Guerrilleros

REPERTORIO AMERICANO 275 mente a todo lo contrario. Porque ya se sabe que allí donde el movimiento revolucionario no tiene crecidas, no las tiene, tampoco, el movimiento de represión. viceversa.
Conoce uab. en todo sentido tuvo sin embargo consecuencias definitivas y a fortunadas para la Nueva Granada. La letra y el espiritu de las leyes predominaron sobre los guerrilleros de fortuna y esa oportunidad insospechada por los contemporáneos, dió origen al sentimiento valeroso y orgul oso del civilismo granadino.
Bolivar después de su derrota y retiro de la presidencia, supo medir con exactitud las exigencias de su dificil situación Adivinaba muy bien el rumbo peligroso y fatal chueño de los destinos de Colombia, esa Colombia de sus sueños ahora en manos de un caballero incompetente e inhábil, pero la suerte implacable arremetia contra el y su obra. Un mundo nuevo se presentaba ante sus ojos cansados y la noción de la importancia histórica de su vida habia reemplazado a la mezquina ambición de gobernar. Es seguro que sus genera es, incapaces de analizar esa evolución de su espiritu, le juzgaron como ellos mismos eran: pero es suponer también, que ya no estaba para ocuparse de minucias, un hombre como él, dueño y señor del escenario histórico Habia cumplido su obra emancipadora.
La organización de las agrupaciones indoespañolas todavía mal definidas. correspondía de hecho y de derecho a la generación siguiente; menos preparada tal vez que la anterior para el desempeño de su misión histórica, pero en todo caso dueña del campo Eli ei retrato de Boliver que pintó Espinosa por aquel entonces la boca, la mirada, las manos y la pequeña contracción de los labios, descubren con claridad su pensamiento La ligera crispación de los nervios faciales nos permite adivinar la lucha del cerebro enfermo, sus desilusiones, sus ambiciones, su fastidio mortal a toda empresa y reforma su pereza mental a contestar ataques y devolver ofensas. Si fuere posible la materialización de ese dolor inmaterial. podría verse integro el sentimiento profundo de desencanto, de disgusto. de fastidio, convertidos en ángeles tutelares de los últimos meses de una vida en derrota El de mayo de 1830 abandonó a Bogotá Por el camel ón de Occidente, rodeado de escolta oficial, atravesó la Sabana que en las horas de la mañana, aún cubierta por la niebla, presenta en su horizonte desteñido y gris la melancolia de una raza vencida. Hundido sobre el lomo del caballo que a buen paso recorria el sendero recortado por tapiales y lagunas, el genio militar perdia la única batalla que bien hubiera querido ganar. En camino hacia la costa atlántica, enfermo de amor, de amargura.
de desdén y de inconfesable antipatia, heTido hasta la medula por el recuerdo punzante de un pasado perdido, escribia a Manuelita Sáenz: Voy lleno de pena por tu aflicción y la mia por nuestra separación Amor mio, mucho te amo. pero más te amaré si tienes ahora más que nunca, mucho juicio. Cuidado con lo que haces, pues si no, nos pierdes a ambos, perdiéndote a ti. 2)
Urdaneta en el Centro, Montilla en Cartagena. Páez en Caracas, Obando en el Cauca, Flórez en el Sur. En Venezuela, genera es coroneles y tropa mulata; en la Nueva Granada, pasquines y un dictador de opereta; en Popayán, el Cuarto Estado y en Quito, Juancho Flórez. Tal era el resultado de la decadencia boliviana. Un mundo se iba, otro llegaba. HUASIPUNGO Pero, sea como fuere, tenga o no crecidas, existe en el Ecuador un movimiento revolucionario, que es lo importante. De otra manera, no podría concebirse la aparición de una novela como Huasipungo. en la cual está retratada, con tintas poderosas, la tragedia del indio ecuatoriano, y clavada la protesta agria, dura, altanera y terrible. No es exagerado el juicio que sobre este libro escribió Pablo de la Torriente Brau, y que nosotros dimos en reciente edición de esta revista. es que Jorge Icaza ha vivido junto al indio de su tierra; conoce sus dolores, sus miserias, su esclavitud, su agonia.
