242 REPERTORIO AMERICANO Com abo del maravillas, establo, obras de el consejo de no pleitear ni de perfecta, ni más divina que esta tes en oración. Pues qué diré jimos, y de aquella paciencia fender la capa por términos de manera de consejos. Dónde pu de aquella su arden isina can inexpugnable en los trabajos, y justicia, por no perder la caridad do venir esta perfección al mun dad, de aquella perfectísima obe de aquella tan encendida sed y con el prójimo y la paz de la con do, sino de la policia del cielo? ciencia hasta la muerte, de aque deseo de la gloria de Diss y de la ciencia: el consejo de no resistir ¿Y quién podía tener osadía para lla fidelidad para con e! Padre, salud de los hombres?
a los malos y perseguidores, sino aconsejar estas cosas a los hom de aquel amor para con los próestar aparejado para dar el un bres sino quien tenía también carriilo a quien os hiriere en el poder para dar el Espiritu Santo otro: el consejo de hacer bien a y hacer de los hombres ángeles?
De los trabajos del Salvador los que mal nos hacen, y deer ¿Por ventura, dice Dios a Job, sa Mas ¡cuán mal supo, Señor, co que mandemos que venga fuego bien de los que dicen mal, y rogar brás tú como yo la orden del cielo, nocer el mundo el resplendor de del cielo que los queme? el sepor ellos, que es como un trasia y podrás poner la razón de ella estos ejemplos y doctrina tan ad for de los angeles con inestimado de aquella infinita bondad y en la tierra? Sólo aquel Señor de mirable! No hay cosa más alegre ble suavidad y mansedumbre res largueza de Dios, el cual hace sa los cielos pudo saber esto, y sólo ni más visible que la luz: mas si pondió: No sabéis cuál sea el eslir su sol sobre buenos y malos, él fué poderoso para bajar el cie la luz es muy clara, y los ojos espíritu que mora en vuestras y llueve sobre justos y pecado. lo a la tierra y subir la tierra al están enfermos, no hay cosa para ánimas, pues eso decís. El hijo res: el consejo de la continua y cielo, haciendo que los hombres ellos menos visible y más abohombre no vino destruir Pues así acase: a es perpetua oración, del nunca ju pudiesen en su manera imitar la rrecible.
ánimas, sino salvarlas. De esrar ni por un cabello de la cabe pureza y perfección de los ánge tos malaventurados, que como ta manera pues anduvo el Salza, y del negar a sí mismo y su les Esta es pues la perfección enfermaron con la meriicina asi vador en este mundo, peregripropia voluntad, y tomar su cruz de la vida evangélica, que trajo se cegaron con la luz. Haciades nando en su propia morada. De cada dia, y seguir a Cristo, y de al mundo el Hijo de Dios de la y decían que érades cuya peregrinación se maravillajar padre y madre y todas las co tierra de donde vino, que era el hechicero: alanzábades los de ba el Profeta, cuando decía. Por sas y a sí mismo por su amor. cielo.
monios, y decian que érades en qué, Señor, has de ser como pere.
Pues ¿qué cosa más alta, ni más demoniado; reprendiades los vi grino en la tierra, y como camicios, y tenianos por alborotador nante que anda a buscar posada De las virtudes y ejemplos del Salvador de pueblos: recebiades a los pe donde repose?
cadores, y teníanos por uno de siendo tantos los caminos, no porque no pienses que esto misericordioso que aquel que co ellos: comiades con los publica leemos que jamás el Salvador caes sólo decir y no hacer, considera rrió toda aquella tierra de Judea, nos por sanarlos, y tenianos por minase a caballo, excepto aquella luego cuánto más resplandecen sanando todos los atormentados comedor y bebedor de vino: pre vez que entró en Jerusalem, sino estas mismas virtudes en los del demonio, alumbrando los cie dicábades con espirita y fervor siempre a pie, y no sólo a pie, sino ejemplos que en las palabras del gos, sanando los cojos, alimpia maravilloso, y decian on: érades también descalzo, como muchos Salvador. Si no, dime. qué tan do los leprosos, curando los pare sandio. Vos haciades con quien piadosos autores lo dicen. Porque pobre fué aquel que nació en un líticos, resucitando los muertos, érades, ellos hacían como quien mandando el sus discípulos que y fué reclinado en un y ejercitando todas las eran Por eso no os indignaba fueser descalzos a predicar, no pesebre, y pudo con verdad decir misericordia con tanto trabajo sui des, prudentisimo Señor, antes de creer que el anduviese calaquellas palabras: Las raposas tie yo y con tan poco agradecimiento mucho más os compad: iodes de zado. que esto se deba entennen cuevas, y las aves del aire ni del mundo. Qué tan limpio fus ellos, porque sabíades muy bien der a la letra, parece claro por lo dos, y el hijo del hombre no tie aquel que recibiendo en sí las cuánta sea la ceguedad del mun que al tiempo de la pasión les prene sobre qué reclinar su cabeza? deudas y máculas de todos los do, y cuán deñada quedó la na guntó diciendo. Cuándo os enPues que mayor pobreza que ser cados del mundo, quedó tan lin turaleza humana por el pecado. vié sin alforjas y sin zapatos, por más pobre que los pájaros y que pio y tan hermoso como estaba Pues demás de estas infamias y ventura faltóos algo? ellos res.
