232 REPERTORIO AMERICANO Dos libros Por ROMULO TOVAR Colaboración. Costa Rica y octubre del 36 Alma Fiori: Nómada. Ediciones del REP. AM. San José de Costa Rica.
En los versos de Alma Fiori lo que se sien te es la nostalgia de un vivir. Ansias de volar. dice ella. Conoció un dia el amor o el Amor, y ya no lo puede olvidar. medida que corren los días, las imágenes de la pasión parecen ganar más en luminosidad real. Se siente el olor de los perfumes, se escuchan los ecos de las canciones, se vuelven a oir las voces sencillas: Se va? exclamo, siempre sonreia. El tiempo vuely a aparecer con su cortejo de emociones.
Hay en los versos de Alma riori maravi.
llosa evocación del tiempo: tiempo y que tanto prestigió su nombre, de recoger con carifio estas ofrendas de arte puro para hacerle honor a los poderes espirituales y sensitivos de nuestra raza. La edición estética en toda su amplitud.
Gonzalo Chacón Trejos. Tradiciones Costarricenses. Editorial Trejos Hnos. San José de Costa Rica. 1936.
ALMA FIORI O A DA Junto al blanco jazmin nos despedimos Yo senti que se estremeció al rumor de los últimos besos que nos dimos.
algunas Todo es un desfile de cosas que pasaron. Lo mismo que se oye en el Cantar: evocación de la cámara de amor, también fragancias inolvidables, días ardientes, y luego el sentimiento trágico de que toda la delicia ha pasado. Locura por volver a revi.
vir la primavera, desesperación y languidez de amor, como dice la Sulamita.
No conozco la afirmación de que el Cantar haya sido escrito por mano de mujer, pero lo que allí se siente es amor de mujer.
Para escribir esos versos inmortales Se necesita alma femenina. La obsesión por la belleza corporea: Nigra sum, sed formosa. su ingenuidad en la rememoración. Exuitabimus et laetabimur iste. la visión agradable de la vida: flores aparuerunt in terra nostra. En los versos de Alma Fiori habla también un corazón de mujer. Sin otra filosofia que la de la desesperación ante el fracaso de un idilio: verdad esa Madera de Max liménez Ediciones del REPERTORIO AMERICANO.
San José de Costa Rica.
1936. Facsímil de la portada)
que al verle senti una vez.
Es la tierna sencillez con que me dijo: Te quiero.
Al recordar una ciudad, también se expresa sin afanes estéticos: Yo quiero ver la tierra, cruzar todos los mares, viajar, ir siempre errante en continuo soñar.
Es na pequeño libro que contiene una colección de pequeñas piezas literarias sobre motivos nacionales. Se deja iniciar por una frase de Eca de Queiroz: Sobre la fuerte desnudez de la Verdad, el manto diáfano de la Fantasía. Está bien elegida la expresión protectora. Vale por una doctrina artistica.
El libro o su autor, como se quiera, estrel a ese propósito: las piezas sodescriptivas de hechos reales, muy humildes varios de ellos, sin afán de mucha tras.
cendencia los más, iluminados por luz evocadora de fantasia. El autor quiere darnos una sersacion del tiempo. No es de lo más fácil. No todos tienen éxito en ello. Se necesita para hacer sensible el sentido histórico de la vida fortísima emoción. Pero es un terreno literario al cual se acogen muy exqui. itos temperamentos. Flaubert lo hizo en Francir. Tuvo éxito? Larreta lo ha hecho in America. Lo ha hecho bien? Pero el género es mucho más delicado cuando en lo que se quiere reconstruir es la vida, con su realidad. Mucha da realidad es contradictoria: en un suceso serio aparentemente serio, hay una nota humoristica que debe interpretarse con finuru, Ya sabemos que el maestro de esto fué Ricardo Palma.
Nuestro escritor no es indiferente a estas dificultades y se empeña en satisfacerlas. El primer cuento: Un gran susto de don Braulio es una curiosa página. Este bien conservada la anécdota y la pieza misma es rica en evocaciones de cosas pasadas.