todo eso y conoce, de cerca, al gringo voraz y al terrateniente nativo traidor y sin escrúpulos. como es escritor con verdadero sentido de su responsabilidad por lo cual su pluma es herramienta al servicio de su tierra oprimida denuncia el gran crimen. lo denuncia con todos los acentos de su voz formidable, en cuyos registros, cargados de crudezas, crudezas que no puede evitar ningún narrador honrado también está envuelta la denuncia de otros pueblos de América. Si; porque Alfonso Pereira y Mr. Chapy no viven solamente en el Ecuador, lamente en el Ecuador existe la del hombre por el hombre. xplotación ma forma en que está de un en la mis Huasipungo. ese ey scrita por Icaza en diversos países plotación la tenemos en e Hispanoamérica, merced a que no han desaparecido de los mismos los signos. conómicos que la engendraron. Sin eroargo, la realidad que vive el Ecuador con sus indios, presenta, a mi juicio, cuadros más sombrios 80s آه Dos novelas ecuatoria nas recargamiento de pesadillas, ese golpear, conPor MANUEL NAVARRO LUNA Envío de Juan Marinello. La Habana. Abril de 1936.
El movimiento literario que, de un tiempo novela con las mismas bases sustentadas en a esta fecha, viene produciéndose en el Ecua ese que ha celebrado el Ecuador; y menos dor, es, en realidad, sorprendente. Ejemplar fácil imposible, podría decirse que el preen América. De ahí que uno se explique el mio nacional se le otorgase a una novela de triunfo de Jorge Icaza en el Concurso Nacio indole clasista, descarnada y áspera, como nal de Novela, celebrado en Quito el mes de En las calles. Sobran las razones. Pero en agosto del año pasado. Porque si no existie otra oportunidad, que no ha de faltarme, volra el movimiento literario a que se alude, veré sobre ellas. Tal vez entonces me será dificilmente Jorge Icaza hubiese podido dar posible, con mayor información de la que nos la obra, plena y firme, que ya nos ha ahora poseo respecto del ritmo revolucionadado, y más dificilmente habría podido ob rio del Ecuador, referirme al sintoma que tener el Premio Nacional con su novela En dejo subrayado. lo mejor ojalá que no! las calles.
Cierto que el jurado para atri tenga que decir que él no se debe al ascenso buir ese premio lo designó el Grupo Améri revolucionario de aquel pueblo, sino precisaca y que estuvo integrado por Benjamin Carrión. Pio Jaramillo Alvarado, Gonzalo Es(2) Lecuna: Cartas del Libertador. Tomo IX, 268.
cudero y Alfredo Martinez; cierto que no podía esperarse, tratándose de un Jurado como éste, un veredicto sin limpieza, a pesar de lo que, en El Quijete. todavia sigue opinando el Caballero del Verde Gabán alrededor de estos torneos. Pero es que la designación hecha por el Grupo América, la propia existenABOGADO NOTARIO cia de este Grupo en el Ecuador, y, también, OFICINA: el fallo recaído en el Concurso Nacional alli celebrado, no hacen más que confirmar lo 50 varas al Oeste de la Tesorería que he señalado. En cualquier otra repúblide la Junta de Caridad.
ca de América todavía se me ocurre poner a la nuestra de ejemplo no seria muy fácil TELEFONO 4184 APARTADO 338 la celebración de un concurso nacional de tinuo y terco, de negruras que encontramos en las páginas de Icaza. Porque éste no inventa, sino narra. Narra lo que está en su contorno, lo que le es circundante. Los días cinco, seis y siete de noviembre próximo pasado, se efectuó en Quito la Conferencia de Cabecillas Indios. Concurrieron treinta y cuatro representantes de sindicatos, comunas, anejos y pueblos de indios. en esa Conferencia se redactó una exposición para el Presidente de República, con las peticiones de rigor, la cual está expresada, de modo fidelisimo, la situación en que viven los indios del Ecuador. Muchas de las cosas que Icaza nos dice en su novela Huasipungo. las encontramos, virilmente ratificadas, en la exposición aludida. El cura, el teniente político, el gamonal de aldea, el usurero, el tinterillo y el mal abogado, a más del latifundista extranjero y del terrateniente nativo, se han echado sobre la carne del indio ecuatoriano para despedazarla. De tal manera, que hasta los diezmos y primicias que fueron suprimidos en tiempos del Presidente Flores; los impuestos prediales que abolió el General Alfaro, tiene que pagarlos ¡todavía. la indiada miserable. que sufrir itodavía! castigos atroces en las haciendas. En la de Don Alfonso en esta gran novela de Icaza cuando muere el ganado el patrunlo enterrar en un hoyo profundo; pero no se lo regala al indio hambriento que lo pide. Porque los longos no deben probar jamás una miga de carne. Sin OCTAVIO JIMENEZ