los animales del campo? si por de antes. Qué tan pacífico fué titulos ignominiosos. quién po pondieron que no. De donde paesta pobreza de espiritu se entien aquel que sólo hizo paz entre cie drá explicar los trabajos que es rece que no preguntaba aquí por de la humildad (como algunos los y tierra, entre Dios y los te Señor padeció buscando como alforjas ni por zapatos espirituadoctores entienden) iquién más hombres, entre judíos y gentiles, buen pastor la oveja perdida por les sino materiales. Asimismo humilde que aquel que siendo quebrando todas las iras y furias montes y valles, para traerla al cuando la santa Magdalena lavo Dios y Señor de los Angeles, vino de todas estas enemistades en su prisco sobre sus hombros? Que sus pies con lágrimas, y los enjua decir aquellas palabras: Yo soy propia carne. Qué tanto pade. de caminos echó para esto, qué gó con sus cabellos, y ungió con gusano y no hombre, oprobio de cio por la justicia aquel cuya de ayunos, qué de per nacio ungüento, de creer es que no halos hombres y mun muerte y cuya viðs fué toda una nes, caminando de castillo en cas lló allí zapatos que desatase y do. Quién más manso que aquél perpetua cruz por la obediencia, llo, de ciudad en ciudad, de pro descalzase. Pues ¿qué padeceria que por eso es llamado en las Es y por la gloria del Padre, y por vincia en provincia! Qué aldea un tan delicado cuerpo en tantos crituras cordero, y testificado con la predicación de su doctrina? hubo tan pobre que no quedase y tan trabajosos caminos, y con figura de paloma, por la incom Pues entrando por los otros bonrada y esclarecida con su pre tan pobre aparejo y provisión paprensible mansedumbre de su vi consejos. quién así dejó de ll sencia, y donde no amaneciese es ra caminar Encarece el Apósda. Quién derramó más lágr. tigar como aquel que acusado ar Le nuevo Sol de justicia, y donds tol los trabajos de sus caminos en mas que aquel que se obligó te el juez con tantos falsos tes no dejase rastro y memocia una epistola, muchos de los cuallorar y entristecerse por todos timortios, no abrió su boca ni sus virtudes? Pues ¡cuántas ne les padeceria el Salvador en los los pecados del mundo. Quién respondió palabra, tanto, que el cesidades padeceria en estos ca caminos, como los padecían sus tuvo mayor hambre y sed de ju mismo juez estaba espantado de minos, cuánta pobreza cuántas discipulos, porque quién quiso ticia que aquel que por poner es tan gran silencio entre tantas acu contradicciones, cuántas injurias, padecer más trabajosa muerte ta justicia en la tierra, echó tan saciones. Quién así dejó de re cuánta hambre, sed, fro y calor, que ellos, no había de buscar vitos caminos, padeció tantos tra sistir a los malos como aquel de con todo lo demás que en los ca da más regalada que ellos.
bajos, sufrió tantas contradiccio quien dice el Profeta que así co minos suelen los pobres caminan Pues de las deshonras y persenes, y derramó toda su sangre mo oveja seria llevado a la mer tes padecer! Testigos son de es cuciones que padeció. qué dire?
en una cruz. Quién tuvo mayor te, y así como cordero delante de lo los discípulos, que de pura En unas partes (como ya dijihambre y sed de justicia que quien le trasquila, enmudeceria hambre estrujaban las espigas mos lo querían prender, en otras aquel que ni con todas las aguas y no abriría su boca. Quién tan aun en dia de sábado para co apedrear, en otras despeñar, en de la pasión pudo apagar esta fielmente cumplió el consejo de mer. Testigos los de Cafarnaum otras atar como a furioso, y en sed, cuyas entrañas estaban abra amar los enemigos com aquel que una vez lo quisie. cn despe otras lo echaron de su sinagoga sadas con el deseo y celo de la que la primera palabra que hab15 nar, y los de Judea, que tantas y público ayuntamiento. Pues de honra de Dios y de la hermosura en la cruz, fué rogar al Padre por veces le quisieron prender y ape qué te quejas tů, hermano, si el de su casa. Quién más misericor ellos, y quien la misma sangre que drar. Testigos los Genesarenos y mundo usa contigo de su acostumdioso que aquel a quien la mise alli derramó, derramó también también los Samaritanos, que en brado oficio, y te hace malos traricordia hizo tomar sobre si to por ellos. Qué tan ocupado anda su tierra no le qusieron recibir ni tamientos, pues asi los hizo al das las miserias de los hombres, ba en oración el que gastaba los hospedar. Donde, como los dis misme Hijo de Dios. Cómo quiepara que por este medio fuesen dias con los prójimos, y pasaba cipulos con celo sin discreción res que tenga ley con los siervos, todos libres de ellas. Quién más las noches de claro po: los mon le preguntasen: Señor, queréis pues no la tuvo con su Señor? Si de