Nos ofrece, también, detalles de la personalidad discutida de Carrillo. Nos hace sentir una de nuestras virtudes o debilidades: el olvido de los sufrimientos. Pero la anécdota estalla como un juego de bengalas cuando don Braulio es victima de la custo mayúsculo con motivo de la explosión de un petardo. Don Braulio sufria el miedo de los que mandan, aunque el mismo no lo creyese.
Hay en el libro una paginita que podriamos llamar preciosidad. Está llena de luces como en una fiesta: se llama La Nochebue.
na en San José. Es tan poca cosa y sin embargo, en verdad es profundamente emotiva: las casas humildemente iluminadas o adornadas con linternas de colores.
na linterna de vidrios es una compañera de nuestra gente antigua: brillaba con luz mágica en la oscuridad de las noches urbanas; servia de estrella en las manos de nuestros campesinos cuando se aventuraban en cus largos viajes al mar o a sus campos de sembrar. En la noche de las emociones, nos ha ce sentir dulce de un recuerdo antiguo y podemos ver un paisaje de negro y oro como las lacas japonesa.
La página Meditación sobre las ruinas de la Parroquia de Cartago, contiene un esfuerzo del escritor por sorprender en su imiaginación lo que fue la vieja ciudad: En nuestra fantasia, la antigua ciudad se yer(Pasa a la página 239)
Al irme de aqui dejo sepultado mi ayer, un sueño perdido, mis primeros cantares, y quiero irme muy lejos, cruzar extraños mares y no siento siquiera gran ansia de volver.
El verso es ligero como encajes, luminoSo como dias de primavera, deleitable como fruta madura. No hay en ella la coqueteria de la forma; tal vez esto se sorprende en otras mujeres escritoras de nuestro tiempo. La limpidez de su estilo es una trascendencia de la admiración consciente de su propia belleza en lo interior, los versos surgen como flores. Alma de Flores. En ella se realiza, así, el principio antiguo: el estilo no es la mujer. Pero en ella, artista, es sinceridad o revelación. Cuenta sus recuerdos como en la intimidad de una confesión, evoca hechos, palabras, sensaciones reales. cuando sueña, no se deja levorar por la fantasia.
El amor intensamente vivido y dominador es el secreto también de su admiración por la naturaleza: mar, cielo, luceros o estrella, flores, generalmente jazmines y rosas blancas, todo eso es el cortejo de bienes supremos que concentran su deseo.
Ella ama. No todo libro de amor es amor.
No es la imagen de un amor ideal lo que ella da. Es el amor legitimamente sentido y vivido. No es por un Principe Azul que ella se atormenta. Es por un hombre. En esto puede ser hasta algo más que lo sencillo, pero es lo verdadero: Esto es lo que le deja la experiencia sensitiva: el ansia de vagar por el mundo.
También esto deja como impresión final el libro de versos, más que de versos, canciones, de Alma Fiori: una sutil inquietud de vagar por el mundo buscando un amor perdido. Tal vez la tragedia dolorosa de muchas almas es eso mismo: vivir de recuerdos en ansia de renovar una realidad que fue surprendida en un instante y que se apagó como una misteriosa luz.
el estilo, es ores. La bueCallados, tristes casi, en la dulce penumbra flota un perfume vago reviviendo el ayer, un rayo de la luna con luz de plata alumbra todo aquello que evoca lo que no ha de volver.
Esta situación tiene sentido en las prirutivas religiones de la Naturaleza: en la Leyenda de Lohengrin, como antes en la Leyenda de Psiquis.
He procurado reproducir versos de Alma Fiori, porque el maravilloso secreto de su virtud está en leerlos. Que es amor? Para mi es un extraño sentimiento, un leve estremecimiento Es justo decir que el señor Garcia Monge, al editar esta obra, sigue manteniéndose fiel a la misión que se impuso hace mucho