mayores a los menores; no hay amistad ni diálogo. Cuánto se pierde con esta desunión! Desunidos, porque los jóvenes no admiran a los viejos, o éstos se muestran desdeñosos de los jóvenes. Don Miguel ha sido siempre acogedor; lo que le ha faltado es un secretario. Cuánto tendría aprendido a estas horas ese secretario!
Lástima que el Reglamento Orgánico que don Miguel generosamente concibió, y consiguió, para maestros de Costa Rica sin que ellos hicieran esfuerzo alguno para obtenerlo, asi tan adelantado como resultó se haya quedado a medias en su cumplimiento. Culpa de los maestros, que por ambicioncillas indebidas, e intrigas para mejorar posiciones, o crearselas ilícitamente, y alentados por los politiqueros al uso, se burlan de aquellos artículos que les estorban. Valdría la pena que en este homenaje a don Miguel, fuera uno de sus números el que se consolidara su obra y su memoria con la constitucionalización, digamos, de la Ley Orgánica del Personal Docente asi ponerla a salvo de abusos.
Prof. don Miguel Obregon Murió el 24 de julio de 1935. Cogerán alguna vez la lección permanente de su vida? el otro ejemplo: Retirarse a tiempo de las filas, dejarle el campo a los más jóvenes; que hagan las cosas, bien o mal, pero que las hagan y rehagan ellos, que desempeñen su que hizo Cuadros de mi aldea Por VICTOR POLAY Envio del autor. Lima, Perú El enganchado monia que habia cogido el pobre peón. El capataz dijo que eran manas. que volvería Enganchado llegó a la hacienda. El so a escaparse y tuvo nuevamente que dormir corro fué de diez soles oro, pero existia el en el cemento húmedo del calabozo.
compromiso de noventa días de trabajo aun Las de la madrugada. Hora de la forque sus jornales pudieran pagar con anticimación Las patadas del guardián descupación dicho socorro. Después de treinta brieron que el cholo cimarrón había muerdias de ruda faera en los potreros de la ha to. las una parihuela arrojó el cadáver cienda canceló su deuda y un saldo a su fa a la huaca más cercana de la hacienda. vor habia. Un telegrama le anunciaba la allá en la humilde choza de la aldea serrana, gravedad de su madre. Lleno de amor filial una pobre madre agonizaba clamando: Hiimploró al capataz para que le permitiera jo, hijo mío, por qué no vienes. volver al hogar en desgracia, pero fué inútil toda súplica y toda promesa.
El potro Al amanecer, al efectuar el recuento de los enganchados faltaba uno. La noticia llegó al capataz. Pidió al administrador del Fué el potro brioso del hijo mayor del pafundo un par de gendarmes, y éstos llegaron trón. En pesebre especial vivió. Enjaezado era con riendas de plata. Las jergas suaves, del distrito vecino. La persecución dió con el prófugo. En el camino una tanda de palos, traídas de la capital, cubrían su lomo sobre luego al calabozo y cuatro baldazos de agua las que descansaba un regio apero inglés. Tepor cimarron. Al día siguiente amaneció nia un peón quien cuidaba de su aseo. hasta una vez en que un pequeño campesino con una fiebre devoradora, pero a foetazos con una débil rama de sauce le asustó, tuvo tuvo que salir a la champeria de la Acequia Alta.
que pagar esta su imprudencia con 24 horas de la tarde. La campana anunció el des de arresto. Todo eran caricias y mimos para canso, pero también anunció la bronconeuDespués, al primogénito del patrón le canSO. Ya estaba disminuyendo su capacidad (i) En estos días se ha publicado un folleto interesante: Don Miguel Obregón Lizano, fundador y or de caballo de primera fila. Fué canjeado por ganizador de Bibliotecas Públicas. Por don Emanuel Aguilar otro más joven. él, el engreído, pasó a manos del mayordomo de la hacienda. Todavia no era tan dura la faena. Las caminatas no eran ahora de lujo, habia que recorrer todos los campos, ocho horas de trabajo y al potrero.
Más tarde, la labor ruda le hizo cojear. Cojeaba y su agilidad habíase calmado. Paso entonces a manos del pastor de ganado. De aqui la viacrucis. Desde las de la madrugada hasta las de la noche: 17 horas caminando y peormente alimentado. Pésima montura y asugaderos de costales le habian hecho una mata de doce pulgadas; pero, así tenia que seguir rindiendo tributo al patrón No había descanso ni domingos ni feriados. Un pencazo brutalmente asestado le vació un ojo. Ahora era cojo, tuerto, matado y viejo.
Cierto dia quiso el pastor hacerle brincar una zanja. No pudo. El cuerpo le venció Dos dias con los huesos rotos, la charca le atoraba y los moscones hacían fiesta con sus heridas Al tercer día expiró Duque. duquesito como le llamaba en un tiempo el niño José.
Un centenar de gallinazos ya tenían alimento para una semana. Lamperos, gañanes, regadores, caporales, mayordomos, pasaban.
El patroncito José también. Con pañuelos huian del hedor. Frente al festin unos reian y otros hoscos y recios miraban. Duque