386 REPERTORIO AMERICANO Pablo Zelaya, pintor hondureño Por FRANCISCO LUARCA Envio del autor. Peralta, Costa Rica, mayo de 1937 dejan dió alas Algunas vidas humanas son coHa descansado el romero, les mo las exhalaciones: pasan veloces, dice adiós a los viejos, les dice a iluminan al mundo y en la diós a los niños, y acompañado retina el fulgor de su belleza.
por un mocetón fornido, anda vaFué así Pablo Zelaya, pintor rias leguas.
hondureño. Vino al mundo, actuó Adiós, Zelaya. Siga esa via hasen él de prisa y se volvió mny ta llegar a las sierras. Por allá le presto.
darán lo demás.
Anda Zelaya semana tras sema.
En su Hondura mantañosa na. Dibuja niños, dibuja ancia nos y así gana comida y afectos Al rumor de las selvas hon grandes.
dureñas se durmió el niño so.
Para la gente de la montaña ñando con celajes. Amó cuanto no existe Honduras como Repú fué luz y lo embriagaba el arce blica extraña. Hay una tierra an.
iris cha, ilímite, que se mete hacia el La escuela primaria. Pues le Norte, y en la tierra de allá, herdió algo: el derecho de estarse manos que viajan y a quienes se quieto, frente a la ventana, ensi.
les da de comer en la mesa. Fron mismado. Una maestra lo quiso teras, naciones? No existen para mucho y lo dejó en libertad de esas gentes patriarcales que saben sonar dar dos veces: alimento y afectos.
Mientras ella daba clase, el ni Zelaya no fué hondureño en las ño miraba las cosas de afuera. AI montañas de Nicaragua: fué ur salir de clase la maestra lo abraza.
hermano escapado del hogar.
ba, en premio de su desatención.
niño grande que en la montaña ¿Quién será esa mujer sabia que le dibujaba ancianos.
artista en ciernes? Por.
Pasó Granada, pasó Managua, que el niño estudiaba, aunque pasó Masaya?
Tal vez si: tal vez no pareciera indiferente. Estudiaba las Pablo Zelaya en su estudio de Madrid cosas de afuera, las que no son (1922)
Aquellos eran días felices: los de aula muerta.
artistas no usaban pasaporte ni Un día un rapazuelo llevó u.
cédula de identidad.
recordando a Julio César: mis Más dentro en las montañas Zelaya pasó a pie rumbo al na caja de pinturas y unos pince años Alejandro babía conquista.
les. Zelaya, el niño silencioso, el do un mundo. Hizo planes im.
Dije mal cuando afirmé que Sur.
de parco hablar, miraba aquello posibles, sin hallar la mina de oro guardó una carpeta, unas cartuli Anduvo, anduvo, anduvo.
con hambre de posesión.
con Lo vió pasar La Cruz.
el dual llegar a Costa Rica nas, lápices y crayones.
Aquí se inicia el pintor. Desde Hay hombres raros. Zelaya era En las selvas nicaragüenses haLo vió pasar Santa Rosa.
este día no descansará hasta haber de ésos. Si necesitan andar, en vez lló forma pintoresca de alimen.
Lo abrazo Liberia pinceles y cajas de pinturas. de pensarlo mucho, actúan sin tarse. No robó, no gaño, no y por ahí se quedó Zelaya equipaje se echan a pie a los camendigó. Era muy hondureño de meses.
En la Normal de Comayagüela minos, en romería a donde los lla los de cepa noble y no debía aba Fué maestro de escuela. Buen ma la diosa Belleza.
jarse él, que era señor de sueños maestro de escuela, esforzado, es. Es sueño mío, o fué maestro altos.
tudioso, comprensivo normal Zelaya. Cuando?
Un ranchito halló en el cora Estaba cerca. Era preciso andar En todo caso hagámoslo nos.
y llegar. Anduvo, se metió en el zón de la montaña. En el ranchiotros nosmalista. No sabemos de Una mañana.
to unos viejos y unos niños. Ze ferrocarril del Pacífico, se bajó en Leyes y bien podemos darle niños ¿Hacia dónde? tierras in. laya dibujó al más pequeñín y San José, y antes de buscar hospara que los vuelva locos, el que cógnitas.
dulcemente le la pedaje fué a conocer la Escuela de es tan soñador. Anduvo, anduvo, anduvo. abuela: Mire al niño. Lo he di En la Normal se perfilaba más pie, en senderos no sabidos bujado para que le guarde cerca Esta es dijo al fin he lleel artista y aunque Hondu. de las geografias. En los bolsillos, del Señor San José. Los niños gado!
ras le sabia estrecha, Francia es. pocas monedas; en el alma la de son sagrados. verdad, señora?
Lo demás puede narrarlo don taba lejos, y un pobre, más si es de llegar. Para qué más? No oye la anciana. Mira a su Tomás Povedano, que noblemenmaestro y artista, no puede am. Anduvo, anduvo, anduvo. nieto y sonríe.
te ayudó mucho a Zelaya.
bicionar el derecho de estudiar en Traspuso una montaña, otra Se ha ganado Zelaya. DorDe día trabajó en una oficina una escuela de bellas artes euro montaña: un collado otro co mirá bien y cenará mejor. Oirá el artista, De noche realizaba su pea.
un río y otro río. Lo que las narraciones del anciano y a su gran ilusión de estudiar maron desvelaron los Una alumna refiere esta anécvez el Una revista se lo refirió frios lo el pintor dirá el por qué de necia. su peregrinaje.
dota: llegó alegre el señor PoveNo cedía el hombre. Deseaba lle Pero antes veámoslo haciendo dano, llegó alegre y y habló: Van Zelaya sabía cosas Costa Ri. gar a a Costa Rica.
llegaría!
iy retratos. Uno, dos. los niños a conocer un joven excelenca: de La Sabana, de Juan San No supo cuando pisó la línea el anciano, la anciana.
tísimo, un artista verdadero.
tamaría. Sabía ríos, montañas divisoria. Para él.
como para las Muy bien, aplauden los abue. Quién es quién es? grita.
volcanes, mas ignoraba la existen avecillas, la América es una. Ze los. Pablo Zelaya, niño grande, ron riendo las alumnas, por ju.
cia de la escuela de bellas artes del laya no diferencia una de otra cogar con su maestro.
señor Povedano. La revista se lo lina. Sin embargo, la una era ni. Es hora de yantar. En la mesa, Son Uds. muy embromado.
dijo a Zelaya.
ca; hondureña la otra, y ambas con todos, como todos, cena Ze ras, dijo el señor Povedano, y las Buena tarde aquella, cuando le lo saludaron amables, y en la pie laya. Buena leche. pinol riquísimo, dejó con el deseo de saber el nom yó. Mala noche aquella, cuando dra buena de allá, y en la piedra y el picante sabroso de la charla bre del joven.
medito. Lo cogió el insomnio y buena de acá reposó el peregri. del viejo montañero que sabe mu Pero en las alumnas burladas seis veces bizo la suma de su edad, no.
chas cosas y las narra con gracia. Pese a la página 390)
nos le converso asi a Bellas Artes y más cisión llado; los soles.
birió el hambre sonríe.