98 REPERTORIO AMERICANO fatalista Historias baladies rando la obra capital de Cervantes? Repasamos in el Quijote. Don Quijote y Sancho son nom. Con qué ganni devora el huncalito de shu.
mente la literatura francesa y no lo aperci brados en el libro de Diderot. El caballero co!
bimos con claridad. No lo apercibimos? y su criado, Santiago, se enredan en frecuen Me voy. No deseo ver más.
Existe un libro francés eserito por el litera. tes pelamesas, como Don Quijote y Sancho to más personal del siglo xvi. En ese libro, Sancho lleva siempre consigo su bota de buen El comentario risueño se lo dejo a Ud. sevino, y Santiago no se aparta de su gourde un caballero y su criado divagan por los ca.
nor feliz minos. Toda la obra consiste en el diálogo remplie du meilleur. o sea de lo caro. En una 1935 que amo y crindo mantienen. Nuostro Qui. venta reune Cervantes inopinndamente a perjote es una víctima de la fatalidad. Se sonajes suyos. En otra venta congrega Diderot El perro sarnoso de la Avenida tiago, el personaje de Diderot, es un fatalis.
a diversos personajes de la novela y pinta esta. Diderot nombra en su obra Santiago el cenas tan curiosas como las del Quijote al ingles Sterne. Los críticos, a Tengo un amigo, mi mejor nimigo entre los Un curioso impertinente da motivo a Cervanpropósito de esta obra, nombran también a tes para injerir en la novela una primorosa humildes: un perrito sarnoso de color indeSterne Pero presumimos que lo subconscienfinido y mirada inexpresiva. No mira nunnarración. Una curiosa impertinente, la te de Diderot iba por otro camino. Decia el ca a lo alto, no besa nunca a ningún perro, nora La Pommeraye, ofrece a Diderot matemaestro Montaigne: La memoire nous reno va jamás tras ningún amo. Le place ras.
ria para una narración maravillosa. Todo el carse ahi, frente al estanco número 19.
presente, non pas ce que nous choisissons, ambiente, Anfin, en la obra de Diderot acu.
mais ce qui lui plait La memoria no retes le pegaban los bolos, y él, sin quejas, sin sa, no imitación directa o trasunto fiel, sino presenta a Diderot lo que él habia escogido, enseñar los dientes, ibase despacio, embebiuna lejana, ideal y bella resonancia de nues do en sino lo que le placia a la misma memoria. Lo en cazar los enemigos invisibles que lo destro gran libro.
que le placia a la memoria, en este caso, era pellejan. Ahora ni los bolos le hacen el honor de castigarlo Porque no tiene amigos ni entre los hom.
bres ni entre los perros: porque no tiene ho.
gar ni amos; porque tiene valor de lucir sus llagas en la calle mas alegre, por eso lo ad.
Por FRANCISCO LUARCA miro yo. El no lo sabe, ni jamás se lo diré.
El perro liberado lo llamo Esto no se ve to Envio del autor, Santa Ana, El Salvador, Julio de 1936 dos los días. El perro, imagen de la más ruin Un perro que no tiene nada de humano servilidad, Hora cuando no lo castigan. Mi amigo, el perro sarnoso, desprecia a los hom.
La jauría se lanzó furiosa tras el perro Ella es madre, tiene un hijo en los brazos, bres de modo tal, que ni los dientes les en sarnoso.
y una pena en el alma. Todo ello le pesa deseña cuando lo golpean.
El perro sarnoso corrió desesperado y llo. masiado, y se puede caer.
Odio yo a los perros, mas a los pollones Mira la madre joven jugar a las niñas ale. que miran y ladran insolentes desde el bal.
Un chicuelo desmedrado azuzó a la jauria: gres. Cuándo podrá ella volver a ser feliz cón del amo.
otro lanzó un certero guijarro al perseguido. como esas niñas? este perro sarnoso lo respeto de veras.
No habia dónde librarse.
Alegre la maternidad. Alegre. El perro sarnoso ganó terreno, gracias al Prueba, esa joven que ya perdió hasta el Aprende, mendigo infeliz, a lucir tus mi.
inesperado encuentro en la esquina de la derecho de jugar.
serias. No llores ni pidas nunca nada. Come 1938.
desperdicios en el cajón de la basura y quéjauria con un auto Mas dos perros uno grande, chico el date a bañarte en sol en la Avenida alegre otro le dieron alcance al fugitivo que, fadonde insultan al hombre ios carros lujosos, La prostituta tigado, tembloroso, hecho un ovillo, parecía 1938, dispuesto a dejarse matar.
Usted no ha sufrido jamás el hambre en aqui lo prodigioso: el perro grande olio un amanecer lluvioso. El hambre del amo.
a su victima sin hacerle daño alguno, y cuan.
Por hacer caridad do los demás perseguidores creyeron saciar necer es el hambre más terrible de todas las hambres. Si llueve, el hambre del amanecer su injusta sain, el generosoles mostró los La situación económica. Grito obliSe hace más cruel todavia. El hambre de la colmillos, como diciéndoles: Yo defiendo a gado emoción pura. de los hidalgos señomañana es empujado por el hambre de la este infeliz.
res, de los dueños de feudos.
noche. Son dos enemigos que atacan a la vez.
Senti ganas de exclamar: No hay dinero. No hay maiz. No hay fri.
Imagine entonces el dolor de esa casi niña Gracias, hermano can.
joles.
que hoy a las siete. recién salido el sol Pobres hidalgos que hoy son hidalgos poJunio, 1952 bailaba con el bolo trasnochado.
Música triste: un tango: pareja triste: un Del ayer bonancible apenas les quedan las bolo y una puta; mañana más triste aún, con Salto mal la cuerda hipotecas de diez finquitas, unos miles de colluvia y frio.
lones en los Bancos, otros miles de miles en Ha llegado temprano a la cantina la mu.
En la pavimentada seis niñas alegres salalgún rincón de la casa; las tierras anchas, jer del fango. Mal domingo ayer. Bajaron los tan cuerda. Son pobres, pero están dichosas y ancho corazón abierto al bien. Cierran los campesinos, bebieron poco, la estrujaron mu.
hoy. Sonrie la tarde mirándolas, y hasta ima.
feudos de los hidalgos pobres, el espigado cho a ella con caricias bestiales, pero no la gino que el trino claro de las chiltotas en el alambre cruel, la ortiga brava, cerrado pimercaron. No ganó ayer ni para el desayuno vecino mango es por las niñas felices.
nal, spinudo y erizado matial. Feudos ad de hoy, por eso ha madrugado a bailar.
Ve jugar a las niñas una joven madre.
No hay trasnochador que la compre.
quiridos por la via noble: sin robar, sin maEse tar, sin dejar a nadie la miseria 17 años a lo más.
infeliz no tiene dinero. El desgraciado aguarEl hijo es enfermo. Pero hoy no quiero Hidalgos admirables! Señores de leyendecir nada del niño. Me interesa la madre. da el loteriazo de un trago regalado. Mien da! Cerrado el feudo, pero abierto, como el tras, baila con la infeliz roida por el hambre.
Joven, dije 17 años. Parece, empero, de cielo, como el amor, el corazón, hasta llegar Miro la escena Aunque voy a clase, me más. El hambre, la pena del embarazo, los al sacrificio latigazos de la madre en el cuerpo, los del clava en la calle la pena de la mujer que Oigamos, por si hubiese un incrédulo: mal amante en el corazón, los de los vecinos busca en la nada el milagro de tres centavos, Don Eustacio, el de allá arriba (el de por Con tan poco seria dichosa!
viejas y malas en el alma, le echaron más la aldea) está rozando la montañeja de las De repente se dirige a donde la shuquera años encima maderas duras. Un sacrificio por amor a sus Breve historia: saltaba cuerda en el patio y con voz suplicante y quebrada le implo.
ra bebida. La otra hace un gesto desdeñoso.
viejos mozos.
del mesón, ibase de vez en vez a chillar a De Aurelio se acordó (bueno el anciano hiia calle, salia a vender chucherías, La puta vuelve a pedir.
una dalgo) y le ofreció trabajo.
tarde no alegre como ésta, sino lluviosa Tengo hambre. Anoche no cené. Deme Por ayudarte, Aurelio. Estas enfermo, no saltó bien la cuerda de invida, cayó.
algo de beber.
ciego casi. En otra casa no te dan oficio.
y concibió un hijo.
La vendedora esta vez con gesto mater. Dios se lo pague, don Eustacio. No hoy por qué, Aurelio. Un servicio a Hoy sólo mira saltar a los niños alegres. nal da de beber a la prostituta.
bres!
en